‘Mi piel oculta’ de Guadalupe Sánchez Sosa y Pablo Delgado: testimonios sobre la memoria del cuerpo.

¿Cómo inició el proyecto de Mi piel oculta?

Pablo Delgado (PD): El proyecto es de Lupita, lo tiene desde hace seis o siete años. El cuerpo era el tema importante, a partir de ahí se sumó la memoria corporal. Parte de la película se filmó antes de la pandemia. Después, había que acelerar el proceso de producción que se había interrumpido por el aislamiento y entré al quite, como una especie de brújula creativa, ya habiendo recorrido antes la filmación. Hacer una película en familia suena raro pero ha sido un proceso disfrutable, estamos muy contentos.

La película que plantea la diversidad como la posibilidad de un entendimiento más profundo. La experiencia de cada personaje va permeando un discurso que, si bien cuestiona muchas cosas, lo hace desde un lugar que nunca desestima la empatía como el camino real. Eso es lo que Lupita busca y emana desde su forma de ser. Siempre fue la forma de acercarnos a las experiencias de estos personajes, desde ahí se va tejiendo el cuento de la peli. 

En este documental participan una persona trans, una mujer lesbiana, otra que ha lidiado con el sobrepeso, una más que sobrevivió al cáncer y una joven con relaciones heterosexuales fallidas; cuéntenme qué buscaban con estos cinco personajes...

Guadalupe Sánchez Sosa (GSS): Tuvo muchos procesos. Inicia con La primera risa, mi película ligada con todo lo que es parir un hijo. Cuando la terminé me quedé con la pregunta de qué pasa con la memoria corporal. Presenté el proyecto en el Fonca y lo fui desarrollando. Entonces empiezo a conectar. Se da una dinámica donde voy conectando con Julia y Natalia para empezar a hablar del tema, Julia desde su labor archivística y Natalia desde la música. Y me voy enamorando de las historias de Erika, que la conocí en una conferencia de la FAD (Facultad de Artes y Diseño) que antes era la ENAP. Después conozco a Kany y a Rosaly. Las piezas se movieron y empiezo a grabar con Pablo. 

Con los cinco personajes sentía una suerte de soledad, no la soledad que se lamenta, sino una soledad muy asumida, no sé si ahí entra el tema del cuerpo, la asunción de a quien cada una de ellas les toca ser. 

PD: La soledad empezó a resaltar cuando el cuento agarraba forma; pero me gusta pensar que son soledades aprovechadas, porque todas están relacionadas con la cuestión de crear diferentes tipos de conexión y de hacer comunidad y creatividad. 

El proceso de las entrevistas deben de haber sido interesantes, entran a profundidad con lo que cada uno de los personajes quiere contar. 

GSS: Fueron muy generosas desde el inicio, no hubo ninguna conversación difícil. Es parte de la lección que nos ha dejado la pandemia: el poder del contacto, la mirada, de hablarnos, de la presencia. Soy una gran admiradora del trabajo del brasileño Eduardo Coutinho, que en su última película, Últimas conversas marca este poder de la conversación, que dentro de mi camino como mujer, como feminista, como profesionista, como amiga, le doy un gran valor. Pienso que lo que a mí me ha formado, más que el estudio o los libros, es el diálogo con los demás: frases, miradas, ciertas anécdotas o situaciones de vida que se me han quedado en la memoria. 

Ahí la participación de Pablo fue fundamental. Yo me clavaba mucho en la conversación, no podía despegarme de esta parte, me costaba seguir la cámara. Ahí Pablo entró como apoyo importante, para seguir la conversación desde la cámara. 

El propósito de Mi piel oculta son los testimonios de cinco personajes que hablan de la relación con su corporalidad. Sé que no es el propósito principal, pero de manera tangencial, también están haciendo una radiografía de la ciudad. No sé si lo eligieron, si fue ocurriendo o cómo se dio este proceso.

PD: Ciertas locaciones están relacionadas a decisiones de Lupita con los personajes, como Xochimilco con Erika. Pero mientras veía el terminado de la peli, también me daba cuenta de que la Ciudad de México se veía desde varias perspectivas. Te soy completamente honesto, muchas cosas se dieron de forma involuntaria. La situación permitía que Natalia estuviera en cierta parte del Centro caminando con el chelo, no había una selección de calles concretas, se encontraban y cuajaban. Y por fortuna, con el buen ojo de las fotógrafas que tuvimos, logramos darle esta unidad estética para que todo se fundieran en una misma cosa.

Hay algo que está permeando en todo lo que hemos platicado y es el tema de la codirección, ¿Qué es lo mejor y los retos de codirigir uno con otro? 

PD: Para mí es un proyecto de Lupita, ella es la capitana, y yo en este proceso lo he vivido de tres formas distintas, como director, como hijo y como hombre. En las tres ofrecen cosas muy distintas pero hay mucho aprendizaje, mucho cuestionamiento y mucha transformación. Yo no hacía una película desde hace diez años, con Las lágrimas, y como director fue encontrarme con un proceso que del cual estaba enamorado, y pues que haya sido junto con mi madre me llena de orgullo. Y es algo que repetiría, sería intenso pero involuntariamente lo hacemos, lo seguimos haciendo desde hace años. Yo le he aprendido mucho y me gustó haber ofrecido lo que pudiera, más bien estoy agradecido por el aprendizaje.

GSS: Fue muy intenso, no sé si haya muchas películas dirigidas por madre e hijo, pero para mí fue sumar: préstame tus herramientas, yo pongo las mías y sumamos. Claro, también hay un choque generacional, de toma de decisiones. Además, pues se cruza la pandemia y en esa etapa Pablo fue fundamental. Sandra, mi editora, cuidándome y por otra serie de circunstancias, me dice que tenemos que trabajar a distancia y para mí era muy difícil editar a distancia. Ahí entra esta parte generacional, la tecnología, el lenguaje que se va transformando y Pablo con Sandra lograron trabajar y terminar la película. 

¿Qué les parece estar en DocsMX?

GSS: Yo ya había estado en competencia con La primera sonrisa, para mí es estar en familia. ¿Y sabes que estoy respirando por terminar una película? Tener esta ventana para mí es quitarme una especie de peso. Yo no me voy a liberar hasta que esta película se vea. Hacemos el cine para que se vea, para dialogar, para compartir, entonces para mí que se presente en DocsMX es absolutamente liberador. Va a ser un festejo y un susto grandísimo también.

PD: Muy agradecido con el festival y el espacio. Es un festival con una trayectoria enorme, con un público base y una visión de la realidad sumamente valiosa. Da mucho orgullo, y sobre todo, también, presentarse en la Cineteca. A nivel personal, presentar en la Cineteca es especial e importante. ¿Qué te puedo decir? Se siente bien.