Hacer cine desde el campo: La Coa Agrovisual

El Limón, El Grullo y Autlán son comunidades de Jalisco que están creando nuevas formas de agrocultivo. Se le ha nombrado el primer municipio agroecológico de México, gracias a sus prácticas y a su visión comunitaria. 

Entre estas formas de organización se encuentra el interés de registrar desde el audiovisual sus formas de cultivo y de involucrar a toda la comunidad. Y desde ahí nace La Coa Agrovisual, un proyecto de capacitación audiovisual que busca dar visibilidad y la oportunidad de la autorrepresentación a estas comunidades.

La Coa Agrovisual es un proyecto que desarrolla la creadora de cine Thanya Ponce Nava, acompañada de la coreógrafa Yanina Orellana Garza y el músico Dan González Hernández. Está apoyado por el Estímulo para la Fomación Audiovisual Independiente, EFAI. 

Desde la cámara y los micrófonos, La Coa Audiovisual crea otro ejercicio de cultivo: el que se realiza desde las historias, las imágenes, las miradas de las y los campesinos de la región de El Limón. 

¿Cómo inició el proyecto La Coa Agrovisual?

Conocí a un grupo de jóvenes durante un encuentro de agroecología en San Luis Potosí. Provienen de las comunidades de Autlán, El Grullo y El Limón, en Jalisco. Realizan un programa autónomo de formación agrovisual: trabajan con huertos, escuelas, jornaleros y campesinos; realizan agricultura alternativa. Nos invitaron a su Festival de la Fruta y la Semilla Nativa. Ahí conocimos su comunidad. 

Desarrollamos La Coa Agrovisual con estos líderes comunitarios. Es el primer municipio agroecológico de México, lograron esa declaración gracias a un grupo de productores orgánicos, académicos y otros miembros de la comunidad. 

Presentamos el proyecto al EFAI desde las necesidades de la comunidad y lo que nosotros, como grupo multidisciplinario, podíamos ofrecer. Yo trabajo con una educadora somática, coreógrafa y bailarina, Yanina Orellana Garza y el músico Dan González Hernández. El colectivo ha crecido, pero el proyecto lo desarrollamos entre los tres. 

De esta experiencia resultaron seis cortometrajes, de naturalezas y estéticas diversas. Los presentamos en un encuentro campesino en El Limón. También hicimos una proyección en El Grullo. El paquete de cortometrajes completo se exhibirá en abril de 2024 y continuará con la creación de redes de empoderamiento y visibilización del trabajo en el campo.

 

La Coa Agrovisual proviene del colectivo Sintropía Audiovisual, ¿qué me puedes contar de este grupo?

Comenzó con un compañero que conocí en Brasil. Él estaba vinculado a colectivos punks y de creación colectiva. Provengo de la universidad pública en Argentina, tengo formación en cine y llevaba tiempo involucrada en proyectos de conservación ambiental. 

Este acercamiento me llevó a la escena del hardcore punk brasileño y colaboré con el colectivo Pedalada Audiovisual. Creamos el cortometraje Xepa, que abordaba el tema del desperdicio de alimentos en São Paulo, Brasil. Entonces surgió Sintropía Audiovisual. Tiene que ver con las estrategias de autoorganización de la vida. Los sistemas complejos se organizan, y a eso se le llama “sintropía”, que surge a partir del caos, en los sistemas vivos y complejos. Me gustó crear un proyecto audiovisual en el que todo se fuera autoorganizando sin un plan demasiado definido, así surgieron nuestras creaciones.

Luego vinimos a México y nos establecimos en Tulum, hicimos cortometrajes en el área de turismo. Allí entendimos estábamos haciendo cine comunitario. En 2022 conocimos a Yanina y a Daniel, con quienes desarrollamos La Coa Agrovisual. 

 

¿Crees que estas personas de las comunidades ecoagrícolas permean algo de su propio trabajo en el ejercicio audiovisual ?

Durante la presentación de los cortometrajes de La Coa, un campesino compartió que la tierra, cuando es buena, no elige qué semillas crecen; la semilla crece y después uno decide qué hacer con sus frutos. Esta reflexión fue significativa para nosotros. Nosotros tenemos claras nuestras intenciones: la autorrepresentación, la resistencia al extractivismo académico y cinematográfico de las narrativas locales, y la democratización de los medios. Es relevante que la gente sepa que son dueños de sus propias narrativas y estéticas, y que pueden expresarlas a través del audiovisual.

