Ocho de cada diez, película de Sergio Umansky, aterriza en personajes estas cifras. Aurelio investiga el homicidio de su hijo, y en el camino conoce a Citlali, quien escapó de una relación de violencia doméstica y ejerce la prostitución mientras encuentra cómo recuperar a su hija. La violencia hace de ambos seres marginales, pero desde estas orillas de la sociedad también se crea la solidaridad, el afecto, incluso el amor.
Fue lo último que le pusimos. Ya terminado el corte, hablábamos de la estadística que se habla en la película, sobre los ocho asesinatos que quedan impunes de diez que ocurren. Con mi productor dijimos: ¿por qué no lo ponemos al comienzo como en Star Wars, que durante este tiempo en México hay 240,000 asesinatos y lo ubicamos en un tiempo?
Lo pusimos y cuando vimos que seis personas mueren mientras uno está viendo una película, sentimos que ahí había un inicio que te agarra, desde ahí estás con la película. Luego se sostiene con los asesinatos que suceden.
La intención existía desde que entendí que en la película un personaje es México; a mí me gustaba que el cumpleaños de la hija de Citlalli sea el día de la Independencia y entonces la película se ubicó en septiembre, entonces hay temas nacionales alrededor de la película, hacemos banderas que pasan atrás y en los carros y por todos lados, como un septiembre en México.
Con eso nace la idea del himno al final y que México sea un personaje importante dentro de la película y además en el centro de México.
Para mí, dos años y medio después de haberla terminado, el corazón de la película es que el amor es reconocer y acariciar las cicatrices del otro.
Dentro de toda esta oscuridad y dentro de esta búsqueda de justicia, existe esta leña entre dos personas cuando se vuelven cómplices. Esa fue la idea del Zócalo y que esa sea una noche libre, y que de ahí sean cómplices, acariciándose sus cicatrices y dejen de ser pasivos y se conviertan proactivos y se gobiernen a sí mismos.
Citlali acaba de escapar de Tijuana, de ese hombre que abusaba de ella, busca una identificación para recuperar a su hija y en eso conoce a Aurelio. Este hombre ha sido herido y encuentras esa complicidad. Alguien me lo dijo, que la película era sobre la relación que tenemos con México, que es un poquito ella.
Yo estaba escribiendo la historia y la historia de amor no estaba del todo allí, lo que no me gustaba era que había pura mala noticia. Hasta que no encontré que en el centro de esto hay relaciones humanas importantes, eso es lo más importante y lo que nos saca de eso.
Ese encuentro es importante porque además vienen de la Iglesia y él entiende, muy a su manera, lo que dice el cura sobre la justicia, que está en los corazones rotos de la justicia; él lo toma a su manera y la escena con Citlali era para enseñar el coraje interno.
Esto viene de hace seis años, empezó como un documental en el que entrevisté a 500 personas, entre ellos muchas mujeres víctimas de violencia. De la investigación te das cuenta de cómo de 8 a 10 personas, por lo menos desde mi punto de vista, y no creo que sea esto en México, creo que es global, tienen necesidades urgentes y no sienten que un sistema los represente, todos tienen ese coraje y todos tenemos el potencial de que nos lleven a un límite..Como cineasta intento llevar a mi personaje al límite de la experiencia humana, que la duda sea: ¿qué va hacer Aurelio al final?
Daniela es productora también, conoce el proyecto desde el inicio. Soy muy fan de su trabajo y desde el inicio veíamos entrevistas, probamos acentos, corporalidades que veíamos en otras entrevistas, con ella siempre supe.
A Noé no lo conocía, no lo había visto en un papel que navegue tantas emociones. Sabía que es un gran actor, pero no me había tocado verlo, y a él no le llegan tantos protagónicos como se quisiera. Terminé el guion y recuerdo que cuando se lo mandé me habló y me dijo: Me encantó, lo quiero hacer.
Y como comenté antes, soy un obsesivo con los ensayos, no hay una línea de diálogo en toda la película que no hayamos ensayado, estuvimos un mes encerrados en mi oficina, Noé, Daniela y yo, con los demás personajes entrando y saliendo, ensayando, ajustando, moviendo.
Yo sabía que iba a ser Daniela y cuando llegó Noe también se sintió una química muy, muy rápido. Cuando llegó Noé, y ambos se encuentran, empezaron a jugar con una escena y fue muy claro que iba a haber una química que yo estaba soñando.
Tuve un encuentro mágico con Miguel, yo no lo conocía, Óscar Ramírez me lo presentó, ví su energía, tenía 27 años, nunca había hecho un largo pero vi su reel, platiqué con él y se sintió algo mágico, y lo sentí todos los días de rodaje.
Soy un freak de los ensayos y no sólo con los actores, también con el fotógrafo. Fuimos al hotel incontables veces, pusimos la cámara, desde dónde y cómo se va a ver, estuvimos trabajando mucho todo esto; y con Ángela, la directora de arte, hicimos muy lindo equipo.
El hotel que ves por fuera, la callecita donde se ve a las prostitutas y los vagos no es el hotel interior. Hicimos este exterior encontramos otro interior que nos funcionó, la verdad es que el trabajo en locaciones fue muy bueno y encontramos esa calle, porque habían muchos tiros y para la logística de cómo se encuentran y por donde entran y por donde salen fue muy importante.
Estoy muy emocionado de que finalmente salga. Tuvimos un bonito recorrido en festivales, creo que es una película importante que tiene algo que decir, que quiere traer temas a la mesa, quiere ver ciertas cosas y estoy muy emocionado, muy agradecido.
Lo que espero ahorita es cumplir un proceso, la película se hizo para el cine, ojalá la gente no le tenga miedo al Covid y vayan y gocen de una película que no es para gozar pero que tiene mucho corazón.
Ocho de cada diez (México, 2018). Dirección Sergio Umansky Brener. Producción: Sergio Umansky Brener, Ozcar Ramírez González, Daniela Schmidt, Raúl Briones, Edward Coward. Guion: Sergio Umansky Brener. Fotografía: Miguel Escudero. Edición: Sam Baixauli. Sonido: MartíndeTorcy. Música: Kenji Kishi. Productoras: Terrícola Films , Arte
Mecánica Producciones. Elenco: Noé Hernández, Daniela Schmidt, Raúl Briones, Edward Coward.