Evangelina y Félix ”Quiti” pasan sus días cruzando la plaza, alimentando el ganado, habitando dos casas que mantienen los vestigios de lo que alguna vez fue un hogar. Estas vidas insólitas transcurren sin prisas ni alteraciones. Mientras para Evangelina significa la recuperación de su identidad, Quiti recupera la paz que había perdido. Aunque, mientras concilian su tranquilidad desde el desencuentro, la industria minera amenaza con regresar.
Amor fantasma, documental de Marusia Estrada, puede verse como una historia de restauraciones, el relato fantástico de un pueblo que casi no existe, una pieza poética del amor que, pese a todo, se recrea desde la soledad.
Amor fantasma se presenta en la sección México Ópera Prima de DocsMX18. Marusia Estrada platicó con nosotros sobre este hermoso cuento de vejez y renacimientos que ocurre entre las montañas de la sierra de Sonora.
¿Cómo llegaste a este pueblo fantasma, Pilares, y a la única pareja que lo habita y que no se hablan?
En diciembre de 2018 una amiga me invitó a hacer un viaje por la sierra de Hermosillo, en busca de huellas de dinosaurios. Durante nuestro viaje pasamos por un pueblo fantasma que nos pareció fantástico, como un set cinematográfico abandonado. La guía de turistas nos explicó que sólo tenía dos habitantes, una pareja que estuvo casada durante muchos años y que recientemente se había divorciado. Los dos vivían allí, pero no se hablaban.
La historia me pareció fantástica, me recordaba a un cuento de Ray Bradbury que aparece en Crónicas marcianas. Ahí, un hombre y una mujer habitan un planeta solitario y se encuentran para ver si pueden enamorarse. Descubren que no hay química entre ellos y deciden vivir separados en este planeta inmenso. Me sorprendió que esta historia de ciencia ficción cobrara vida en un pueblo remoto de la sierra de Sonora. De regreso a México, el fotógrafo Raúl Zendejas y la productora Paulina Urreta me animaron a hacer una película sobre esta historia. Nos pusimos a trabajar de inmediato, conscientes de que teníamos que filmarla lo antes posible, pues sabíamos que en cualquier momento Grupo México podría entrar al pueblo.
¿Cómo creaste la relación con Evangelina y con Quiti?
Llegué y le dije a Evangelina: “Me parece que la historia que estás viviendo es excepcional. Nos gustaría retratarla”. Ella aceptó. Aunque era tímida y reservada, tenía una calidad humana especial, siempre quería que las personas se sintieran bien. Ella necesitaba contar que estaba rompiendo con su pasado y cambiando radicalmente su vida, en un universo donde el machismo todavía estaba arraigado. Es inconcebible que una mujer de 72 años decida dejar a su pareja para vivir en la más absoluta soledad y reinventarse a esa edad. Lo que estaba viviendo era crucial para ella, y su fortaleza la impulsó a participar en el documental.
Quiti también quería contar su historia. Le encantaban las cámaras; ya lo habían entrevistado sobre el pueblo fantasma, cuando llegaban noticieros locales. Disfrutó mucho el rodaje y las entrevistas.
Me parece alucinante llegar con tu crew a un pueblo fantasma para seguir a dos personas distanciadas. Imagino que fue inusual trabajar en ese entorno con esos personajes.
El crew éramos sólo tres personas: el fotógrafo, la productora , que también hizo sonido, y yo. Les explicamos que dedicaríamos un día a grabar con uno y otro día con el otro. Una de las cosas que nos pidieron, especialmente Quiti, fue que no quería tener nada que ver con Evangelina. No deseaba hablar con ella ni verla. Evangelina expresó algo similar, aunque de manera más sutil.
En una escena de la película se cruzan, pero sucedió de manera espontánea. Seguíamos a Quiti y apareció Evangelina, ahí se reveló claramente cómo se ignoraban. Así estuvimos con ellos, desde el amanecer hasta el anochecer, acompañándolos en sus tareas, su vida pausada y apacible. Eva se dedica a bordar, cocinar y cuidar de las vacas. Quiti pasaba mucho tiempo en el campo, caminando con los perros. En cierto momento, nos sentimos parte de ese entorno abandonado. Nos sentimos bienvenidos y ya no éramos tan extraños. Disfrutábamos estar allí.
