‘Oaxacalifornia: el regreso’, de Trisha Ziff: migraciones en el tiempo

Abuelos, padres, madres, nietas: la familia Mejía en pleno se sientan en la sala de su casa para ver una proyección. Es la historia de ellos mismos, los Mejía, hace 25 años: quiénes fueron, a qué se dedicaban, cómo decidieron moverse de Oaxaca a California para hacerse la vida.

 

La familia Mejía mira un documental que se hizo sobre elllos en 1995. Muchos de quienes lo observan ni siquiera habían nacido. La película Oaxacalifornia de 1995 la dirigió Sylvia Stevens y la produjo Trisha Ziff, que en ese entonces se dedicaba a la curaduría de arte.

25 años después, y con una buena colección de documentales fundamentales del cine mexicano contemporáneo a cuestas [La maleta mexicanaI (2011), El hombre que vio demasiado (2015), Witkin & Witkin (2017)], Trisha Ziff revisita a la familia Mejía y explora cómo han evolucionado sus relaciones familiares, sus opiniones y convicciones alrededor de ser personas de California y también de Oaxaca. De ser, en suma, migrantes, y extender preocupaciones, afectos, vidas,  sueños, desde el sureste de México hasta el interior de California. 

Oaxacalifornia: el regreso es la saga de una familia que hace casi tres décadas se aventuró al sueño americano y que ahora regresan a México a preguntarse por sus raíces, a explorar la extrañeza de un país que se añora de forma casi mítica, a reconocer orígenes y desarraigos.

 

Oaxacalifornia.: el regreso tendrá su estreno en México el 6 de octubre de 2022. Y Trisha Ziff nos contó sobre esta historia de migración e identidad, pero también, y sobre todo, de familia y amistad.

 

¿Cómo conoces a la familia Mejía?

Los conocí en los años noventa, durante una de mis primeras visitas a México. Estaba en un pueblito que se llama Magdalena Jaltepec y un día escuché gente en la calle que hablaba en inglés con sus niños. Normalmente sólo se escuchaba español o mixteco, era una sorpresa. Les pregunté de dónde eran y me invitaron a su casa. El abuelo Leo es un jardinero que vive en Fresno, California; me invitaron en octubre del mismo año a Fresno y me parecía impresionante la diferencia de su vida en los dos lugares: en Oaxaca él es un rey, el hijo pródigo que regresa con dinero para construir una casa, y en California tiene una vida modesta, es un jardinero que trabaja muy duro porque el calor en verano es pesado. La diferencia me parecía un buen tema para una película. 

Entonces yo trabajaba como curadora de arte, no en cine; le propuse a una amiga, Sylvia Stevens, dirigir el proyecto. Así se filma en 1995 la primera versión de Oaxacalifornia

Después seguí en contacto con la familia Mejía, cada Navidad nos enviamos tarjetas y cada año el abuelo Leo me llama en mi cumpleaños y me cantan “Las mañanitas” en el teléfono. 

Estaba en Nueva York la noche de la elección de Trump, fue traumático en todo el mundo, y vino la idea de por qué no revisitar a la familia Mejía, conocer los cambios en sus vida. Así inició la segunda película. 



Entre la primera y la segunda película han pasado casi 30 años, prácticamente toda tu carrera filmográfica ocurre entre el primer contacto con los Mejía y esta película. 

Sí, es un círculo, y también es muy diferente de mis otras películas, porque mis temas suelen ser más de cultura y éste es más antropológico, aunque incluí fotos de su álbum y temas que regresan, como la relación familiar como en Witkin & Witkin, o la fragilidad del accidente en la película de Metinides. Esta película mezcla el material original con el nuevo; Sylvia, la primera directora, tenía todo el material en unas cajas en Londres, la embajada de México en Inglaterra nos las hizo llegar. 

Obviamente son importante los cambios en la familia y en el pueblo. Magdalena Jaltepec cambió muchísimo en 25 años; por ejemplo, de la gente que hablaba mixteco sólo encontré una señora. La entrada del pueblo y la carretera están bastante mejor y hay una enfermera. Hay buenos cambios pero al mismo tiempo hay aspectos de la cultura se perdieron.

 

¿Qué diferencia hubo en entrevistar en los años noventa a los padres y los abuelos y ahora agregar las opiniones de las nietas?