No sabemos qué harán, pero es como la tierra y la semilla. Ellos crearán, ya que imponer una narrativa va contra nuestra pedagogía. Reconocemos la belleza del arte, pero también cómo los cánones y el monopolio de las narrativas mediáticas influyen en nuestras consumos culturales. Esperamos desarmar eso, y dejar que se vuelvan a organizar. 

En muchos de estos movimientos reconocemos importantes las propuestas creadas por las comunidades para abordar situaciones difíciles. Desde los cortometrajes queríamos destacar las soluciones que ellos están creando. Aparte de eso, los dejamos ser: hubo un videoclip muy bello y etéreo, que en apariencia no representa las cosas de manera directa, pero sí denuncia y sensibiliza. Otro documental involucra a académicos e investigadores locales. Son las exploraciones que buscamos a través de Sintropía Audiovisual. 

 

¿Hay algo que te llame la atención de estos cortometrajes por su discurso o su estética?

Todos me resultan alucinantes. Le metieron mucho trabajo, dedicación y sensibilidad. Uno me toca especialmente: lo realizaron unas amigas que conocí en San Luis Potosí, se llama Redes Campesinas. Cuenta la historia de tres campesinos que producen sus alimentos y la resiliencia que han mostrado frente a situaciones desafiantes, como el cambio climático. Hubo desbordes de ríos y desastres naturales que afectaron a su comunidad, con pérdida de vidas; a pesar de ello, la gente sigue trabajando en sus cultivos. Además, han creado un emprendimiento para formar parte de la cadena de distribución agroecológica.

Como no tenían tiempo para generar un cortometraje, me dijeron: "¿Podemos hacer un video para promover la tienda que estamos abriendo?". Crearon un documental sobre tres productores que hablan sobre su tienda, La Revolucionaria. Tiene una belleza y ternura máximas. Lo presenté durante el encuentro de Formación Audiovisual Independiente, y tanto a los compañeros como a las compañeras les gustó ver este trabajo terminado.

El resto de los trabajos también me conmueve muchísimo. Me encantó cómo la gente se apropió de las herramientas y eligió cómo usarlas. Queremos estimular la creatividad y la curiosidad, el desarrollo de estéticas que les apelen a ellos y desde un lugar más auténtico. Se puede construir un cine con mayor potencia y con una voz más vibrante.

 

Cortesía: La Coa Agrovisual

 

¿Hacía dónde va el proyecto de La Coa Agrovisual? 

Nuestro vínculo con la comunidad sigue permanente. Son amigos, nos han llamado aliadas estratégicas de sus proyectos, lo cual es muy honroso. Seguiremos participando en lo que se está construyendo allá. A través del EFAI existe la posibilidad de que renovemos el proyecto, quizá atendiendo espacios a los que no pudimos llegar, como huertos comunitarios, jornaleros migrantes, que también tienen cosas muy interesantes. Esta alianza nos ayuda a entrar en el tejido comunitario desde el lado de la creación artística, desde un lugar de autorrepresentación y en una vinculación intergeneracional.

 

Me llama la atención cuando esta comunidad nombra a La Coa como aliados estratégicos. Más allá del honor que debe merecer eso, habla que para ellos fue importante este ejercicio. 

Ellos nos han dicho que nosotros también estamos sembrando, que con estos relatos los jóvenes están viendo el potencial de sus lugares. Los campesinos que participan en esos encuentros se escucharon con los jóvenes y supieron cómo están viendo las cosas ellos. Se escucharon, se empezó a establecer un espacio de diálogo. Siento que viene por ahí, por empezar a escucharse desde un lugar más plural y abierto, y entender el uso de estas tecnologías desde un lugar propio.

Ellos están generando las historias y construyendo sus narrativas. Por eso le deberíamos dar continuidad. Si uno llega con la apertura de compartir las herramientas y que ellos hagan lo que quieran hacer y contar lo que quieren, va a salir todo bien.

Conoce más del proyecto La Coa Agrovisual en su página de Facebook