Patricia Loranca: historias de la escena y la maternidad

Patricia Loranca, actriz formada en el INBA y escritora por vocación, comparte su historia Manita, donde proyecta el papel de una mujer que lidia entre mantener una vida profesional en el teatro, a la par que su papel de madre. 

Con Manita Patricia ganó la edición 2023 del concurso Nárralo en primera persona, que tuvo como tema Sororidad y Resiliencia. 

En Manita Patricia Loranca explora, desde un angustioso humor, la problemática de una madre que se desarrolla en la sociedad mexicana actual, y también propone un diálogo íntimo entre mujeres: la resistencia que representa la sororidad y la resiliencia. 

En el concurso de Nárralo en Primera Persona de 2023 se recibieron 87 proyectos, provenientes de 24 entidades del país, además un trabajo de Barcelona. 

La edición 2024 de Nárralo en primera persona arrancará el 8 de marzo.

¿Desde qué espacio de su quehacer como actriz narra Patricia Loranca? Ella nos cuenta: 

 

Sé que estudiaste Teatro en el INBA y que tienes formación actoral. ¿Cómo surge el interés en escribir para cine? 

Mi carrera se ha fundamentado en el teatro, escribí la obra de ECO y también actuó en ella. Siempre me ha fascinado el cine y tiempo después de terminar de estudiar teatro me surge la intriga de hacer cine. Apliqué al diplomado del CCC para guionismo. El curso es muy completo, inicia con ejercicios sobre tu capacidad para describir y crear distintos ambientes. Eso es lo que disfruto de la escritura en cine: como puedes crear con imágenes tus ideas, era algo que no había explorado a fondo.

 

Actuar y escribir son actividades diversas. Cuando estás en un escenario es todo el cuerpo y el movimiento, relacionarte con quien te dirige y otros actores. La escritura es más introspectiva. Son espacios creativos que te piden cosas.

Ambas profesiones comparten varias cosas. La actuación tiene esta parte de estar con más personas en un espacio, pero también requiere mucha soledad para entender al personaje y compartirlo con otras personas. Y con la escritura me pasa igual, me pasó en este cortometraje de Manita, me puse en la situación del personaje como lo hago como actriz. La formación como actriz me ha ayudado a comprender a los personajes y las situaciones, de pronto pienso: a esta situación le falta carnita, le falta conflicto. Esta cosa de ser actriz me ha ayudado a entender los procesos por los que tienen que pasar los personajes. 

 

Entonces llega el concurso Nárralo en Primera Persona y, ¿tú ya tenías una historia cuando viste la convocatoria, o encontraste la convocatoria y pensaste qué historia podría funcionar?

Fue un poco de las dos. Yo quería concursar desde 2022 pero se me pasó la convocatoria, un poco por miedo; ahora que estaba en la escuela encuentro la convocatoria y cerraba en tres semanas. Me atravesó el hecho de que mi hermana tiene una bebé, y una de mis mejores amigas de la carrera también tuvo un bebé. Esta amiga me contó todo su proceso sobre ser madre y querer seguir su carrera. Entonces encontré ese tema sobre la maternidad y querer continuar con una carrera profesional. 

Pienso que la maternidad a veces se romantiza o se pone en un lugar horrible. ¿Dónde está ese punto intermedio donde una es madre por decisión, pero al mismo tiempo se ve sumergida en un sistema que no da cabida al cuidado de un bebé? Y decidí hablar de eso. Sentí que era necesario hablarlo.
 

 

Esas vivencias que tuviste alrededor y después la escrutura del guion… ¿Te hicieron formular tus preguntas sobre ser madre? 

Sí, porque obviamente quiero ser madre, pero observas las dificultades reales: las limitaciones que impone el trabajo, la escuela, el sistema y la sociedad. “Narralo” es importante porque puedes explorar nuevos horizontes y plantear nuevas búsquedas. Te pongo un ejemplo: usualmente consumimos la fórmula del viaje del héroe, que me encanta lo que hace para  conquistar y regresar, pero en mi caso, o el de otras escritoras, tienes la oportunidad de plantear el viaje de la heroína, donde las conquistas son internas, de una misma, sobre nuestra persona. 

 

¿Cuáles crees que son los temas que los están moviendo a ti y a tus compañeros del diplomado del CCC? 

Es un grupo muy diverso y eso es enriquecedor, porque cada quien quiere contar cosas distintas. Nos han dicho mucho las maestras y maestros, y es muy interesante, que este grupo en específico les encanta el terror. No es de gratis, lamentablemente hemos vivido mucha violencia en el país y la manera de externar esa violencia ha sido a través del desfogue del terror, como si pudiéramos escaparnos de nuestra realidad para contarla desde la fantasía del terror. 

También es muy interesante que hablan de las identidades, encontrarte dentro de una sociedad o de un todo, es algo de lo que estamos hablando.

 

¿Cómo te ves en un futuro en el camino de la escritura?

No quiero dejar de escribir, lo tengo muy claro. Por fortuna no he dejado de tener trabajo como actriz, pero he logrado empatar la escritura y eso es algo muy noble de escribir, es un espacio a solas, en el que no necesito más que una mesa, una silla y mi computadora. 

Tengo muy claro que quiero hablar de temas de género. Desde niña me ha movido: no lo podía nombrar de esa manera, pero me provocaban muchas cosas sobre ser mujer en México y lo quiero contar. Es el momento en el que las mujeres tomen el rol protagónico. También ser actriz me brindó eso, darme cuenta de en qué historias decido poner mi cuerpo para contarlas. En lugar de estarme quejando, agarro la pluma y el papel y cuento estas historias, que quiero contar y que considero que no se están contando.