‘La libertad de Fierro’ de Santiago Esteinou: un hombre recupera su vida

En febrero de 1979 asesinan a un taxista en El Paso, Texas. Una investigación negligente y tendenciosa implica a César Fierro, un muchacho de Ciudad Juárez. Para hacerlo confesar detienen a sus padres y amenazan con torturarlos. César, intimidado, se declara culpable y se le condena a la pena capital. Lo que siguen son cuatro décadas de confinamiento y soledad absoluta en la Unidad Polunsky de Livingston, Texas, con una sentencia que se posterga en 17 ocasiones. Esto lo registra Santiago Esteinou en su documental Los años de Fierro, de 2014, que no tuvo exhibición pública para no entorpecer la defensa legal de César.

Tras un largo proceso jurídico que involucró al consulado mexicano, activistas y abogados, en mayo de 2020 César Fierro recupera su libertad. Y en La libertad de Fierro, de 2024, se da el testimonio de su reinserción a la sociedad. 

Con esta segunda entrega, Santiago Esteinou recupera esta historia estremecedora en la que fue encerrado un hombre inocente, en condiciones infrahumanas. Pero si en Los años de Fierro realiza la denuncia de las injusticias cometidas contra César, en La libertad de Fierro prefiere el testimonio íntimo, el registro de cómo un hombre severamente lastimado procura recuperar su mundo: amigos, familia, trabajo, una identidad mancillada pero con avidez de vida.

La libertad de Fierro complementa a la otra película, pero también puede verse como una historia independiente, en la que además de la reinserción y la memoria, también hay un homenaje hacia la amistad entre César Fierro y Santiago, el documentalista que también se ha vuelto en su guía por este mundo nuevo.

La libertad de Fierro tendrá su estreno en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Además de dar evidencia de un trabajo documental que inició desde 2009, pone énfasis en la búsqueda de justicia y el resarcimiento de daños por parte de César; por extensión, propone la reflexión sobre muchas más personas que viven en condiciones similares, y que esperan la revisión de sus casos para tener una nueva oportunidad de vida. 

Platicamos con Santiago sobre este ejercicio de libertad, restauración, recreación de la vida, y también, insólitamente, de amistad. 

 

La libertad de Fierro, dir. Santiago Esteinou

¿Cómo llegas a la historia de César Fierro y dónde empieza a parecerte interesante para hacer una primera película, Los años de Fierro, que ahora tiene un segundo título, La libertad de Fierro?

Comenzó en 2009, vivía en Filadelfia y se comentaba mucho el caso Avena, donde México demanda a Estados Unidos por las violaciones a los derechos de varias personas condenadas a muerte. 

Yo tenía que presentar un proyecto documental en la universidad y se me ocurrió hacerlo sobre el caso Avena. El caso Avena tiene 50 subcasos. Era imposible hacer una película con 50 protagonistas. Tenía que centrarme en uno. Obtuve un resumen de los 50 casos y ahí conocí la historia de César Fierro y decidí ver si me daba una entrevista. Le mandamos la petición a César y fue el inicio de Los años de Fierro, una película que retrata la injusticia jurídica en su caso. A grandes rasgos, a César lo obligan a confesar un crimen que no cometió; detienen a su mamá y lo amenazan diciéndole que o firma o se van a desquitar con ella y su padrastro. Lo condenan a muerte, y a pesar de que logra demostrar que se le obligó a incriminarse, tarda 40 años en recuperar su libertad. Ahí pensamos que debíamos hacer una segunda parte.

 

Terminas Los años de Fierro en 2014, La libertad de Fierro es de 2024, ¿cómo viven el documentalista y el protagonista esta década? 

Los años de Fierro no pudo ser exhibida por razones que tenían que ver con la defensa de César. Los abogados temían que la película apresurara su ejecución, sin que ellos tuvieran tiempo para preparar una estrategia. Al inicio, César era defendido por un hombre extraordinario, Richard H. Burr, pero él defiende el caso solo, y de pronto tiene el respaldo de una firma inmensa en Nueva York, Debevoise & Plimpton, y el equipo logra más recursos. 

Con César seguimos en contacto por cartas. Estuve muy cerca de su equipo de defensa, en algún momento me pidieron que les ayudara a presentarlos con algunas personas que yo conocía de la película y que ellos querían entrevistar para fines legales. Un día, el abogado me dijo: “César va para México y no conozco a nadie más que a ti; ayúdame”, y yo encantado de la vida.

