Acervo Paul Leduc: el legado de un cineasta

Entrevista a Israel Rodríguez, coordinador del Acervo Paul Leduc

 

Paul Leduc creía que el arte -por supuesto el cine, pero también la música, el teatro, las artes plásticas, la literatura- era una forma de resistencia contra los poderes depredadores del mundo. Por eso le fue tan importante abrir su filmografía para el público en general, con acceso libre y gratuito. Lo hizo antes de su muerte en una página web, y pidió que así se conservara. Tiempo después, el proyecto creció hasta crearse el Acervo Paul Leduc, con el apoyo de Focine Acervos, que a sus películas agrega documentos, guiones, artículos y todo tipo de materiales.

En Ficunam 14 se realizará la retrospectiva Sinfonía Insurrecta. El cine de Paul Leduc, con sus obras emblemáticas, demás de materiales poco conocidos. Además, se presentará el libro A la altura de los ojos. Una visita al Acervo Paul Leduc, y un relanzamiento de la plataforma.

Israel Rodríguez, historiador por la UNAM y el Colegio de México, enfocado en temas de cine mexicano y política, estuvo a cargo de este acervo. Y nos contó sobre el reto que significó ordenar, digitalizar y poner al alcance de todo el público los materiales del gran insurrecto que fue Paul Leduc. 

 

Cortesía: Israel Rodríguez, Acervos Paul Leduc

 

¿Cómo surge tu interés hacia la obra de Paul Leduc? 

Cerca de 2015 tuve contacto con el archivo del cinefotógrafo Antonio Reynoso, realmente extraordinario, porque él trabajó con Juan Rulfo y participó en la película de las Olimpiadas. 

Tuve que ordenarlo muy bien y por la forma en que lo hice una amiga me contactó con los hijos de Paul Leduc, quien había muerto en 2020. Los hijos de Leduc, Valentina y Juan, se interesaron en mi línea de investigación, y me buscaron para que organizáramos el acervo de su padre. Antes yo conocí a Paul, pude charlar con él, aunque era muy reacio a las entrevistas. 

Paul Leduc deseaba que su archivo fuera público: guiones, bocetos y otras cosas que ya se encontraban en el sitio web que él mismo trabajó. Por esas fechas se abrió una convocatoria de Imcine para formar acervos, y ellos vieron la oportunidad de armar la etapa inicial del proyecto. 

 

¿Cómo fue trabajar en el estudio de Pul Leduc? 

Siempre he pensado que existen dos tipos de artistas: los que son extremadamente disciplinados y los que son un caos; Paul Leduc estaba en un punto medio. Además de artista era activista, entonces tiene un archivo bastante diverso, con documentos, fotografías, notas, entrevistas y objetos de otro tipo. Este trabajo exigía una buena metodología. Hubo una persona que coordinó este proyecto antes, Vania Macías, también experta en trabajar acervos. 

Lo primero fue hacer un inventario completo. Recorrimos el estudio de Paul, lo hicimos con respeto porque era su memoria y trabajo, después nos adentramos a su bodega. Con ese primer inventario solicitamos el Focine. Había material suficiente para restaurar y conservar. 

 

Hay dos grandes espacios del acervo: por un lado sus guiones, fotos, artículos; por el otro, las películas que realizó.

Si, esas son las dos partes. Primero están los guiones, críticas de cine, entrevistas y fotografías, que Leduc guardó durante décadas. Digitalizamos en alta y baja calidad unos 8,000 ítems y generamos una base de datos que permite vincular documentos e imágenes. Este trabajo es de acceso público y está publicado en la página de la Filmoteca UNAM. 

Con las películas fue más difícil trabajar, porque la mayoría de estos filmes son propiedad de los productores, que son varios o vienen de distintos países. Pero gracias al presupuesto que nos otorga el Focine pudimos regular, buscar y organizar los derechos de las películas que lo necesitaran, o digitalizar aquellas cintas de las que sí teníamos derechos de autor. 

Cintas como Frida, naturaleza muertaBarroco, entre otros proyectos de largometraje y cortometraje, ya están digitalizados y se encuentran en plataformas. 

Avanzamos sobre todo en el proceso de ubicación: sabemos dónde  han quedado sus trabajos, porque algunos están en la Filmoteca, en universidades e incluso en distintos países. 

