‘Casi el paraíso’ de Edgar San Juan: fascinación por los plebeyos

¿Quién es el conde Ugo Conti y por qué se ha vuelto la sensación de la socialité mexicana? Mírenle la percha mediterránea, ademanes e insinuaciones elegantes, un torso esculpido por las divinidades grecorromanas. Y miren también a su gran amigo Alonso Rondía, destacado político, de linaje tan distinguido que hasta podría cederle al conde a su hija Teresa para consolidar la aristocracia local. El único problema: Conti está fingiendo ser un conde. En realidad es pícaro de baja monta. Pero desde sus habilidades, ha hecho de México el mejor lugar para vivir: casi el paraíso, pues.

La película Casi el paraíso, de Edgar San Juan, adapta la novela homónima de Luis Spota, y pone en evidencia a las altas clases sociales que podrían adorar a cualquier truhán de buen bronceado. Publicada la novela en 1956, ahora el cineasta San Juan arriesga al hacer la versión cinematográfica en nuestra época. Desde la chapucería de las nuevas clases políticas, la cultura influencer y el síndrome de la postverdad, San Juan hace un guiño al fraude contemporáneo, en el que las redes sociales, en vez de denunciar el engaño, lo ama y se alimenta de él.

Casi el paraíso tiene el apoyo de Eficine Producción y es de las grandes apuestas del cine mexicano para el último trimestre de 2024. Estrena el 12 de septiembre de 2024. Edgar San Juan nos platica del reto de adaptar, y a la vez dotar de una visión propia, a este clásico plebeyo de nuestra literatura. 

 

Casi el paraíso, dir. Edgar San Juan. 

Casi el paraíso adapta la novela homónima de Luis Spota. Quiero que me platiques cómo fue tu encuentro con la novela y qué te pareció interesante de ella para llevarla al cine. 

Leí la novela a los 13 años. Mis hermanos mayores la comentaban, les robé el libro y me enganché. Podría decir que mi primer despertar sexual fue con las aventuras de Amadeo Pádula, cuando de adolescente se ligaba a una chava en el campo. Luego me pareció fascinante cómo el hijo de una prostituta en Nápoles, un golfillo de la calle, se convierte en un aristócrata; me encantó esa peripecia porque acababa de leer El conde de Montecristo y hermané ambas novelas. Y quizás entonces no cobre conciencia, pero me encantó la crítica al malinchismo de los mexicanos, que recibimos a los extranjeros y les ponemos alfombrita. 

Cuando entré al CCC dije que me encantaría adaptarla. Y en 2013 me sentí preparado, después de haber escrito y producido varias películas. Sentía que México valoraría su humor y crítica. Y también pensé, y es muy triste, que en 60 años México no ha cambiado nada en cuanto al clasismo, al malinchismo, a la corrupción y la voracidad de su clase gobernante. Y cuando vi una oportunidad sentí que había crecido como cineasta y que podía intentar adaptarla para el cine. 

 

Al principio solamente querías producirla, finalmente la acabas dirigiendo tú. ¿Qué decisiones creativas tomas como director, además director de una ópera prima? 

La primera decisión importante fue compactar el presupuesto, levantar una película contemporánea en vez de una versión de los años cincuenta. Decido esto como productor, y como director decido adaptarla al siglo XXI, algo que siempre había rondado en mi mente. Porque Casi el paraíso es la novela perfecta, pero no me gustaba su entorno machista. No es una crítica a la novela, sino a su época. El heteropatriarcado y el machismo eran brutales. Cuando decido traerla al siglo XXI, fue una oportunidad de darle relevancia a los personajes femeninos. que se vuelvan determinantes en la adaptación, porque si bien Frida von Becker, Teresa Rondia y Carmen jugaban en la novela de manera importante, carecían de poder. Fusionamos a Carmen y Frida en un híbrido que creo que funciona. También decidimos que Teresa Rondía fuera un personaje con jiribilla, con un guiño a las hijas e hijos de los políticos mexicanos. Esa fue la decisión más importante, y de la que estoy más orgulloso: propiciar que los roles femeninos fueran determinantes y protagónicos.