Pilares debe haber sido como Disneylandia para tu fotógrafo Raúl Zendejas, con un montón de lugares magníficos para capturar imágenes. Sin embargo, imagino que uno puede abrumarse. Ahí entras en juego. ¿Cómo seleccionaron o discriminaron lo que debían presentar?
Los personajes son Quiti, Evy y el pueblo. La decisión de qué filmar se basó en lo que cada espacio nos decía sobre cada personaje. Luego retratamos espacios emblemáticos del pueblo, como el cine, que se dice que fue el primero en la República Mexicana, el salón de baile y las canchas de basquetbol. Si alguien tenía una idea, la poníamos en práctica. Rompimos con el esquema piramidal del cine y esto se refleja en la película. Amor fantasma es un ejemplo de cómo una película puede ser producto de una colaboración creativa entre muchas personas.
La historia de la pareja es insólita y maravillosa. Pero además, explora temas poderosos. Desde el machismo, a la intervención de Grupo México y su proyecto de extracción, que terminó expulsando a los habitantes.
Este microcosmos y esta historia tan contenida propusieron muchas cuestiones universales, con las que todos podemos identificarnos. No es necesario hablar extensamente sobre el machismo en el norte de México: en una pequeña frase está contenido, y la película nos permite reflexionar al respecto. Cuando Evy dice que una palabra grosera puede herir más que un golpe, señala un sistema de violencia doméstica. Y cuando Quiti muestra su dolor porque ella se convierte en la comisaria y no él, también habla de la situación que están viviendo. También podemos observar la influencia de la naturaleza, que comienza a reclamar Pilares cuando es abandonado. Ella se apodera de los espacios y así comienza la lucha entre la naturaleza y el ser humano, especialmente cuando entra Grupo México e inician una mina a tajo abierto que destruirá esta naturaleza. Quti lo expresa claramente: la naturaleza que él amaba está destinada a ser dinamitada por Grupo México.
A través de pequeñas frases y momentos, la película plantea una problemática que no es exclusiva de México, sino mundial. Lo que me enamoro de esta historia fue cómo abrí mis ojos a muchas cosas que no estaba viendo. A menudo observamos los procesos de minería y explotación de recursos naturales desde una perspectiva de progreso, pero rara vez reflexionamos sobre cómo afectan a nivel humano. Esta historia muestra cómo un proceso como la minería puede afectar profundamente a las personas, al punto de que alguien pueda querer dejar de vivir porque le han arrebatado el sentido de su vida.
Sé que ya se presentó en FIC Monterrey. No sé si me puedes contar más o menos cómo estuvo la presentación y qué sucedió allí.
Me gustó mucho porque pienso que tiene muchas analogías ese lugar con Sonora. Atrajo a mucho público joven. Me preocupaba que en estos tiempos, cuando estamos acostumbrados a películas más dinámicas y a recibir información constantemente, estos espacios y tiempos lentos pudieran parecer pesados para los espectadores jóvenes. Sin embargo les gustó mucho. Se acercaban y me decían: "La historia me parece fantástica".
Las mujeres que asistían a la función también encontraban mucha inspiración en Evi. Decían: "Estoy con mi marido igual y no sé si dejarlo". Me gustó mucho esa experiencia de cómo el público percibió la película.
Y ahora presentas en Docs Mx, ¿qué te parece esa oportunidad?
Estoy emocionada, la verdad. Para mí, es una gran oportunidad. Esta película nació en Docs MX, en la plataforma MX, en Docs Lab. Siempre fue mi sueño que, dado que la película se originó en este festival, también se estrenara aquí en la Ciudad de México. Es como cerrar un ciclo de una manera muy especial. Estoy muy feliz y espero que quienes la vean se sientan contentos.
Amor fantasma (México, 2023) Dirección: Marusia Estrada. Producción: Paulina Urreta, Raúl Zendejas Escandón, Marusia Estrada. Casa productora: 1987 FILMS, Perro Fantasma, IMCINE. Fotografía: Raúl Zendejas Escandón. Edición: Alicia Segovia. Diseño sonoro: Christian Giraud, Paola Córdova. Reparto: Evangelina Gracia, Félix (Quiti) Girón.