‘Chicharras’ de Luna Marán: las carreteras y el chismerío en San Pablo Begu’

Una caravana de máquinas de construcción se acerca a la comunidad de San Pablo Begu’. Quieren hacer una carretera, ocurre que nadie le avisó a las autoridades del pueblo. Vienen las llamadas por radio: nadie sabe nada, o lo saben a medias, o tienen que hablarlo en la asamblea. 

A partir de ahí se precipitan discusiones, chismes, adhesiones o encontronazos, un mezcalito para concretar el negocio, adolescentes que se quieren ir, parejas que no se saben hallar y en el fondo, como realidad que trasciende el día a día, la petición por el agua que hacen los ancianos del lugar.

Con Chicharras, Luna Marán indaga las posibilidades del cine comunal. Con más de 50 actores de la Oaxaca zapoteca, con música de destacados compositores y bandas de la región, con destrezas que van de la ficción al falso documental a la pericia del cine experimental, Chicharras destaca por un humorismo serrano que celebra lo mismo la organización que el desorden de la vida en comunalidad.

Chicharras cuenta con el estímulo ECAMC y forma parte de la sección Largometraje Mexicano que se presenta en el 22° Festival Internacional de Cine de Morelia. Platicamos con Luna Marán sobre esta apuesta cinematográfica, que refresca desde el desparpajo las historias y las miradas de los pueblos originarios.

 

Chicharras, dir. Luna Marán

Platicamos sobre la producción de Chicharras cuando estaba en proceso, lo que significaba hacer una película de la comunalidad, con una ambición coral. Ahora quiero preguntarte sobre la parte creativa: de inicio imaginas la población de San Pablo Begu’, ¿cómo concebiste o concibieron después esta historia?

Empezamos esta historia por la necesidad de hablar de la triple jornada que viven las mujeres en las comunidades: en Oaxaca hay mujeres haciendo labor del hogar, además del oficio al que se dedican y del servicio comunitario. Las ponen a chambear muy fuerte, de eso quería hablar. 

Pero después en mi pueblo me pusieron un cargo, que es ser topila, una especie de auxiliar municipal, encargada de la seguridad. Ese cargo transformó la historia y la convirtió en una película coral, donde se observa la complejidad de la toma de un acuerdo —en este caso— en la comunidad inventada de San Pablo Begu’, que se parecería mucho a cualquiera de la sierra Juárez de Oaxaca.

 

En Chicharras juegas con varias formas narrativas. Hay ficción, humor, pero también momentos documentales y experimentales. ¿Por qué estas distintas ejecuciones?

La parte documental fue intencional. Queríamos que el espectador asumiera que está viendo algo real; sabemos que es una ficción y todo es inventado, pero aún así el espectador debe acercarse a la verdad. Por eso el planteamiento desde la cámara: cómo colocarla, qué tan extensivo se hacía el manejo de iluminación y demás. Justamente jugar con el recurso de que se sintiera lo más verídico posible dentro de toda la película; todas son puestas en escena, excepto el pedimento de agua.

Ese ritual sí decidimos hacerlo documental; un ritual de pedimento de agua tal cual como se haría, sin interrupción alguna, sin cortes, ni nada extra. Se cubrió a dos cámaras y es lo que realmente tenemos como registro de un hecho que sí sucedió. 

 

El pedimento de agua hace pensar que, a pesar de la modernidad de los teléfonos celulares y demás tecnología que hay en Chicharras, los temas que vive San Pablo Begú siguen siendo los de las comunidades originarias. 

La tecnología son herramientas, como el cuchillo, el pico, la pala, que llegaron y se van ocupando en medida de las posibilidades. La espiritualidad es construir una forma de existir, de estar en el mundo; eso nos importa mucho. Para nosotros también es importante que haya quedado en la película porque es una forma de no perderlo. De hacer preservación. 

Las nuevas generaciones tenemos el reto de continuar con esa espiritualidad, con esa forma de conectar y entender el mundo, de no sabernos dueños de un lugar, sino que somos parte y, más bien, que hay que pedir permiso a los dueños del lugar, que por lo general son las montañas, la tierra, el agua y los seres que habitan ese territorio.

 

Chicharras es una película relajada, con un humor que celebra a una comunidad y los retos de vivir juntos. Ese tono contrasta con otras producciones que se han hecho sobre lo comunitario.

Yo feliz de que se note, porque era algo que nos interesaba lograr con la película. Hay estereotipos de que en los pueblos no pasa nada, que son gente aburrida, cuando la realidad es otra. 

Era muy importante que se mantuviera ese sentido del humor cotidiano, porque así son mis paisanos y me importa que se rían cuando vean la película. Que nos podamos reír de nuestros defectos de carácter, de nuestro propio sentido del humor, de lo que somos. Eso es el cine, la posibilidad de vernos en el espejo con mucha honestidad. Y para mí el humor es súper importante, pero no fue difícil porque el trabajo de diálogos es improvisación de todos los actores. 

Hay grandes actores en mi comunidad y en comunidades cercanas.Llegaron Ernesto Martínez, de San Miguel Amatlán, o Joaquín Yesmar, de Javiche, comunidades zapotecas cercanas a Guelatao. El trabajo de improvisación de todos los actores fue fabuloso, hay muchas escenas de la película que son tomas únicas, para mí es extraordinario. Casi la mayoría de tomas buenas son las primeras porque traen el feeling; tienen muy claro cuál era el propósito de la escena. 