 

En Casi el paraíso propones dos estilos, que tienen que ver con los espacios: la parte italiana semeja este cine romántico italiano que viene de Giuseppe Tornatore, o Bajo el sol de Toscana; en la parte mexicana dialogas con Luis Estrada y la sátira política mexicana, pienso en Calzonzin inspector de Alfonso Arau. No sé si pensaban en estos referentes para crear tu historia.

Parte de nuestra propuesta estética era generar un contraste entre el México de la opulencia y la Italia de las clases bajas. 

En México es claro, queríamos mostrar ese mundo de la esfera política que representan Javier Duarte, Peña Nieto o Bartlett, ese viejo priismo y el neoprismo que aún impera en la clase política. Y de Italia queríamos proponer un tono enfático, que quedaran muy claro los cambios de época, para evitar cualquier confusión. Me parecen pertinentes las referencias: Calzonzin Inspector es una película clave en Casi el paraíso, obviamente La ley de Herodes, y sumaría Mecánica nacional. Alcoriza es nuestro gran maestro y Mecánica nacional es la gran comedia, a la vez que tragedia. Es la comedia que entremezcla una clase alta con una clase popular. Casi el paraíso, en el fondo, es una lucha de clases de un personaje que asciende y se convierte en un elemento clave de la política mexicana. Como películas referenciales también me gusta pensar en Dos crímenes, la adaptación de Ibargüengoitia de Roberto Sneider, y Cadena perpetua, adaptación de Ripstein de Lo de antes, otra novela de Spota. También pensaba en Sólo con tu pareja, ese tono de  humor crítico microscópico de la sociedad mexicana. Del lado italiano es clave El talentoso señor Ripley de Anthony Minghella, que para mí es una obra maestra. Y termino citando Parásitos, de  Bong Joon-ho, que también es una lucha de clases y agrega las redes sociales para engañar a la sociedad. Ahí es donde Parásitos y Casi el paraíso dialogan. 

 

Tu elenco tiene un espectro muy amplio. Miguel Rodarte es el capitán del barco, pero además está Karol Sevilla, una figura mediática con gran proyección; Andrea Arcangeli, que va a tendiendo a ser de estos guapos europeos a la Alain Delon, y Esmeralda Pimentel, con una gran presencia y que cubre muy bien lo que haces con Frida Becker. ¿Cómo trabajaste con este cuarteto de actores?

Conocí a Andrea Arcangeli en 2018. Me fascinó su energía, la cámara lo ama, pero entonces era muy joven y no podía ser el conde. Pero nos retrasamos y filmamos hasta 2023. Eso permitió que Andrea llegara a sus 29 añitos con una presencia increíble, el proyecto casi esperó a que él creciera. Siento que es el mejor actor de su generación en Italia. Aprendió español para el papel, hizo pesas para tener un torso como lo mostramos en la peli. 

Rodarte es un animal actoral, un señor con una presencia, con una intuición, que toma el guión, lo digiere y te propone un lenguaje distinto. Esmeralda Pimentel no sólo tiene una presencia magnética, también generó una vibra muy bonita dentro del equipo. Fue fantástica en su dualidad de Concha en Italia y Frida en México, y siento que brilla. 

Y finalmente, el huracán que es Karol Sevilla. Lo que más me gusta de ella es que no le da miedo salir de su zona de confort. Al principio pensaba, es chica Disney, a lo mejor va a ser más políticamente correcta. Pero la chamaca juega, tenemos la toma y propone algo nuevo y queda. Queríamos un personaje que al principio no te gustará, pero que después, por su energía e inocencia, terminara generando empatía.

 

Casi el paraíso, dir. Edgar San Juan. 

 Quizá en los años cincuenta era más fácil engañar a una sociedad porque tenía poca información, y es lo  que  hace Ugo Conti; ahora, en teoría, sería más difícil. Pero hay una gran lista de defraudadores contemporáneos en series y películas: una nueva versión de Ripley, El estafador de Tinder, la cultura del catfish; los impostores ocurren en 2024, aun con la vigilancia de las redes. Es un fenómeno de lo que le llaman la postverdad, y me parece atinado, porque Casi el paraíso agrega una crítica pertinente a este momento.

