'Los días francos' de Ulises Pérez Mancilla: una reivindicación del fracaso

No está claro si Amanda Suárez es peor como actriz o como madre. Lo que sí, ambas cosas las ejecuta con ahínco y esperanzas. 

 

Acude a castings, huele el uniforme escolar de su hijo y decide que no apesta tanto, caza contactos fallidos que podrían impulsar su carrera y procura  amistades que le fíen comida o que le ayuden a pagar la renta. 
 

Entre este derrumbe, lento e inminente, mantiene el sueño del reconocimiento. El que ella se debe a sí misma y que se malgasta en una cotidianidad catastrófica. 


Con su ópera prima Los días francos, Ulises Pérez Mancilla recupera el género del melodrama, para hacer el retrato de una mujer abrumada por las exigencias de la vida moderna. Para este proyecto cuenta con la complicidad de la actriz Stephanie Salas, quien interpreta desde la sabiduría y la experiencia. 


Los días francos se presentó en la edición 24 del Festival Internacional de Cine de Guanajuato. En marzo de 2024 tiene su estreno comercial.


Platicamos con Ulises Pérez Mancilla sobre este melodrama. 

 

¿Qué fue primero? ¿Imaginar una película sobre una actriz y madre soltera, y al buscar un perfil apareció Stephanie Salas; o tenías la posibilidad de hacer algo con Stephanie y creas esta historia alrededor de ella? 

Fue un proceso simultáneo. Comencé a escribir este guion con una beca del  FONCA; entonces coincidí en  una premiere con Stepahnie y un amigo me dijo: ‘Ahí está la protagonista  de la historia que estás escribiendo’ y me casé con esa propuesta. Ocurrió que en muchos de los tratamientos del guion ya tenía a  Stepahnie en mente. Siempre fue mi primera y única opción.

 

Con Stephanie Salas de protagonista recurres a un  símbolo generacional, ella forma parte de aquellos artistas juveniles de hace 30 años, ahora en su edad media y con la crisis de los éxitos y los fracasos ¿Te funcionaba Stephanie así o cómo pensabas en ella como protagonista de tu historia?

Me llamaba la atención su presencia frente a la  cámara. La película está inspirada en los melodramas clásicos del cine nacional, entonces su presencia me recordaba a su abuela, Silvia Pinal, y a su mamá, obviamente, Silvia Pasquel. En ella  veía esto, desde físicamente hasta su forma de actuar. Incluso algunos gestos tienen esa esencia de alma vieja que quería en la película. 
Y claro, también la recuerdo de joven, cantando y actuando. Ya había participado en Modelo antiguo con su abuela y había hecho Mejor es que Gabriela no se muera. Ha hecho series últimamente, entonces es una presencia familiar para el público. Y por otro lado es un rostro fresco en el cine nacional.

 

 

¿De dónde viene el interés de retratar un personaje como Amanda, una actriz fracasada que al parecer difícilmente podrá tener éxito? 

Tenía muchas ganas de reivindicar el fracaso; socialmente solo hay dos polos, el  éxito o el fracaso. Yo pensaba que por cada actriz que lo logra hay miles más que no. Siento que hace falta reivindicar socialmente el fracaso, porque no es un descalabro; en los fracasos se puede encontrar cosas  positivas. En el caso de Amanda es encontrarse con ella misma.  Siempre tuve claro que quería contar esa parte de la historia  que no se cuenta. Que también es una fantasía muy recurrente decirnos: ya no puedo y lo voy a abandonar. Y luego  reflexionas y sigues adelante.

 

Los días francos es un melodrama, desde ahí te refieres a una tradición del cine mexicano. Por otro lado apelas a una modernidad que se debate ahora, el ejercicio de ser madre y no la madre abnegada, sino alguna descuidada, que no sabe todo y se le complica el ejercicio de la maternidad. Es una película tradicional y a la vez trasgresora.

Tenía muchas ganas de hablar de la maternidad desde el punto de vista de un hijo que ya creció y me toca recordar momentos que viví con mi madre. Ella me parecía una heroína que lo podía todo, ahora que soy adulto pienso que seguramente se cuestionaba un montón de cosas existenciales, deseos, frustraciones. 

Me parece que esta contrapropuesta viene más de la combinación de elementos; sentí que era beneficioso proponer esta transgresión. 

Y es curioso, también creo que es una película con referencia en el cine mexicano, que madres así las ha habido por épocas. Están en el cine de Alberto Bojorquez, Retrato de una mujer casada y Adriana del Río, actriz; o en Lola, de María Novaro. Hay ciclos donde viene esta necesidad de romper con estas formas de la maternidad tradicional; yo siempre sabía que la propuesta se debía más de esa transferencia de elementos, que de otra cosa.

 

 

La parte más fuerte de Los días francos es la dirección de actores. ¿Cómo trabajas con ellos? 

Hubo mucho trabajo de mesa, porque otro de mis objetivos era hacer una película de ensamble actoral. 

Además de los protagonistas —Stephanie, Alberto Santiago y el niño Arturo de la Rosa—, alrededor hay pequeños satélites, actores extraordinarios, muchos de la Compañía Nacional de Teatro. Llevo 15 años trabajando como script, a muchos los conocía y pude tener esta comunicación directa. No había una actuación individual particular, todos estaban en función de la historia. Me gusta que los pequeños personajes con los que ella se relaciona estuvieran en función de algo que iba a suceder, pero que no tuvieran esa intención directamente con ella, como la vida. 

Los días francos (México, 2021). Director: Ulises Pérez Mancilla. Producción: Víctor Léycegui Martínez, Pablo Zimbrón Alva. Guión: Ulises Pérez Mancilla. Fotografía: Mariel Baqueiro. Música: Galo Durán. Reparto: Stephanie Salas, Arturo de la Rosa, Alberto Santiago.