Fábricas, páramos sorprendidos por hogueras liberadoras, locales que venden hamburguesas malísimas o calles toluqueñas sin prosapia, son los espacios donde viven las juventudes Colmenas. Y estas historias se cuentan desde una fotografía que experimenta y reta a los espectadores. Esta mirada la propone Miguel Escudero, quien le ha dado luces, sombras, poesía o angustia a las historias de Colmena.
Platicamos con Miguel sobre este oficio de cinefotografía, que está creando un sello en el colectivo del que forma parte.
*Portada: still de Mostro, José Pablo Escamilla.
¿De qué forma descubriste tu vocación por la cinefotografía?
Mi primer contacto en el cine fue cuando estudié animación. Me gusta mucho, y sin embargo es demasiado técnico y yo buscaba algo más relacionado con la creación de historias. Miré algunos cortometrajes y me di cuenta de que quería estudiar cine. Una vez que me integré a algunos proyectos, la práctica me despejó cualquier duda respecto a especializarme en cine.
Crecí en Toluca, en el Estado de México, y vine a la Ciudad de México a estudiar animación en Centro Diseño, Cine y Televisión. Ahí identifiqué mi interés por el encuadre, el movimiento de cámara y la iluminación, que complementó mis antecedentes, porque también soy músico. Después decidí aplicar para el CCC y así pude desarrollarme como cinefotógrafo.
¿Qué habilidades tiene que desarrollar un cinefotógrafo?
Es un área de trabajo donde se encuentra en balance la resolución técnica y la sensorial. Buscamos preocuparnos por lo que quiere expresar el director y los actores, y nos unimos con nuestra propuesta visual. Es algo que tiene que ver con la intuición desarrollada.
Todos en la cinematografía somos artistas y tenemos sensibilidad para lo que hacemos. Hacer cine es una base para el diálogo y el desarrollo crítico, aunque siempre se necesitará desarrollar la sensibilidad adecuada para cada área en la que participas.
¿Cómo relacionas tu formación musical con el ejercicio cinematográfico?
En mi familia la mayoría son músicos y esto me ha guiado para hacer una búsqueda independiente, he seguido el espíritu libre de la creación. En mis inicios como músico tenía una banda de metal, me sirvió para aprender que la música ayuda a formar un diálogo, entonces puedo conversar con un director sobre algún guion o puedo comparar con alguna canción mi sentir respecto a las escenas y ellos me dicen si sienten lo mismo.
Yo uso piezas musicales para obtener un referente creativo y de ese modo imagino la atmósfera visual de las historias. La música me ayuda a captar las esferas sensoriales que voy a desarrollar en algún filme; es una traducción transversal de los lenguajes del cine, desde lo sonoro a lo visual o lo gráfico.
Participas en Colectivo Colmena, gran parte de su propuesta cinematográfica se ha construido desde tu mirada. ¿Cómo es la convivencia en este grupo?
Es una fortuna conocerlos. Ellos también estuvieron en Centro y pude integrarme al proyecto desde etapas germinales, eso facilitó mucho las cosas.
Los directores me buscan, platicamos sobre el proyecto y se hace. Cada secuencia la platicamos fuera del guion: analizamos lo que percibe cada quien y así formamos propuestas de imagen en las que identificamos las emociones principales que queremos comunicar, o bien una palabra que resuma la esencia de ese momento.
Planeamos y diseñamos cada secuencia en “bits sensoriales”. Mi forma de trabajo es totalmente sensorial, para lograr las imágenes correctas.
¿Un cinefotógrafo puede desarrollar un estilo visual, aun cuando deba complementar las ideas de los directores con los que trabaja?
Participar en Colmena nos ha ayudado a encontrar una estética formada, y aunque en ocasiones los espacios para grabar y la disponibilidad no es tan agradable como lo que se esperaría, siempre nos adaptamos. Es un poco de lo que pasó con Mostro.
Con José Pablo, el director de Mostro, un factor en común es que ambos crecimos en Toluca, así que conocemos los lugares y sabemos dónde grabar. Esto nos ayuda para el desarrollo de las películas, y lo hemos fortalecido con el aprendizaje y las herramientas que Colmena nos brinda. A veces logramos un avance y nos movemos a buscar más lugares: los estudiamos, planeamos la propuesta y regresamos a grabar con la misma intención para proyectar.
También nos adaptamos con lo mejor: si los espacios son reducidos, buscamos usar material compacto, y aunque podrían ser limitaciones, nos permite movernos y funciona porque siempre estudiamos la luz. También son importantes los actores, porque ellos se van a desenvolver en el lugar y a ellos los vamos a capturar.
En Mostro y lumbrensueño se percibe una estética de la precariedad; se aprecian circunstancias similares a las que platicas respecto a las limitaciones técnicas y de equipo ¿esto impacta en el diálogo visual?
Con limitantes aprendes y explotas más la fotografía, porque hay que aprovechar al máximo tu encuadre, la luz y el lugar, al mismo tiempo que uno es fiel a la idea de lo que se planea proyectar. Si bien no define la estética, si la construye, porque esas limitaciones no son barreras; son herramientas, es una fortuna poder crear con los menos elementos posibles.
Si dispusieras de mayor tecnología ¿cambiaría tu forma de hacer foto?
En la escuela aprendí a hacer cine de forma tradicional, con grandes equipos de producción y es algo que también se disfruta; cuando hay un crew pequeño, mi estética sigue igual. Si algo cambia es el tiempo en que puedes ejecutar un proyecto, aunque un equipo más robusto también puede limitarte, porque entonces tienes que pensar en cómo mover el equipo, el personal y obtener permisos.
Actualmente, con José Pablo, tenemos problemas respecto a adquirir un equipo más grande para un proyecto; sin embargo nos aferramos a realizar ese trabajo.
Ya has participado en tres largometrajes, ¿hay algún género en el que te gustaría experimentar o probar suerte?
Me encantaría hacer una película de ciencia ficción, no busco algo enorme con gran producción sino sencillamente probar suerte en el género y que la película hable por sí sola bajo una sola voz con mi trabajo y el de mis directores.
¿Qué buscarías explorar en este género?
Cuestionarse la existencia humana, el tiempo que tenemos como especie, explorar en cada uno de nuestros personajes planteamientos existenciales y claro desde mi especialidad lograrlo visualmente. Esto en ocasiones requiere socorrer a los sueños y es un reto plasmarlos.