Ese aspecto nos daba miedo, que era imposible mantener la impostura de un personaje como Ugo Conti en el siglo XXI. Pero con las redes sociales nos dimos cuenta que ahora es más sencillo generar un perfil paralelo en tu Instagram, en tu TikTok, y que si generas un lenguaje visual de interés, la gente te lo compre. También está ahí esta serie de ficción Inventing Anna, de Netflix, que alucinas lo fácil que es para una inmigrante de Europa llegar a Estados Unidos y engañar a todo mundo. Es el principio que buscamos explorar con Casi el paraíso: las redes sociales y toda la información a nuestro alcance como herramientas para el engaño. Creo que Karol Sevilla, con sus miles de followers, entiende bien ese lenguaje y lo reintepretó en Teresa Rondía. Siento que la película lo explota y divierte, y se vuelve crítica. Es una risa nerviosa porque te das cuenta de que sí, que vivimos en la era de la postverdad y que nada es lo que me parece.

 

Luis Spota está en los libreros de todas las familias. Sin embargo, es un autor que se le ha hecho menos, una suerte de escritor plebeyo. A Casi el paraíso se le comparaba con La región más transparente de Carlos Fuentes y salía perdiendo porque La región... era de un escritor cosmopolita, con más recursos narrativos, Casi el paraíso era una novela para las masas. Cuando veo el tráiler de Casi el paraíso, muestras un yate y mucho glamour, pero al final es una película plebeya, de un impostor, un tipo más cercano a Cantinflas o Tin Tan. Detrás del glamour, tu película esconde algo muy popular. 

Me encanta esto de Spota como el escritor plebeyo y pensar en Casi el paraíso como peli plebeya. Casi el paraíso y La región más transparente se publicaron con meses de diferencia y frustraba a los dos autores: a Fuentes le frustraba que La región no se vendiera tanto como Casi el paraíso, y a Spota le frustraba que su novela no la aclamara la critica, como ocurría con la otra. Ambos querían lo que el otro tenía. Pero yo me quedo con Casi el paraíso. Es una novela que ha resistido mejor el paso del tiempo. Conecta con la audiencia, juega con las aspiraciones del lector, y es a lo que nosotros aspiramos con la película Casi el paraíso: conectar con la audiencia, porque es una peli para las audiencias. Es una peli de México, de una de las novelas emblemáticas y más chistosas, que todos hablamos de ella y que de alguna manera sabemos quién es Spota. 

Espero que con esta película le demos la oportunidad a Spota de que regrese. Tiene unas novelas buenísimas, La estrella vacía, Lo de antes, y me encanta que ahora Editorial Planeta haya publicado su nuevo tiraje de Casi el paraíso con nuestro cartel. Creo que vamos a divertirnos y a regodearnos en la tragicomedia de una familia de políticos mexicanos y el engaño del que son víctimas por parte de Ugo Conti.

 

¿Qué habría dicho Luis Spota de  la película de Edgar San Juan?

Estaría contento, se hubiera reído mucho. Hubiera celebrado que lo trajéramos al siglo XXI. Hubiera celebrado nuestras elecciones de talento y el nuevo final que proponemos. Además, Spota era un melómano, hubiera disfrutado con las canciones que elegimos, esa locura de empezar la película con Peso Pluma y terminarla con la Maldita Primavera de Loretta Goggi 

Casi el paraíso (Mexico, Italia, Estados Unidos, 2024). Dirección: Edgar San Juan. Guión: Edgar San Juan, Hipatia Argüero y Juan Curi, basado en la novela Casi el paraíso de Luis Spota. Producción: Edgar San Juan, Maurizio Antonini, Miguel Mier, Miguel Rivera R., Marco Polo Constandse, Juan Curi. Coproducida por Juan Ponce. Compañías Productoras: Film Tank, Interlinea Films, Cinépolis Distribución, Telemundo Studios y EFD en asociación con The Lift. Película apoyada con Eficine Producción, Mibact, Apulia Film Fund e Ibermedia. Director de fotografía: Alejandro Cantú. Edición: Miguel Musálem. Diseño de producción: Sabrina Balestra, Ana J. Bellido, Alisarine Ducolomb, Vestuario: Lilian Indraccolo, Viviana López Rothfuss. Diseño sonoro: Enrique Domínguez Hernández. Música: Camilla Uboldi. Reparto: Andrea Arcangeli, Esmeralda Pimentel, Miguel Rodarte, Karol  Sevilla y Maurizio Lombardi.