'Cigüeñas' de Heriberto Acosta: el viaje entre la libertad y la adultez

¿Cómo surge el proyecto de Cigüeñas?

Una situación me hizo reflexionar sobre este tema. En el primer embarazo que tuvimos con mi esposa tuvimos un problema hacia la semana doce y acudimos al hospital. La ayuda no llegaba, pero sí los papeles que había que firmar. Hacía falta hacer un legrado y el hospital quería deslindarse de responsabilidades relacionados con la interrupción del embarazo. Como sabes, en el país pocos estados que permiten la interrupción del embarazo de forma legal; en Jalisco hasta ahora se sigue criminalizando. 

Era un drama tremendo: nuestro primer embarazo y con la pena de que se tenía que hacer un legrado. Fue la génesis de querer hablar del tema.

Se han hecho películas, el tema se toca en la televisión, pero siempre con escarnio o melodrama. Quise extrapolar mi experiencia a las chicas jóvenes. Investigué y encuentras datos tremendos, chicas que pierden la vida, que terminan en problemas legales, algunas con sentencias en la cárcel, porque las condiciones en nuestro país son disparejas para tomar decisiones sobre nuestros cuerpos. Quise hacerlo de manera naturalista: dos jóvenes emprenden un viaje y en ese viaje vamos revelando el tema. 

¿Cómo transformaste esta anécdota propia en un coming of age? Porque es cierto que el tema central es el aborto de Claudia, pero cuentas más de tus personajes: cómo son, a qué se dedican, algún dilema ético de Arturo en su lugar de trabajo. 

Están cruzando los veinte años, cuando todavía eres un poco de adolescente, todavía estás sin control sobre tu futuro y yo quería llevarlos a esta bifurcación, contar en qué tipo de persona te vas a convertir.

Quería hablar de la vida secreta que todos tenemos, porque el tema de la interrupción del embarazo planteaba hacerlo de manera que no sea la Rosa de Guadalupe o algo dramático.Pensaba: ¿cómo reflexionar sobre este tema de manera pacífica? Y quise profundizar con la carne de los personajes. Creo que también los actores Jenny y Jesuso nutrieron a los personajes, me hablaron de sus experiencias y sus vidas secretas. 

Yo tengo muchísima fe en los jóvenes, haber trabajado con Jenny y Jesuso me abrieron un montón de esperanza, tienen una posición firme sobre lo que quieren y eso en mi generación no existía tanto. 

¿Cómo llegaste con Jenny RVC y Jesuso López, y después }, cómo los dirigiste? 

En Guadalajara tenemos varias escuelas de arte dramático y acudí a ellas, también hice casting con gente que no tiene nada que ver con la actuación. Los personajes no viven hasta que les pones una cara. Cuando vi a Jenny y platicamos, ella andaba atravesando un poco eso de la toma de decisiones de en quién se iba a convertir, traía estos conflictos e identifique mucho a Claudia con ella. Con Jesuso ocurría algo semejante. 

A pesar de que los dos estaban estudiando y trabajando, tuve la corazonada de que había que ir con ellos y no me equivoqué: los personajes desarrollan cierta química real. Ellos se fueron haciendo amigos en el proceso de hacer la película y continúan la amistad. 

En cuanto al proceso de dirección, no les di un guion exacto en cuanto a diálogos, aunque sí existía. Lo que hice fue hacer la película con ellos antes: fuimos a todas las locaciones e hicimos una especie de corrida de cómo sucederían las cosas, les preguntaba cómo te moverías aquí, cómo qué sentirías aquí.

Cuando grabamos dejamos de lado lo que habíamos hecho pero ya había una intuición en torno a los personajes.

Para grabar fuimos muy eficientes porque no teníamos muchos recursos, pero sí teníamos amigos profesionales que se tomaron una semana de no trabajar en otro proyecto y nos echaron la mano.

Diseñamos una corrida muy padre, tuvimos apoyo por parte del gobierno del estado, de las corporaciones.Así conseguimos seguridad y condiciones para hacer muchas partes de la película. 

¿Cómo fue la experiencia de filmar en Jalisco? 

El cine mexicano no ha visto realmente la gran diversidad de lo que somos los mexicanos. Tenemos escenarios que van más allá de la colonia Roma, era una pérdida para el cine mexicano que no se reflejara esto.  

Creo que hay proyectos interesantísimos que están sucediendo en todo el país. En el norte se está haciendo un cine increíble. En mismo Guadalajara tenemos años saliendo a contar lo que nos acontece: el productor Alex Briseño tiene muchísima experiencia y con él he trabajado en muchísimos proyectos; otro gran amigo, Iván López Barba, estaba terminando la película de Chivas con Rubén Bañuelos y me dijeron: “pues de una vez te ayudamos a producir la tuya”. Hemos ido a producir no sólo a México, sino a otras partes del mundo.

Ahora vives en Bulgaria, ¿estás trabajando algo allá? 

Nos venimos a vivir acá pensando que era un buen lugar para criar niños. Queríamos estar en una ciudad pequeña y a partir de estar aquí se me ocurrió una idea y comenzó a crecer. Escribí un guión y ahora andamos en el proceso de levantarlo. Es una historia que tiene que ver con una familia que es mexicana y búlgara, la confrontación de las dos culturas, pero también el reconocimiento de que los seres humanos, donde sea que vamos, somos los mismos y padecemos de las mismas circunstancias ante la vida.

La experiencia humana es universal y es muy padre moverse a otro país, porque te confirma que las historias que venimos contándonos una y otra vez, de pronto cambia el idioma, pero es la misma historia.