‘Corina’, de Urzula Barba Hopfner y la aventura de cruzar la línea amarilla

La vida de Corina transcurre en una sola cuadra de la colonia Americana, en la ciudad de Guadalajara. Ahí está su hogar, la editorial donde trabaja y los queridos libros que son su verdadera ventana al mundo. Pero algo se complica en el trabajo y Corina debe tomar decisiones: cruzar la línea amarilla de la acera, que la relacionaría con ese territorio desconocido que es el resto del mundo. ¿Hay que aventurarse a lo desconocido, o permanecer en el pequeño espacio que ha elegido para existir?

Con su ópera prima Corina, Urzula Barba Hopfner propone una fábula naive, de colores cálidos y percusiones fulminantes, que alcanza el amor a la literatura, la vocación de la escritura, pero también la valentía de la soledad y el paradigma de expandir horizontes más allá de los libros. 

Con un reparto que encabezan Naian González Norvind, Cristo Fernández y Carolina Politi, Corina es la primera gran aventura que propone el cine mexicano en 2025. 

¿Quién es Corina y de qué forma empieza a configurar el universo cinematográfico de Úrzula Barba Hopfner? Platicamos con la directora. 

 

Corina, dir. Urzula Barba Hopfner

En Corina veo similitud con tu cortometraje Camila, de 2019: una chica introvertida, apasionada del arte, que con su madre logra cierta conciliación con el mundo. No sé si había conciencia de estas constantes. 

Me sorprende la relación que encuentras. No lo hice intencional, pero el arte nos permite explorar al inconsciente y sublimar las emociones que nos confrontan. Hay esa relación entre madre e hija y se generan relaciones importantes: puedes sentirte muy agradecida, pero también contrariada de tu linaje. Me parece apasionante explorar cómo puedes amar a una persona con todo tu ser y al mismo tiempo sentirte contrariado con esa relación. Y eso nos da el cine, explorar un tema con elementos del arte, con música o actuaciones.

 

La primera mitad de Corina es sobre la literatura, el oficio y el amor de la escritura; la segunda tiende al cine de aventura, saca a la protagonista de su zona de confort, la lanza a las estrellas y las vacas, ¿cómo surgen estos elementos? 

La escribí con Samuel Sosa y fue divertido explorar las dos mitades de la película. Al principio hablamos del mundo editorial. Corina sufre de una agorafobia paralizante, se reduce su mundo un montón, pero al mismo tiempo puede explorar su creatividad, tiene espacio y tiempo para ir con ella a otros horizontes. La verdad es que Corina no sufre su agorofobia. Sabe que hay un mundo que explorar, pero está bien ahí, en esa soledad que le permite leer y escribir. 

En la segunda parte hay ambigüedad, porque una parte de nosotros se quiere refugiar, pero otra quiere explorar y asumir los riesgos del mundo. Explorar el mundo significa explorarnos a nosotros mismos y Corina se convierte en la heroína de su propia vida; además, ella es introvertida, nerd y una geek, y todos los geeks y nerds hacemos las reglas de nuestra propia vida y lo que significa para nosotros explorar el mundo.

 

El mundo que conoce Corina es la colonia Americana de Guadalajara. Quienes viven allá tienen clarísimo el peso de este espacio.¿Qué te daba esta colonia y cómo trabajaste con este espacio?

Fui una adolescente angustiada por lo que me deparaba el futuro; anhelaba muchísimo el mundo del arte. Iba al Cineforo de la UDG y todas las tardes de la preparatoria las pasaba viendo pelis y pintando en las calles de la Americana, en una soledad atormentadísima. Anhelaba la creación de arte, hasta dolorosamente. Para mí, esa es la colonia Americana: mi adolescencia, en una exploración depresiva y creativa que ahorita me da risa, pero en ese momento vivía con una seriedad. 

A las chicas de locaciones en Guadalajara les pregunté qué tan complicado sería conseguir locaciones en la colonia Americana. Pau de la Torre, que lideró las locaciones, me dijo: “preguntamos y vemos”; días después vino con la maravillosa noticia. Era un sueño trabajar en este espacio, que tanto le significaba a mi adolescencia en Guadalajara.

 

Otro elemento de suma importancia en Corina es la música. Hay percusiones alucinantes, que forman parte crucial de la narrativa; entiendo que la hizo Gus Reyes y Andrés Sánchez: ¿cómo llegaron a esta propuesta? 

