‘Oblatos el vuelo que surcó la noche’ de Acelo Ruiz: el Alcatraz mexicano

El 22 de enero de 1975 seis prisioneros de la Penitenciaría de Oblatos, en Guadalajara, se dieron a la fuga en un sorprendente operativo, que podría equivaler al Alcatraz mexicano. No eran unos prófugos cualquiera: se trataban de presos políticos, guerrilleros participantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre.

 

Con esta historia, Acelo Ruiz realiza el documental Oblatos, el vuelo que surcó la noche, ópera prima que traza el camino de un documentalista histórico, reflexivo, a la búsqueda de las historias del pasado reciente que aún no conocemos.

¿Cómo conociste la historia de Oblatos?

En 2007 llegó a mis manos el libro La fuga de Oblatos de Antonio Orozco Michel, cuenta sobre estos jóvenes de Guadalajara que vivían en un barrio pobre, se volvieron pandilleros y a la hora de meterse a las universidades intentaron participar de manera política, pero los reprimieron otros grupos estudiantiles controlados por el PRI.

Era una época efervescente, acababa de pasar el 68, durante esos días ocurrió la masacre del Jueves de Corpus y había una gran influencia de la Revolución Cubana. Este grupo de jóvenes se radicalizó, tomó las armas, muchos se van a la guerrilla urbana más grande de México, la Liga Comunista 23 de Septiembre. Caen presos por sus actividades subversivas en la prisión de Oblatos, en Guadalajara, y planean una fuga espectacular, que compite con cualquier película de fuga de ficción, para mí es el Alcatraz a la mexicana.

La película tiene el elemento político de la guerrilla y la guerra sucia de los setenta, un historia poco contada, pero también es un thriller muy emocionante; ¿lo pensaste así desde el inicio?

Habla de la historia política no solamente de este país, diría que de una generación latinoamericana que intentó cambiar al mundo por las armas; también es emocionante porque es la historia de una fuga, con un plan maestro, contrabando de armas, tiene toda esa estructura.

A mí me gustan las películas capaces de conquistar a una gran cantidad de personas y ésta tiene varias capas: para las personas interesadas en la política, pero que también entretiene y que no es la visión derrotista de muchas películas que tocan la guerra sucia desde las víctimas, la tortura, la masacre; esta historia aborda la esperanza, la lucha, la capacidad de sobrevivir a las peores condiciones, como lo hicieron Antonio Orozco, el Guaymas, Villela, que fueron presos, los persiguieron, perdieron gente importante en su vida y aun así siguen luchando por el país desde otras trincheras. Eso nos daba esa doble lectura. Me gusta el cine que entretiene y eso buscamos.

 

¿Cómo fue el proceso de encontrar a tus protagonistas: Antonio Orozco Michel, Álvaro Mario Cartagena el Guaymas, e ir haciendo con ellos el documental?

Son personajes públicos que hacen actividades con universidades. Les interesa que la juventud sepa lo que vivieron,  no necesariamente para repetirlo. Son profundamente generosos; el tema es que el tiempo les arma una estructura del discurso y nos costó trabajo romper esa estructura. Nosotros tratamos de irnos al factor más humano, al más profundo, y sobre todo tener los elementos necesarios para contar el thriller.

José Natividad VIllela aparece a contraluz, entiendo que había problemas para que apareciera, pero me gusta cómo funcionó narrativamente: este hombre sin rostro que da su testimonio. Parece que tu limitante narrativa se convierte en acierto…

Porque además dentro de la historia él juega el papel de personaje misterioso, es importante durante la fuga pero después desaparece de la vida de la guerrilla. Villela es un personaje importante dentro de la historia de la guerrilla mexicana, sobre todo para Guadalajara y Ciudad Juárez, donde fue un dirigente destacado. Fue de los hombres más buscados en México, no tiene vida pública, no se sabe qué hace, dónde vive; nos tardamos un año en convencerlo para que nos diera la entrevista, él no había hablado con ningún historiador ni investigador en casi 43 años. Su testimonio nos pareció la joya de nuestra investigación, nos sentimos orgullosos de esto.

 

¿Qué opinaron tus protagonistas de la película?

Villela la vio y no les gustó; no quedó muy contento de cómo está retratado, pero creo que no es una lectura muy clara, porque la gente no lo juzga, incluso muchos simpatizan con él; al final dijo: ‘es tu película, si quieres sacarla pues va, te deseo mucha suerte’.

Guaymas y Toño están encantados, se revalorizó el papel que habían jugado en esa etapa histórica y se volvieron vigentes de nuevo.

 

En lo que sigue de tu trabajo documental, ¿te interesa seguir una ruta semejante a Oblatos? ¿Hacia dónde quieres ir?

Queremos recuperar la experiencia adquirida con investigadores como Diana Ávila, Ezequiel Reyes que fue el encargado de archivo, del fotógrafo y productor Fernando Hernández, creamos un equipo que cohesionó muy bien. Estamos planteando otra película histórica sobre el 68, es una historia peculiar y estamos trabajando en eso, aprovechando la experiencia que nos dio trabajar a este nivel de archivo, de investigación fílmica, hemerográfica, de encontrar personajes perdidos. Queremos hacer otro documental.


Oblatos, el vuelo que surcó la noche. México, 2019. Dirección, guion y edición: Acelo Ruiz Villanueva. Producción: Centro de Capacitación Cinematográfica. Dirección de Producción: Acelo Ruiz Villanueva, Emilio Aguilar Pradal, Fernando Hernández García. Fotografía: Fernando Hernández García. Sonido: Diana Rocha “Dirogui”. Diseño Sonoro: Ludwig Jacob Villanueva. Música original: El Gabinete. Con Antonio Orozco Michel, Álvaro Mario Cartagena López “Guaymas” y José Natividad Villela Vargas.