 

Los años de Fierro es una película de carácter periodístico, donde cuentas el caso de César y las injusticias que se han cometido contra él; La libertad de Fierro se centra en el testimonio de un hombre que sale en libertad y busca su reinserción en la sociedad. Hay estrategias distintas del documentalista. 

En algunas películas que tienen que ver con personas que han estado en prisión, la parte legal o criminal pide una importante construcción del discurso. Pero después de tanto tiempo, pensamos dejar eso de lado y concentrarnos en cómo vive una persona que sale de prisión. Ya no queríamos enfocarnos en lo jurídico o lo criminal. César ya es libre, es una nueva etapa de su vida y había que ver los retos que enfrentaría. Teníamos un privilegio de acompañar a alguien que enfrentaba esta aventura y que nos permitía grabarlo. Era un privilegio enorme.

 

En La libertad de Fierro acompañas a César a Ciudad Juárez, registras su contacto con amigos, familiares, los desencuentros, cómo trata de hacerse una vida; debe de ser más complicado tener esta cámara siguiéndolo y protagonizar una segunda película.

César y yo ya habíamos acordado que haríamos esta película si salía de prisión. Ya sabía que esto iba a suceder. Y ninguno de los dos nos los cuestionamos tanto, era necesario hacerlo y lo hicimos. 

También ocurre que él y yo convivimos mucho tiempo juntos, sin cámara. A César lo veo varias veces a la semana, es casi parte de mi familia. Convivimos tanto que a lo mejor la cámara no se siente tanto, finalmente está acostumbrado a esa convivencia.

También influye que las personas que hacen la película son sus amigos. César Axel Pedraza, Javier Campos, José Miguel, son parte del círculo social más importante de César.

 

Eres amigo de César, pero también eres el hombre con la cámara, diría Vertov. ¿por qué agregar a este personaje-documentalista?

Al inicio había un corte de la película donde yo no aparecía y no funcionaba. Yo me resistía porque me daba toda la vergüenza del mundo. Después fuimos con el editor Javier Campos a un taller de documental en Grecia y fueron quince días de lavado de cerebro para mí, porque yo ya había convencido a Javier de por qué yo no tenía que estar, los dos íbamos a Grecia con la misión de hacer caso en todo, menos en que yo esté en la película. Y nos fueron convenciendo de que sí tenía que estar, de lo contrario no se entendía con quién hablaba César o dónde vivía, o quién lo acompañaba a Juárez. 

 

La libertad de Fierro, dir. Santiago Esteinou

 

Llama la atención el retrato que haces de Ciudad Juárez, César encuentra una ciudad diferente y viene el desencanto de César. ¿Cómo juega la ciudad en el contexto del personaje?

César dejó Ciudad Juárez en 1979, en esa época era un lugar con muchísima vida, él me decía que los centros nocturnos eran 24 horas y César cantaba con su primo en un grupo musical. Vivían de fiesta en fiesta y se la pasaban muy bien. Creo que para él fue impactante llegar a una ciudad que vivió lo que ha vivido, como la violencia de la guerra del narco. Encontrarse con esa realidad es choqueante, él tenía en la cabeza que iba a esa ciudad de frontera que era un lugar de diversión. Y ahora lo que hay, es una ciudad que todavía vive esta violencia tan triste que vivimos en el país. 

 

Me parece admirable lo involucrados que han estado con César.

Tengo mucha gratitud con mi equipo, Axel me apoyaba con César para presentar denuncias; la esposa de Javier Campos es activista en Estados Unidos y nos apoyó con gestiones para que César viniera a México. Mi equipo ha sido increíble en este proyecto y han hecho cosas que no les corresponden. Como director solamente puedes estar agradecido de que tengas un equipo así.

 

¿Qué opina César del cine? Porque vamos, pienso que tiene una juventud fronteriza, largos años en reclusión, y sale y su grupo de amigos son gente que hace cine. ¿Cómo lo toma él? 

Creo que lo asume como algo que le tocó. No se lo cuestiona tanto, es curioso porque él leía cuando estaba en en prisión, y cuando salió me dijo: “Ya no quiero leer, nada más quiero ver películas y series”. Es una pena que ya no lea, pero él tendrá derecho a lo que quiera. Más bien era parte del paquete de lo que le tocó al salir, ese universo donde estaba yo, los compañeros del proyecto y pues nosotros somos sus amigos.

