Cada personaje representa las diversas formas que tuvieron las mujeres del Cuartel de Madera en Chihuahua, para defender tanto a sus ideales como a sus familias.
Berenice Mastretta da vida a Alma Caballero Talamantes y la describe como: “una madre de cinco hijos que lidia con sentimientos encontrados porque, a pesar de que apoya a su esposo en su lucha, piensa que puede pagar un precio muy alto por luchar por sus ideales”; mientras que Catalina López interpreta a Herculana, quien —en palabras de la actriz— es “de las primeras mujeres que se atreven a traficar armas en las faldas para apoyar en lo que ella cree”.
Este segundo largometraje de Jimena Montemayor no aborda únicamente historias de madres y esposas, ya que, a través de Almita Gómez se retrata la generación de adolescentes que tuvo que enfrentarse a la violencia: “a pesar de su corta edad, es una niña increíblemente madura que empieza a luchar por los cuerpos de los guerrilleros que no son entregados”, comentó Shaula Ponce sobre su personaje.
Mujeres del alba llega este 20 de febrero a circuitos comerciales y culturales. Pudimos conversar de nuevo con la directora, donde se nos sumaron cuatro actrices del elenco (Berenice Mastretta, Myriam Bravo, Catalina López y Shaula Ponce).
Jimena, ¿por qué la pertinencia con esta historia del siglo pasado? ¿Qué es lo importante de contar la historia de las mujeres del alba?
Porque es una historia que sigue sucediendo… A pesar de que lleva muchos años, es muy actual. Algunas mujeres siguen resistiendo desde un lugar muy íntimo: desde el hogar, la contención y la resistencia. Son historias que siguen siendo puestas a un lado porque pareciera que solo hay una manera de luchar y es con armas o a través de la agresión: Mujeres del alba te enseña que no, que hay otras maneras de enfrentarlo.
La sensibilidad con la que Jimena Montemayor dirigió este proyecto se refleja en los testimonios de las actrices al responder ¿cómo fue la relación directora-actriz?: “Es una persona increíblemente linda. Como directora, te deja jugar con lo que tú propones; no es alguien que te imponga”, comparte Shaula Ponce. Su estilo de dirección fue descrito como “amoroso pero riguroso” por Mastretta, y “claro y objetivo” por López.
“Es muy congruente con ella”, afirmó Myriam Bravo, quien además destacó la importancia de la conexión con la historia real: “Tuve el honor de conocer a Luz Gaitán, que es el personaje de mi hija en la historia; pude escucharla y conocer la atmósfera donde transcurrió este evento tan importante y doloroso para su familia”.
A través de estas nueve historias entrelazadas, la película retrata las memorias de las mujeres que vivieron la guerrilla de Chihuahua y pone en el lente el papel de las mujeres en los movimientos sociales, tanto pasados como presentes porque la historia de México también es la historia de sus mujeres.