Uno de los principales promotores de la animación mexicana es José Iñesta, quien desde Pixelatl ha creado un espacio en el que confluyen artistas, industria y promotores de las muy variadas formas de este poderoso universo creativo. Y Pixelatl, también, fue de los más enérgicos promotores para que Annecy hiciera a nuestro país su invitado especial, en su edición de 2023.
Platicamos con José Iñesta sobre esta aventura que llevó toda una fiesta mexicana a Annecy. De paso, merodeamos sobre los alcances, los retos, los horizontes de la animación mexicana hacia el futuro.
Pixelatl fue de los principales promotores para que se designara a México como invitado de honor en el Festival de Annecy, ¿cómo ocurrió esto?
Cuando empezó Pixelatl hicimos scouting en muchísimos festivales internacionales; identicicamos más de 250, entre festivales, eventos de animación y videojuegos. Nos dimos cuenta de que Annecy era un espacio increíble, donde se conectaba el talento con la industria. También nos percatamos de que no había presencia de México. En 2014 empezamos a llevar el stand de México en Annecy y desde entonces hemos estado todos los años; la delegación ha ido creciendo y lo más maravilloso es que le abrimos los ojos al público sobre la animación mexicana, que estaba perdida.
En más de 40 años del festival, antes de 2014, solamente un cortometraje mexicano había estado en selección oficial, Hasta los huesos de René Castillo. A partir de 2014, todos los años empieza a haber cortos en la selección oficial. Tratábamos de llevar a los artistas, para que pudieran encontrarse con productores y otros animadores. Eso favoreció la percepción en Francia. Después de ver cómo han estado emergiendo nuestros talentos, no les costó trabajo decidir que México estaba listo para mostrar su animación, y los nuevos talentos que están emergiendo en la industria.
Las actividades que involucran a México son exhaustivas: hay películas en selección oficial, work in progress, jurados mexicanos, charlas, exhibiciones especiales, pero creo que el centro de la participación mexicana está en los nueve programas especiales, ¿qué han conocido los participantes de Annecy sobre nuestra animación en estos programas?
Hicimos una investigación en la que encontramos cortos desde 1930, pero también hay cosas más cercanas, temáticas como con esta parte de política, de derechos humanos; las ciudades y las migraciones; la Escuela de Guadalajara, que a partir de Rigo Mora empieza a formar directores, animación, stop motion.
Hay animaciones a partir de la rotoscopia, stop motion; se ve una riqueza de la forma que los artistas mexicanos utilizan para contar las historias; también hay un programa orientado a nuestras infancias en las pantallas, y la mirada al futuro de los nuevos creadores, los estudiantes que han creado cortos de tesis en sus escuelas y nos han dejado boquiabiertos.
De este material, ¿algo te ha sorprendido especialmente?
A mí me emociona el trabajo que han hecho los mexicanos fuera de México, el ejemplo de que cuando le das recursos al talento, éste explota. Tenemos el trabajo de Alonso Ramírez Ramos, animador mexicano que ha ganado Emmys y dirigió cortos de Mickey Mouse, de él tenemos el cortometraje Feliz cumpleaños Mickey, donde Mickey, vestido de charro, se pelea contra unas piñatas. También están los casos de Jorge R. Gutiérrez, Sofía Alexander, el mismo Guillermo del Toro, que se encuentra produciendo con capital anglosajón, pero que es talento mexicano y no dejan de contar nuestras historias.
No puedo creer que exista, por ejemplo, Los sustos ocultos de Frankelda, de los hermanos Ambriz, una serie de televisión oscura que ahora será largometraje. No dejo de maravillarme de cómo, a pesar de la escasez y los retos que tenemos, logramos sacar adelante historias que ya están en pantalla. El sector ha crecido. Hace dos años un estudio tenían de tres a seis empleados, ahora generan de 150 a 300 empleos. Ya tenemos una industria incipiente, que produce cientos de minutos de animación al año.
Esta distinción de México en el Festival de Annecy marcará un antes y un después en la historia de nuestra animación, seguirá hacer un balance de lo que se está haciendo. ¿cuál sería esta actualidad de la animación mexicana?
La animación está creciendo; el cine está pasando por un momento difícil por los recursos económicos, pero la animación está creciendo. Ahora, es animación que no necesariamente lleva los títulos de los estudios que han colaborado en ellas, estamos haciendo muchísima maquila y esto te permite formar talentos, desarrollar industria, que después empiezan a proponer propiedades intelectuales originales. A pesar de que a nivel internacional se está viviendo un momento difícil, con los despidos en las industrias tecnológicas y los estudios, en estos espacios de reestructuración emergen las buenas ideas, porque la audiencia sigue demandando contenidos y se van a tener que hacer apuestas. Entonces para mí es el periodo fértil, donde tenemos que colocar nuestras semillas.
Para mí es esperanzador que seamos el país invitado en Annecy; creo que es un buen corte de caja. Aunque sí, la meta es tener contenidos hechos en México. Y eso todavía nos falta.