Cuando les propuse una segunda película estaban nerviosas con la idea, con Trump había una atmósfera de mucho racismo contra los mexicanos y Elizabeth, hija de Leo, no querían mostrar a sus hijas. Les pedí que me dieran la oportunidad de pasar a la casa con un fotógrafo y un sonidista, y esa noche les puse en la tele de su casa la primera película. La mayoría de los nietos no la habían visto y fue sorprendente su reacción cuando escucharon la voz es de los abuelos, de los bisabuelos que no viven hoy, y de sus padres cuando estaba niños. En ese momento, el punto de vista de Elizabeth cambió, decidió que es importante dar a sus hijas la misma oportunidad que ella tuvo en el pasado. 

Los nietos tienen ojos más críticos, por ejemplo Vanessa, la más grande de los nietas, ella es la única en la universidad en este momento, su posición es crítica, si es posible más política porque su posición es más frágil. 

 

 

 

 

¿Cómo te manejaste en ese contexto complejo de entrevistar a los Mejía en la era de Trump?

Fue una decisión difícil para mí, soy una documentalista y al mismo tiempo tengo una relación personal con la familia. Necesito respetar sus puntos de vistas y no explotarlos con la cámara, pues es muy fácil incluir preguntas problemáticas para ellos y al mismo tiempo quiero una película que reflejé de forma más honesta su relación. No es una peli muy política ni muy controvertida, pero al mismo tiempo es honesta en relación de quiénes son ellos.

De alguna manera Oaxacalifornia: el regreso es un home movie, eso me encanta por su relación con mis otros trabajos, porque para mí lo interesante son las imágenes como el álbum de familia, la idea de ver el presente y el pasado.

 

Más allá de que Oaxacalifornia. El regreso es de corte más antropológico, como tú misma dices, no dejan de estar los temas de tu cine. Witkin & Witkin eran un fotógrafo y un pintor. Metinides es el fotógrafo de la nota roja. Incluso La maleta mexicana habla de una colección de archivos del pasado...

Para mí en La maleta mexicana lo más interesante son las memorias de la gente que llega a México de España, cómo funciona la memoria en relación con la imagen, es la cosa interesante. Pienso que en todas las películas —obvio, es la misma directora—, son una relación de ideas, la deconstrucción de tiempo-memoria, la importancia de la imagen en el tiempo, esas son mis obsesiones.

 

Oaxacalifornia: el regreso. Dir, Trisha Ziff

 

Para Estados Unidos Oaxacalifornia. El regreso es una película importante, en tanto refleja la identidad de un grupo de migrantes, ¿cuál es la importancia que tendría para el público mexicano?

En México es una ventana y las voces de una segunda generación. Las chicas Mejía no hablan español y su versión de la cultura mexicana no es el México de la mayoría de nosotros, es diferente; comen tamales en Navidad y practican danza folclórica. No es el México real, es casi como la película Coco, pero al mismo tiempo tienen una relación de identidad importante con el país, y ojalá la audiencia en México vea la película con curiosidad y respeto por esta gente, que no olvida México y quieren una relación con el país

 

La familia Mejía vio la primera película, ¿ya vieron la segunda y qué piensan de ella? 

 Están muy orgullosos con la película. Vendrán a México por la premiere en la Cineteca. Las nietas más grande este año regresan a México para estudiar español y trabajar; participar en la película les dio la oportunidad de querer tener un relación más fuerte con el país.

Oaxacalifornia: El regreso (México, 2021). Directora, Escritora, Productora: Trisha Ziff. Productores: Andrew Houchens, Isabel del Río. Productores Ejecutivos: Lawrence Davin, Alejandro Springall, Sylvia Stevens. Co-Productores: Hugo Villa Smythe, Alan Suárez. Productores Asociados: Daniela Alatorre, Elena Fortes. Editor, Escritor: Jorge Márquez. Fotografía: Felipe Pérez Burchard, Mario García Joya, Seamus McGarvey. Música Original: Jacobo Lieberman, Andrés Sánchez Maher. Diseño de Sonido: Pablo Lach. Postproducción: Fernando Maganda. Con el apoyo de IMCINE-EFCINE, National Endowment for the Humanities, California Humanities, y el Sundance Institute