Se desarrollaron muy fácil los momentos de comedia y lo que me costaba era cortar, porque creaban estructuras muy amplias; en la edición decidí los chistes porque en realidad había muchísimos, mucha exploración por su parte. Fue un trabajo muy gozoso; todos disfrutamos jugar en escena y divertirnos representando lo que sabemos que está pasando en el pueblo, los chismes locales, digamos.

 

Chicharras, dir. Luna Marán

 

Pero también Chicharras hace un arco con tu película anterior, Tío Yim. Habla de una generación que creció al amparo de la generación de Jaime Martínez Luna, y que ahora hace suyos tanto los temas que hoy les preocupa, como los legados recientes. 

Yo estoy muy orgullosa, represento la segunda generación de cineastas de mi comunidad, y sí creo que Chicharras consolida muchas ideas que han tenido mis paisanos. 

Muchos de los actores que están en la película forman parte de ese proceso de comunicación desde el origen; desde que está mi papá: está Jaime, Juan José García, Aldo González, Raúl Mendoza. Es un pequeño homenaje a esa generación que promovió el uso de los medios de comunicación para expresarnos desde nuestra visión. Seguimos haciendo ese proceso intergeneracional de construir nuestra visión en torno a lo que somos, y ese ejercicio es Chicharras. Para mí también es eso, un trabajo de continuidad.

 

¿Qué te significa que Chicharras forme parte de una nueva colección de películas del ECAMC que se presentarán en el Festival Internacional de Cine de Morelia?

ECAMC es un sello de calidad por el nivel de propuestas que se están desarrollando. Tuve la oportunidad de estar en el encuentro de ECAMC este año y pude ver el working progress de las películas que vienen; estoy inspirada. Me parece maravilloso el nivel de cine que estamos construyendo y ojalá el público lo pueda reconocer, que cuando vean el logo del ECAMC sepan que se les asegura una buena película, porque verá historias que no formaban parte del imaginario cinematográfico en el país y va a aprovechar el tiempo frente a la pantalla de manera muy gozosa.

 

Sobre el ECAMC, ¿piensas que ya podríamos hablar de un movimiento cinematográfico?

A las pruebas nos podemos remitir, veamos la reacción del espectador frente a las películas. ¿Cuál es su reacción frente a ciertas películas de décadas atrás del cine mexicano? Son películas lejanas en su representación del mundo rural, por no decir aburridas o lejanas. ¿Cuál es la respuesta cuando ve películas como Valentina o la serenidad? No hay forma de negarlo; la reacción del público que se logra con películas como ésta o Mamá de Xun Sero; es impresionante. 

Las historias están hablando por sí mismas. La variedad de formas que está teniendo el cine financiando por el ECAMC es muy amplia. Tenemos propuestas cercanas a lo experimental, cuestiones intimistas, películas que confrontan, otras emocionales, otras contemplativas, silenciosas; existe una diversidad muy amplia y quien gana son los espectadores.

 

Creo que Chicharras va a incorporar humor y la posibilidad de mostrar que las películas de las comunidades también pueden ser desparpajadas.

Deseo que el público se ría mucho. Eecordemos que el 80% de la población de este país tiene orígenes indígenas en primera o segunda generación. Entonces, hay un vínculo en entender cómo es la vida de un pueblo, y yo quisiera pensar que los espectadores de Morelia van a disfrutar de esta narrativa que bordea la ficción y el documental, de una propuesta que tiene mucho humor, de la muy buena música que logramos en la película. 

Yo espero que la disfruten y que inviten a otras personas a acercarse a ver propuestas como Chicharras.

 

Chicharras (México, 2024). Dirección: Luna Marán. Producción: Luna Marán, Casandra Casasola, Erik Baeza, Pablo Márquez. Compañías productoras: YI Hagamos Lumbre, Sinfoko Films, Laboratorio Experimental de Cine, Grupo Crisara, Pulque Films, Pagamos, Crearte, Oa Sonido, Cuma, 2 Margaritas. Guion: Luna Marán, Julio López Fernández, Nicolás Rojas Sánchez, Rosalinda Dionicio, Jenny García, Ernesto Martínez López, Yuliana Berenice Martínez Andrés. Cinefotografía: Casandra Casasola. Edición: Luna Marán y Nicolás Rojas Sánchez. Música: Eduardo Díaz Méndez, Pablo Márquez, Luis Eduardo Cruz Ríos “Rey Coyote”, Pablo Emmanuel Vásquez Pérez, Víctor Robinson, Trova Serrana, Didey Cruz. Sonido directo: Eleazar García. Diseño de sonido: Odín Acosta, Marco Salaverría. Diseño de producción: Pablo Márquez. Dirección de arte: Pablo Márquez. Locación: Guelatao de Juárez, Oaxaca, México. Reparto: Yuliana Berenice Martínez Andrés, Jenny García, Ernesto Martínez López, Uciel Benjamín Santiago Pablo, Obed Santiago, Víctor Robinson, Alejandro Morales Fabián, Edmundo García Hernández, Joaquín Yesmar, Gustavo López Mendoza, Javi Melendez, Samantha Guadalupe Santiago Reyes.