Veo dos tendencias: animación que miran hacia la industria estadounidense, que su fin es participar en Cartoon Network, Nickelodeon o las plataformas; otros animadores miran hacia un cine de corte autoral, que buscan crear desde su expresión personal.
Los dos tipos de cine son posibles, depende de dónde viene la orientación del artista. Si quieres hacer un cine autoral no puedes esperar grandes taquillas, tu obra es tu sublimación de la realidad y lo muestras con los recursos que consigues, y eres feliz porque ya lo hiciste. El otro tipo de animación está enfocada en lo que quieren ver las audiencias; ahí debe haber más investigación de qué contenidos deben crearse.
En Estados Unidos, el 13% de la población del país son hispanos y 25% de los ingresos de taquilla son de la comunidad hispana. Somos consumidores ávidos de contenido audiovisual, por eso México es el país número uno de consumo de videojuegos de consola. Y otra figura interesantísima: 22% de la población mundial es de habla hispana, compartimos valores y culturas. Entonces tenemos que orientar nuestros esfuerzos a hablarle a este 22% de la población. que está esperando verse reflejados en la pantalla.
Cuando empezó Pixelatl, parte de nuestra estrategia era dignificar a los mexicanos en las pantallas. México es un país lleno de brechas y la única forma que tenemos para encontrarnos es a través de contarnos historias donde odamos identificarnos. Nuestras infancias reconocen más a un oso panda que a un cacomixtle o un ajolote. Los superhéroes son rubios de ojos azules, mujeres voluptuosas, cosas que nos vemos en el espejo. Por eso no nos vamos a cansar hasta que no tengamos estos contenidos en las pantallas: historias con nuestros héroes, con gente como nosotros, que hablan como nosotros.
En el Anuario del cine mexicano 2022 encontramos números no muy felices: el año pasado solamente hubo seis películas de animación producidos en México, lo cual parecería contradecir el otro auge que también está ocurriendo. ¿Qué crees que pasa ahí?
No miden series, no miden televisión, no miden minutos maquilados para cadenas internacionales. En México se hacen cosas para Disney, para Nickelodeon, para Ninja Turtles; se hace muchísimo contenido que vemos en las pantallas y no está contabilizado como largometraje de animación mexicano puro. Pero por decirlo de alguna manera: la pureza ya no existen, ni en el cine real. Por eso la importancia de Annecy y la convocatoria de Ibermedia Next, que favorece la coproducción.
Si trabajamos con esquemas de coproducción internacional, ese recurso se vuelve una parte de una producción más grande, más valiosa, mejor contada, que además tendrá pantallas garantizadas en diferentes países. Yo ya estoy diciéndole a todo que tienen que ir a la charla de Ibermedia Next, ahí van a estar productores españoles, italianos y portugueses con los que pueden coproducir y bajar fondos.
También hay que reconocerle a Imcine sus convocatorias, que aunque limitadas, pueden convivir con las convocatorias que se crean en otros países. Un Focine, por ejemplo, puede trabajar con alguien que recibe recursos de INCCA en Argentina, o de otro país. Para mí ése es el camino: la coproducción, la colaboración y sí, tenemos seis películas con nuestros propios medios, pero si vemos hacia afuera los medios se multiplican y no hay que quitar la mirada de ese lugar.
¿Qué tiene que hacer la animación mexicana para remontar esos números?
La convocatoria de animación de Focine es un avance, porque antes competíamos con ficción y documental y eran injustos los montos y los tiempos; Focine es perfectible pero importa seguir en diálogo con el Instituto. Otra salida es con las televisoras: se tiene que crear una cuota de pantalla como en Brasil, donde Televisa, TV Azteca y cualquier televisora esté obligada a transmitir animación nacional para las infancias.
Es importante formar una alianza a nivel institucional. Hay grandes productores de contenido latinoamericano, como la colombiana Mi Señal y la argentina Paka Paka, estudios que deberían unirse a Canal 11 y Canal 22, pero también dotar de recursos a estos canales para producir contenidos.
Volvemos a lo mismo: es colaboración, cooperación y coproducción, crear esquemas de coproducción entre Mi Señal Colombia y Paka Paka, tener series que se puedan ver en los canales de estos países.
Sabemos que los espacios de animación más importantes en México se encuentran en la capital y en Guadalajara, ¿En qué otras regiones del país encuentras ejercicios importantes?
En Mérida hay un polo de videojuegos importante, que va de la mano con la animación. Otro punto importante, Boxel, está en Baja California. Es un estudio que produce cientos de minutos animados, trabajo de maquila para grandes estudios de Los Angeles, pero también está produciendo animación propia. También hay cosas interesantes en Monterrey, todo lo que está ocurriendo con las aplicaciones interactivas, que finalmente es contenido visual, es otro polo. La Ciudad de México, curiosamente, sus estudios de animación salen de la parte de la publicidad. Pero hay muchísima producción en otras partes, Y estoy seguro de que seguirán emergiendo. En Pixelatl recibimos gente de todos los estados, lo cual habla de que hay escuelas que están enseñando animación en todo el país.