‘Algún día caerá’, de Mateo Vargas: los extremos de una frontera

La frontera entre México y Estados Unidos tiene una longitud de 3185 kilómetros, a lo largo y a través de ella ocurren historias diversas, que muchas tienen en su centro el contraste, la inequidad, oposiciones y contradicciones entre el mundo anglosajón y el inicio de América Latina. 

 

Mateo Vargas, cineasta y artista visual cuyo trabajo se centra en las intersecciones y fracturas de la identidad, propone otra mirada: la de esta franja como una creación artificial, que atenta contra el desarrollo de los muchos ecosistemas que conviven a lo largo de ella. 

Algún día caerá hace registro de la frontera entre México y Estados Unidos, de extremo a extremo: desde Boca Chica en Texas y Tamaulipas, en la desembocadura del Río Grande, hasta las playas de Tijuana en el Pacífico. 

Este ejercicio de videoarte que ha participado en documenta quince en Kassel, Alemania, y en ABM Confecciones Space en Madrid, España. Ahora tiene su estreno latinoamericano y mexicano en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos en Los Cabos. 

 

Platicamos con Mateo sobre este ejercicio del artificio fronterizo y la naturaleza que, a pesar de gobiernos, persiste en esta larga región. 

 

¿Cómo nació la idea de hacer este registro de la frontera entre México y Estados Unidos?

Son como el principio y el fin, los lados más extremos de todo. Quería hacer una obra sin diálogos, nada más imágenes, como cine silente, ver cómo esos lugares son similares o diferentes, cómo están fracturados con esta frontera, crear algo que puede ser entendido si no entiendes español o inglés, nada más te sientas ahí y ves lo que está pasando.

 

Es un cortometraje más de espacios que de personajes; hay grupos de personas pero no alguno que destaque, salvo dos niñas que después te preguntaré. Importa más mostrar barrotes, vallas, vestigios como la virgen o algún grafiti.

El enfoque es cómo funcionan los ecosistemas en estos lugares; más que la gente afectada es el medio ambiente y la tierra, los recursos naturales que están ahí. Hay pescadores en los dos lados, así como gente que hacen sus cosas ahí, mantienen sus tierras. Pero es raro que lo hacen junto a este muro que está ahí, con esos cohetes de Elon Musk para ir al Marte o a la Luna. Me quedé con esa impresión de cómo la gente está ahí y nada más están esperando cómo pasa el tiempo, unos se van al otro lado y otros se quedan ahí. Quería grabar cómo se siente estar en esos lugares. 

De hecho hay una película que vi hace muchos años, de Jacques Tati, Playtime. Esa película habla de urbanización, cómo en las ciudades el protagonista nada más está viendo a la gente pasando y los cambios. Eso fue inspiración de hacer algo así.

 

El cortometraje abre y cierra con dos niñas, en los dos extremos de la frontera, ¿fue a propósito o es algo que ocurrió durante la grabación?

Esa idea surgió cuando estaba en Texas, donde sale el Río Bravo en el Golfo, la gente va ahí y tienen sus leyendas de una diosa que está ahí, en la desembocadura. Cuando estaba en Tijuana vi la misma cosa, una niña jugando al lado del muro y era como poesía. Había una conexión espiritual entre los dos lugares, el principio y el fin, puede existir una persona en un lado y el otro pero están haciendo la misma cosa.

 

¿Qué retos hay en filmar a lo largo de la frontera?

Es interesante, porque la frontera es muy diferente. En Tijuana se notan patrullas, hay un montón de seguridad y de cámaras. Es muy difícil vivir así, la gente me parecía con más desesperada. En Boca Chica, no hay tanto muro, hay un lugar de reservas ambientales, era interesante porque nada más hay una base de Elon Musk con sus cohetes. Luego lanzan esos cohetes y dice la gente que daña a los pájaros, los peces, afecta a todo. 

Es muy raro estar en lugares tan diferentes, pero al mismo tiempo, cómo están afectando lo mismo, un daño que está pasando a las tierras y a la naturaleza. Era de lo que quería hablar, cómo son similares y diferentes al mismo tiempo.

 

 

Se ha filmado muchas veces la frontera en documentales, ficciones, pero casi siempre desde un enfoque social, Algún día caerá aporta una frontera que implica a la naturaleza, escaparnos de del antropocentrismo y ampliar la mirada

Ese es un tema importante en este obra. Yo me quedé con el pensamiento de cómo es posible que una gaviota puede ser más libre que un ser humano, puede volar sobre las fronteras mientras que el ser humano, el migrante, no puede. 

Fue interesante ver las aves en los dos lugares, cómo hacen lo mismo. Eso era importante para mí, mostrar el absurdo de poner este bloqueo para que la gente no puede ingresar o salir.

 

Algún día caerá, Dir. Mateo Vargas

 

Tiene su significado que su estreno latinoamericano sea en Los Cabos, un lugar relativamente cercano a la frontera, donde conocen el fenómeno. 

Es importante presentarlo ahí porque ellos saben más que nadie cómo es vivir en Baja California y  el tema de la frontera. Me dio mucho gusto saber que iba a estrenar ahí. 

Antes fue seleccionado en un festival en San Antonio, Texas, ahí también la gente conoce estos temas, y uno se siente que hizo algo bien porque esta gente se reconoce en lo que estoy haciendo con este corto, me quedo a ver qué dicen y las pláticas resultan interesantes con cualquier otra persona.

 

Me llama la atención esto, pues que generalmente un corto, aun siendo pequeño, implica un equipo de 5 a 10 personas; tú diriges, haces foto, recabas sonido, eres un cineasta solitario. 

Eso resulta de la economía.Sin fondos de grabar, esto es ir, hacerlo y ya ya está. Antes hice un corto en el Estado de México y tuve más colaboración. Trata de la contaminación en el río Cuautitlán y lo hice con un asistente y alguien que me ayudaba con entrevistas. Pero con este proyecto es difícil ir a un lugar tan extremo y luego al otro. Entonces pensé que podía hacerlo solo. 

 

Más allá de los fondos, que obviamente es importante, hay también una declaración estética, en el hecho de que solo ejecutes este trabajo .

Sí, es como teoría de autor. Tú estás tomando las decisiones de cómo grabar la película, cómo vas a hacer edición, es más una obra de arte . Este corto se ha presentado también como videoarte, en bucle. También es así, como un ensayo. Yo estoy diciendo esto y ahí está.

Algún día caerá (México, 2022). Dirección: Mateo Vargas. Fotografía: Mateo Vargas. Edición: Mateo Vargas.