Era importante resignificar la figura femenina, porque siento que las mujeres en el cine somos representadas por melodías y versiones romántica, a través de una mirada masculina nos mandan a melodías sensuales o dulces. 

En el caso de Corina, salir de su casa significa salir a la guerra: por eso trae sus combat boots y por eso su vestuario tiene un guiño de ninja. Corina está estresada porque las mujeres estamos estresadas, estamos enojadas, y eso quería representar con la música. ¿Cómo suena el corazón de una chica que al salir de su casa está estresada? Por eso, para mí las percusiones eran muy importantes, es representar el estrés al que Corina se enfrenta cuando sale de su casa, cuando llega a trabajar, cuando entra a la oficina de su jefa o cuando camina, porque para ella es estar en la guerra.

 

Corina, dir. Urzula Barba Hopfner

 

A Naian González Norvind le das un protagónico que la obliga a estar contenida; no se atreve a cruzar una acera o contesta bajito cuando ordena su desayuno. Es una interpretación interesante. ¿Cómo trabajaste con Naian para conseguir esta Corina? 

Naian hace un trabajo extraordinario. Es una chica sensible, talentosa, e inteligente. Comprende el guion y el personaje como nadie más lo hizo. 

Era importante que el personaje no cayera en la autoconmiseración o la depresión. Corina es un personaje muy digno, le parece inteligente su agorafobia; ella diría: “los cinco millones de personas que se suben a los autobuses corren el riesgo de estamparse y morir; ellos están mal. Yo, de alguna forma, estoy bien acá”. Eso le da profundidad al personaje: no se siente mal por ser ella y lleva una vida padrísima, hasta que es necesario ser valiente. El trabajo con Naian, para mí, deja un referente de colaboración creativa muy fructífera, a partir del trabajo que se hizo en Corina.

 

Con Naian viene un cast que trabaja como si fuera una película de ensamble. ¿Cómo fuiste juntando este equipo?

Fue un trabajo padrísimo con la directora de casting Michelle Betancourt. Llegué aterrada porque nunca había trabajado con tantos actores y no tenía idea de cómo le iba a hacer. Todos hicieron un casting muy afortunado y la colaboración se dio a través de una dualidad mía: muchísima humildad para decir: “ellos saben mejor que yo lo que estoy haciendo”, pero también una intuición acerca de lo que yo quería. 

Trabajé con Laura de Ita, Cristo Fernández, Mariana Giménez, Gerardo Trejoluna, la genia absoluta de Carolina Politi, Elena Gore, Ariana Candela, Maite Urrutia y Azucena Evans, que es la vendedora de pan. Yo les dije: “quiero generar un lugar en el que ustedes se sientan a salvo para que exploremos juntos creativamente” y eso dio frutos.

 

Tengo la impresión de que Corina tiene mucho que ver contigo; no parece una película autobiográfica, pero sí hay un ejercicio muy sugerente de alter ego. 

Yo buscaba contar algo universal desde mi trinchera, mostrar cómo los seres humanos enfrentamos nuestro mayor miedo para encontrar más de nosotros mismos. Probablemente esta ópera prima sea mi línea amarilla, porque Corina literal y visualmente cruza una línea amarilla y detrás de ella está su mayor miedo. 

Yo estaba aterrada de hacer una película, pero eran más grandes mis ganas de explorarme creativamente. Quise honrar al público, porque si alguien va a ver hora y media de alguna locura que hice, les debo que sea algo universal, que sea inteligente y con exploraciones estéticas.

 

¿Qué esperas de la experiencia que se viene con el estreno en enero?

Llegar a salas es un logro absoluto. Es una película de bajo presupuesto, sobre una editora rara que se siente más cómoda detrás del monitor; es un orgullo que si algo se explora desde la honestidad puedes llegar lejos. Estamos contentos de abrir 2025 con una película honesta, que intenta conectar con el corazón todo el tiempo, que busca una comunicación horizontal con el público.

 

Corina (México, 2024). Dirección: Urzula Barba Hopfner. Guión: Urzula Barba Hopfner, Samuel Sosa. Fotografía: Gerardo Guerra. Diseño de producción: _____ Música original: Gus Reyes, Andrés Sánchez Mahler. Edición: José Villalobos. Diseño sonoro: Walter Davis. Productores: Carlos Hernández Vázquez. Elenco: Naian González Norvind, Cristo Fernández, Carolina Politi, Mariana Giménez, Laura de Ita, Gerardo Trejoluna, Elena Gore, Ari Candela.