'El llanto de las tortugas', de Jaime Villa: familias que cuidan el mar
A Cosme Becerra, pescador de pez payaso en la Bahía de Kino, le encargaron que cuidara a una tortuga que después matarían. La guardó en su baño y en las noches escuchó el bufido del animal. Cosme y su esposa Mónica entendieron que estaba llorando. Esa triste noche cambió de manera radical la vida de la familia: de depredadores se convirtieron en custodios del mundo marino.
El llanto de las tortugas, documental de Jaime Villa, hace el retrato del Grupo Tortuguero de Bahía de Kino, que participan con entusiasmo en la preservación de las tortugas marinas que viven en la región.
Pero también, El llanto de las tortugas hace la semblanza de las condiciones laborales y de la vida de los pescadores de la zona. Más allá del glamour del destino turístico, Villa hace de Bahía de Kino un territorio nuevo y poco explorado, el de hombres pescadores y sus mujeres que esperan, el de los hijos que heredan el amor y el respeto, los riesgos y las pasiones por el océano inmenso.
El llanto de las tortugas formó parte de la sección Hecho en México de DocsMX18 y en mayo de 2025 tendrá su estreno nacional, además de una importante red de exhibición mixta, que contempla presentaciones en el circuito cultural nacional y da prioridad a los estado costeros de México.
Platicamos con Jaime sobre este trabajo que retrata la cotidianidad de las playas y el mar de Bahía de Kino, Sonora.
Entiendo que hace una década comenzó la aventura de esta película, sobre la historia del grupo tortuguero que encabezan Cosme y Mönica. ¿Cómo tomaste la decisión de hacer este documental?
Un día fuimos a Kino, que está a 100 km de Hermosillo. Fuimos con una pareja, ella es de Taiwán y quedó maravillada con el puesto donde comimos almejas. Tiene dibujos de tortugas, tiburones, ballenas azules, orcas y otros animales marinos. Ella exclamó: “Wow, qué maravilloso que haya esos animales aquí”. Le dije: “En realidad, no hay. Son sólo dibujos”. Pero alguien de ahí me corrigió: “Sí los hay. Aquí hay orcas y ballenas azules”. Esta persona después nos explicó que él estaba en un grupo tortuguero. Fue como un golpe de realidad.
Me interesó el tema. Preguntando, finalmente conocí a Cosme y a Mónica, quienes trabajan en la protección de tortugas. No sabía que aquí hubiera un grupo dedicado a cuidarlas, siempre había asociado esto con lugares como Guerrero o Oaxaca. Así nació la idea para la película.
Cosme y Mónica son los personajes principales, pero se suman otros pescadores. ¿Cómo fue la relación con la comunidad al filmar?
Al principio, Cosme era el único personaje. Cuando lo conocí llegó todo empapado, diez minutos tarde. Se excusó: “Es que se estaba ahogando una señora y fui a salvarla”. Fue mi primera impresión de él. Al convivir más con Cosmel, supe que es mucho más que eso. Es una familia en la que cada uno importa. Supe que Mónica debía ser un personaje importante en la historia. Está el hijo, Sebas, y Maribel, también parte de esta familia. Incluso el primo de Cosme es miembro del Grupo Tortuguero, que lo forman alrededor de veinte personas de la misma familia. Se trataba de un universo complejo, donde todos coexisten. Cosme, por ejemplo, estaba dividido entre su pasión por la pesca y su compromiso con la conservación.
Hay otros pescadores, otras cooperativas, y el mar es su vida. No se trata sólo de dinero, sino de una pasión que los atrapa. Una vez que te conviertes en pescador, es difícil dejarlo.
Las voces en off son de mujeres, especialmente Mónica. Sin embargo, las imágenes están protagonizadas por hombres. Cuando aparecen los tortugueros esto cambia un poco, pero al menos en la mayor parte de la película, predominan los hombres. ¿Podrías contarme más de esta decisión?
La voz en off sólo se trata de una mujer, Mónica. Ella es una persona muy alegre, pero cuando habla de sus hijos y el mar, su tono se torna más serio.
Al principio pensé que Cosme sería el personaje principal. Con el tiempo entendí la importancia de Mónica. No solo en el contexto familiar, también en el grupo tortuguero. Aunque Mónica no lo diga explícitamente, muchas de las decisiones finales dependen de ella.
En algún momento pensé que Cosme hablaría de su vida, luego comprendí que no se trataba de su vida en particular, sino de la relación entre el ser humano y el mar, y quienes esperan a los pescadores son las mujeres, siempre expectantes. Por eso decidí que las voces en off fuera de Mónica, quien representa a las mujeres. Ellas viven con más angustia, pero al mismo tiempo, es como si el mar las hipnotizara a vivir ahí.
Bahía de Kino siempre se había filmado como un destino turístico; ahora muestras lo cotidiano: las calles de los pobladores, sus hogares, sus barrios.
Se han hecho grabaciones en Kino antes, pero suelen enfocarse en los paisajes hermosos. Se ha utilizado como locación para documentales sobre la belleza natural, como el “acuario del mundo”. Aunque eso me interesa y es precioso, lo que realmente hace a estos lugares enigmáticos y hermosos es la gente que vive allí.
Kino se divide en dos partes, Kino Nuevo y Kino Viejo. Kino Viejo mantiene a Kino Nuevo, donde está la parte turística. Los pescadores y los trabajadores de la construcción viven en Kino Viejo. Eso lo que me interesaba ver.
El llanto de las tortugas (México, 2023) Dirección: Jaime Villa Galindo. Producción: Victoria Arellano Rivera. Casa productora: Jacalito, FOPROCINE, Estudios Churubusco Azteca. Fotografía: Francisco Yáñez Villa. Edición: Jaime Villa Galindo, Javier Campos López. Diseño sonoro: Víctor Navarro Sánchez. Reparto: Cosme Damián Becerra, Mónica Esquer Encinas, Cosme Becerra Esquer, Maribel Becerra Esquer, Sebastián Becerra Esquer.