‘50 o Dos ballenas se encuentran en la playa’, de Jorge Cuchí, y el suicidio como una de las formas de enamorarse

Félix y Elisa, adolescentes de la Ciudad de México, participan en un juego por internet, La Ballena azul, que lanza retos cada vez más complejos y desafiantes.

El último reto es suicidarse.

 

Antes, un participante debe conocer a otro, en una perversa apuesta de amistad o solidaridad días antes de morir.

Desde aquí parte Jorge Cuchi para crear su ópera prima, 50 o dos ballenas se encuentran en la playa, absorbente thriller adolescente que salta de ambientes depresivos a la hostilidad citadina, a la solidaridad o el amor.

 

50 o dos ballenas se encuentran en la playa estrena en salas de la República Mexicana el 8 de septiembre. Platicamos con Jorge Cuchi sobre su ópera prima.   

 

¿Cómo conociste el juego de la Ballena azul y cómo descubriste que era tema para realizar una película?

Supe del juego a través de un noticiero, consistía en realizar cincuenta retos durante cincuenta días, y lo había creado un chavo en Rusia, que ahora está en la cárcel. Él decía que su misión era acabar con los adolescentes porque no servían para nada.

El noticiero buscaba alertar a los padres para que cuidaran a sus hijos de las redes sociales, la idea me provocó un cortocircuito, porque cuando un adolescente quiere suicidarse seguramente lo decidió antes de jugar a la Ballena azul. Es como cuando le echan la culpa de la violencia a los videojuegos, cuando en realidad influyen otros factores.

Descubrí que uno de los cincuenta retos consistía en tener una cita con otro participante del juego, ahí empecé a imaginar una historia sobre adolescentes, que se me hacía atractiva por muchas cosas. Primero, porque habla de un problema importante entre los adolescentes; segundo, porque un adolescente tiene las emociones a flor de piel, y si de pronto cae en un estado de depresión es probable que esas emociones se amplifiquen al máximo; y tercero, porque con las redes sociales, donde puedes ponerte en contacto con otras personas frágiles, puedes tener una relación explosiva.

El juego tiene esta dinámica: te da cincuenta días para vivir intensamente y al final te quitas la vida, de cierta forma te da la oportunidad de arrepentirte después de haber vivido 49 días al máximo, eso me pareció muy atractivo a nivel literario.

El juego también me dio la oportunidad de hablar de las ausencias de los padres y una estructura narrativa muy interesante, porque tiene la estructura de un thriller, pensé que para el público puede ser una historia muy emocionante.

 

Además de hablar sobre el suicidio y la tristeza, tu película se asoma a las adolescencias mexicanas del siglo XXI. ¿Investigaste sobre ellas o cómo construiste a tus personajes?

Vivo en este mundo y sé lo que pasa en las redes sociales. Sé que a los adolescentes les encanta el tema de los retos, porque yo también fui adolescente y tuve amigos adolescentes. Tal vez en esa época no teníamos redes sociales pero había muchos amigos con depresiones, incluso tuve amigos que me llegaron a decir que no les gustaba estar vivos.

Ahora tengo un hijo de 26 años, así que también sé lo que es tener un hijo, por fortuna mi hijo es feliz, pero pude haber tenido un hijo con depresión. Con los años me he dado cuenta que los adolescentes de mi época y los actuales no son tan distintos, tal vez si antes estábamos tristes no había forma de compartirlo con cien mil personas de todo el mundo, pero eso no quita el hecho de que la tristeza y la depresión existieran.

 

La película es romántica, hasta el punto de que podría parecer una apología del suicidio. ¿Qué piensas de esto?

No veo la película como una apología del suicidio, que reproduzca el efecto Werther, porque no le estoy hablando a gente con tendencias suicidas. Para ellos, una película no les va a invitar a hacer las cosas, ellos ya tomaron su decisión desde antes.

Lo que intento hacer es hablar con los que rodeamos a los suicidas, les estoy diciendo que si tienen un amigo o hijo con tendencias suicidas tienen que estar más vigilantes, con los ojos más abiertos de lo normal.

También traté de ser empático al momento de retratar a un suicida, no lo trató como un cobarde o un loco, traté de hacer un retrato cercano y verdadero, porque ellos pueden ser gente muy dulce que está pasando por una vida llena de mierda, sufrimiento y tristeza absoluta.

 

 

La película tiene su principal peso en sus dos protagonistas. ¿Cómo encontraste a Karla Coronado y José Antonio Toledano, y cómo trabajaste con ellos?

A José Antonio lo encontré desde Catatonia, cuando me mostraron lo que había hecho en Esto no es Berlín. Era el amigo del protagonista y me gustó lo que había hecho. Le pedí que hiciera una prueba y le pregunté si estaba dispuesto a rasurarse las cejas. La prueba fue buenísima y a José Antonio le encantó el proyecto.

A Karla Coronado la encontré en un casting normal, me encantó su perfil desde el inicio, además que se complementó muy bien con José Antonio porque ambos son instintivos, inteligentes, talentosos y disciplinados.

Hicimos muchos ensayos y trabajo de preproducción para que todos tuviéramos muy claro lo que íbamos a hacer. Eso nos permitió tener más libertad al momento de llegar al rodaje, porque básicamente ellos ya conocían muy bien a sus personajes.

 

50 o Dos ballenas se encuentran en la playa, Dir. Jorge Cuchí 

 

La fotografía y la puesta en escena me parece moderna y fresca. Elementos como la fotografía, o las pantallas divididas le dan un ritmo importante. ¿Cuáles fueron tus referentes al momento de construir la idea visual de la película?

La idea de las pantallas divididas surgió porque quería que el público sintiera que los personajes siempre están juntos, inclusive cuando cada quien está en su casa, y así también el espectador puede ver que son chavos que tienen problemas muy parecidos y que incluso tienen familias idénticas.

De hecho las pantallas divididas las ensayamos mucho; yo me sentaba en medio en la sala de juntas con la familia de Felix por un lado y con la familia de Elisa por el otro, para que así amarrara mejor la idea y que fuera un proceso orgánico.

 

50 o dos ballenas... ha recorrido varios festivales de cine, ¿cómo ha sido su recepción?

Buenísima; estrenamos en la semana de la crítica del Festival de Venecia y recuerdo que se acercó un chavo a decirme que era la mejor película que había visto en el festival y a pedirme un autógrafo, de hecho fue el primer autógrafo que me pidieron.

En el festival de El Cairo ganó el premio a mejor guión. Las mamás amaron la película, les gustó que les abriera los ojos sobre cosas que viven los adolescentes. De hecho, al finalizar la proyección una señora se acercó a darme las gracias por la película y a decirme que cuando se prendieron las luces de la sala agarró su celular y les habló a sus hijos para saber si todo estaba en orden.

La verdad yo nunca había estado en festivales de cine, así que para mí todo esto fue algo nuevo y sorprendente. También me da mucho gusto que nos haya ido bien porque hicimos muchos sacrificios para hacer la película, así que espero que mis actores puedan ser reconocidos gracias a la película para que después puedan participar en otros proyectos.


 

50 o Dos ballenas se encuentran en la playa (México, 2020). Dirección: Jorge Cuchí. Guión: Jorge Cuchí. Productores: Verónica Valadez P. y Hari Sama. Casa productora: Catatonia Cine.Fotografía: Jorge Casillas, AMC. Edición: Víctor González Fuentes. Sonido: Rodolfo Romero y Emanuel Romero. Sonido directo: Álvaro Mei. Vestuario: Atzín Hernández. Música: Giorgio Giampà. Reparto: José Antonio Toledano, Karla Coronado.