 

¿Hubo hallazgos inéditos de Paul Leduc que les sorprendieran?

Serían los cortos que encontramos en la Universidad de Puebla, fueron tiempos en los que la BUAP estuvo bastante relacionada con procesos de transformación política. Tenían un cineclub donde veían cine soviético y creaban propuestas militantes, sabíamos que ahí intervino Leduc, aunque nadie había visto los materiales. 

Las cintas fueron: Había una vez, Historia de Puebla y Enrique Cabrera. La gente de la universidad está muy animada por apreciar de nuevo este material. Todavía hoy las seguimos corrigiendo y trabajando.

En el caso de La cabeza de la hidra, se trata de una película basada en la novela homónima de Carlos Fuentes, sobre conflictos en el sindicato petrolero. Se planeó como una serie de televisión pero nunca se estrenó; la película es importante y llama la atención por su contexto e historia.

Otros materiales fueron los cortos que realizó para la SEP, en ellos Leduc logró documentar sucesos relevantes y nos hacen darnos cuenta de que una película inicia con una idea y puede terminar con otra completamente distinta. 

 

Cortesía: Israel Rodríguez, Acervos Paul Leduc

 

El material de Paul Leduc se ha digitalizado y reunido en una página que administra Filmoteca UNAM, ¿cómo ha sido su recepción?

Los archivos están digitalizados, tenemos un respaldo estable con la universidad y no es algo que podría verse perjudicado según la administración en turno. La Filmoteca convirtió el archivo en una página web y se generó una colaboración muy sólida. Es una herramienta útil, de múltiple alcance, que favorece la investigación. Si alguien encuentra más materiales para añadir, lo puede hacer. 

En la presentación de la pagina en el Festival Internacional de Cine de Morelia conocimos a Mariano Mesmán, investigador especializado en el cine latinoaméricano de los años setenta, quien buscaba elementos sobre la participación del cine mexicano en el festival de Cine de Huelva y en efecto, encontramos participación de Leduc. 

También por parte del Imcine nos buscó el colectivo Cine Pantera, que trabaja en comunidades del Valle del Mezquital y pudimos organizar una proyección de cintas filmadas en el lugar. El Imcine le facilitó una copia al colectivo y nosotros fuimos al lugar, estuvieron presentes los protagonistas de una película que habla sobre la lucha y defensa de aquellos años en el Valle del Mezquital. 

Entonces el acervo funciona para la comunidad en general y la comunidad científica. 

 

Después de tres años de estar en contacto con el acervo de Paul Leduc, ¿te surge alguna visión distinta sobre este creador?

Nosotros teníamos una idea del Leduc militante y contestatario de los años setenta, que estuvo enfocado en la música en los ochenta y un crítico de la globalización hacía los años 2000. 

Hay un par de ideas que destacan: la resistencia hacía factores como el capitalismo, la pérdida de identidad en comunidades latinoamericanas; y la idea de que todos tenemos derecho al goce artístico: cine, música, literatura. Leduc era un autor que asumió estas formas de expresión como una manera de resistencia cultural. Barroco, Latino Bar y Dollar mambo son ejemplo de esa visión, donde la música habla por Latinoamérica. 

 

¿Qué significa para ti el apoyo de Focine Acervos? 

Permite que no se pierdan los acervos, agiliza esa parte de trabajar los documentos y digitalizarlos. Lo que se hizo con el Acervo de Paul Leduc es un trabajo de vinculación entre quienes conservan y produjeron esos materiales, con aquellos que desean hacer historia del cine mexicano. 

Seguramente quien se dedique a la historia del cine mexicano agradecería acervos virtuales de Felipe Cazals, Marcela Fernandez Violante o Jorge Fons, son acervos que se quedan en las casas de familiares o herederos de los realizadores. Compartirlos es una forma de enriquecer la cultura cinematográfica y el conocimiento histórico del cine mexicano. 

En una plática con Guadalupe Ferrer y Viviana García entendimos que los acervos existen para enriquecer el debate público sobre el quehacer cinematográfico, un debate que favorece a la acción comunitaria y a activar o impulsar la cultura en general. Esa es la historia de nuestro cine mexicano, distintos acervos que merecen ser vistos. 

 

Conoce el Acervo Paul Leduc en: acervoleduc.filmoteca.unam.mx/