Ha ido reconstruyendo su vida generándose su propio espacio. Es un privilegio ver que una persona que salió y no había tenido un celular en su mano, que no sabía ni prender la televisión, que se le condenó a estar solo, porque lo terrible de su historia es el castigo implícito de la soledad forzada, no tenía contacto con ningún otro ser humano más que por carta, y de pronto lo ves generándose su propio círculo social, que tiene sus amigas, eso es enriquecedor.

 

¿Qué le pareció La libertad de Fierro?

Me dijo que le gustó. Para mí esa presentación me provocaba más nervios que estrenarla en un festival o en el cine. Me dijo que se sentía bien retratado. Hay momentos que le dan tristeza, evidentemente. Al día siguiente de verla no pudo dormir, la película lo dejó pensando. Al igual que yo, espera que la película logre visibilizar su historia y que pueda obtener justicia, a partir de la recomendación de la CNDH, y además que se abra el caso. 

 

¿Hasta qué punto una película como La libertad de Fierro puede ayudar a empujar temas de justicia, como el que todavía enfrenta César Fierro?

Las películas no hacen activismo por sí solas, son una herramienta que en todo caso pueden usar los activistas, los abogados, para llegar a un fin, pero nunca me ha gustado tomar un crédito que no me corresponde. La película te permite contar una historia. Cuando ves a César en la pantalla, por más que escribas cómo es su carácter, hasta que no lo ves, no entiendes quién es. En ese sentido sí puede servir como una herramienta, pero, el trabajo de lucha por los derechos humanos lo hacen otras personas, no lo hacemos los documentalistas.

 

Además de La libertad de Fierro y Los años de Fierro, hiciste La mujer de montañas y estrellas que es un caso semejante, una mujer que encierran injustamente y cómo se reinsertó a su sociedad. ¿Por qué tus tres películas tienen que ver con estos encierros ?

En realidad son dos historias, aunque sean tres películas, pero sí comparten eso en común. Y no sé, me llegaron a las manos, se pudieron hacer las películas. Lo sí me dejó hacer la película de Rita, es que planteó muchos cuestionamientos sobre qué va a pasar con la vida de César. No queremos que la historia de Rita se repita. Al regresar a México, la vida de Rita no fue fácil, el gobierno la dejó perdida, si no la rescata su sobrina su vida hubiera sido un desastre. En este caso, si no hacemos algo por César, si no les exigimos a sus abogados que tengan un plan bien hecho, pasará lo mismo. Eso fue la lección de Rita. No queremos la misma película con Fierro, hagamos que tenga un final menos trágico.

 

Me parece interesante que más allá de las películas de Fierro, lo que sigue siendo más importante para ti es tu protagonista, César. 

Por supuesto. Cuando no exhibimos Los años de Fierro fue por eso, por poner primero a César. Las personas que están frente al documental no son actores, son personas de carne y hueso, y sus intereses van antes que los intereses de la película. Es una lección que no hay que olvidar, las personas tienen que ir primero, y más en el cine documental. 

El caso Fierro es una punta de iceberg de muchas cosas, un planteamiento de muchos errores del del sistema de justicia, y también de la migración. Cómo se trata a los migrantes de un lado a la frontera, cómo se trata del otro, qué hace México con la población migrante que llega a este país, cómo se les trata. Porque en México debe haber personas en circunstancias tan injustas, que vienen del sur, entonces es una invitación a cuestionar la implementación de la justicia en los dos países. 

 

La libertad de Fierro (México, 2024). Dirección: Santiago Esteinou. Productores: Santiago Esteinou, Javier Campos López, Axel Pedraza Avila, José Miguel Díaz Salinas. Compañías productoras: Instituto Mexicano De Cinematografía, Santiago Esteinou. Guión: Santiago Esteinou, Javier Campos López. Cinematografía: Axel Pedraza (Amc). Edición: Javier Campos López (Amee). Música original: Galo Durán. Sonido directo: Liliana Villaseñor, Axel Muñoz Barba, Pablo Tamez, Pablo Cruz, Misael Hernández. Diseño sonoro: Pablo Fernández. Thx Mixer: Iván Ramos. Postproducción: José Fragoso. Corrección de color: Lisa Tillinger. Locaciones: Ciudad de México; Ciudad Juárez, Chihuahua; Pinal De Amoles, Querétaro; Livingston, Texas, Estados Unidos. Protagonista: César Fierro.