OaxacaCine: Diez años del cine que nos toca

Con el lema #ElCineQueNosToca, OaxacaCine celebra una década de ofrecer historias al estado del sur de México. El cine que nos toca alude a una emoción, a una época y a una armonía de sensaciones que se consolidan en este proyecto, que desde 2011 se ha convertido en un referente en la región.

 

Programación, exhibición y formación de públicos, OaxacaCine se ha consolidado como una opción cercana y familiar para la capital del estado y varias de sus comunidades aledañas. Aunque todavía tiene un reto: alcanzar a todas las comunidades de Oaxaca, tocarlas con el cine que habla de ellos mismos.

 

en sus primeros 10 años, OaxacaCine ha conseguido 135,612 espectadores, 87 temporadas, 575 funciones de cine, más de 250 invitadas e invitados especiales y más de 70 actividades de formación audiovisual.

 

A propósito de esta década de esfuerzos y miradas, platicamos con Isabel Rojas, directora y fundadora de OaxacaCine

 

¿Cómo empieza OaxacaCine?

Comenzamos las actividades en 2011 pero antes hubo una primera función, la proyección de Norteado, película de Rigoberto Perezcano, que en 2010 acababa de estrenar. Rigo quería hacer una función especial en Oaxaca para la gente que había colaborado con él, amigos, familiares, y otra para el público en general. Para esta función nos acercamos al teatro Macedonio Alcalá; después de las proyecciones estábamos tan contentos que pensamos que sería la sede para comenzar el proyecto.

Somos tres socios fundadores, junto con Rigoberto Pérezcano y Guillermo Quijas, editor y librero. Tardamos un año en preparar lo que técnicamente era necesario: se acondicionó en el teatro la posibilidad de tener el proyector, sonido, una pantalla retráctil, y en noviembre de 2011 comenzamos, con Miss Bala de Gerardo Naranjo.

Fue una programación especial que realizamos junto con la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, que Guillermo entonces era su director. La dedicamos al cine y la literatura. Invitamos críticos y escritores que tuvieron conversaciones muy ricas en torno a este cruce; vino Arturo Ripstein e hicimos una pequeña retrospectiva de sus películas, además de presentar la que estrenaba ese año, Las razones del corazón, con Arcelia Ramírez, quien también estuvo con nosotros. Fue un arranque muy bonito y con unos invitados increíbles.

 

OaxacaCine se inscribe en una vida cultural intensa, pocos estados tienen tantan actividades que se proyectan incluso fuera de México, como Francisco Toledo, la música indígena, gastronomía, artesanías… ¿cómo participa OaxacaCine dentro de este ecosistema?

Somos afortunados de contar con una gran variedad de actividades, que se suceden a lo largo del año. La vida en las comunidades y las regiones también tienen su movida. 

Ahora que mencionas al maestro Francisco Toledo, ha sido una influencia fundamental en nuestro trabajo. Yo colaboré con él en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, estuve a cargo del cineclub de El Pochote, de 2005 a 2010. Fue una escuela para hacer eventos culturales: proponerlos, vincular públicos y creadores, hacer la articulación desde la gestión cultural, donde nuestra labor es acercar a los públicos con los creadores y la obra queda en esta parte intermedia, para disfrutar, en este caso del cine que queremos ver y que nos conmueve.

Cortesía OaxacaCine

No querían hacer un festival, sino una programación continua. Me parece lo más cercano a la formación de audiencias, proponer una regularidad para ver otro cine

Como no tenemos un espacio propio propusimos hacer una programación mensual, que pudiera dar el acercamiento con el público. Por suerte hay una enorme cantidad de películas a las que podemos tener acceso. En esta década han surgido nuevas distribuidoras y hay una cercanía más palpable para programar. 

Queríamos hacer esta programación para que pudiera haber este contacto que permitiera formar público. No es que en Oaxaca formemos público; el público se forma solito y de múltiples maneras, y la gente tiene mucha avidez, me atrevo a decir que ya hay una cinefilia bastante desarrollada, en públicos diversos. 

Pero también es cierto que se da en algunos circuitos y no en todo el estado. Es una mezcla entre estas dos situaciones: un público interesado, que exige ver cierto cine; y población que difícilmente van a venir de su comunidad a una sala de cine, entonces acercar el cine a los lugares es otro reto. 

Ahí hemos ido impulsando algunas áreas aledañas a la exhibición, como OaxacaCine Formación, con actividades como un diplomado en historia del cine mexicano, varios seminarios de historia de cine mundial, actividades que hemos propuesto a todo el estado y que nos ha tocado que vengan jóvenes del Istmo o de otras regiones a tomar un taller.

 

¿Qué ha sido lo complicado en estos años para mantener el proyecto?

La gestión de los recursos es esencial y nunca se sabe qué pasará el siguiente año. OaxacaCine está constituido como asociación civil y no tenemos fines de lucro. Y pues cada año es diferente; a lo mejor se pueden observar algunas constantes pero no hay nada garantizado. Es parte permanente de la labor: trabajas como programador y exhibidor pero también como gestor cultural y buscador de fondos.  

Además, nuestra labor depende de una tecnología que cambia constantemente y que si queremos hacer una exhibición profesional, tenemos que realzar una gestión importante. 

 

¿Cómo los acompañan las instituciones, sobre todo cuando cada cierto tiempo cambian?

Al hablar de recursos que permiten que el proyecto continúe, el otro elemento son los 1vínculos con instituciones, ya sean gubernamentales o fundaciones, u otros espacios. Sin esos vínculos no existiría OaxacaCine u otros proyectos similares, y esto de los vínculos es el arte de relacionarnos, que te da momentos muy gratos pero también a veces se pueden complicar las cosas.

A veces nos ha tocado enfrentarnos a cierto desinterés por nuestra labor y entonces hay que hacer trámites muy amplios para gestionar ciertas cuestiones. No hay una política pública clara que establezca cuál es el fondo para el cine a nivel estatal. En diez años nos han tocado dos gobiernos pero diferentes secretarios de cultura, y quiero pensar que cada nuevo equipo lo hace de la mejor manera posible, pero son muchos pasos burocráticos, no siempre los más sencillos de seguir, y no hay una visión continuada.

Un gran ejemplo, de nuevo, es el maestro Toledo, que incluso en una institución como el IAGO, siempre lo veíamos batallando; fueron mil las batallas que tuvo que dar. Aprendemos mucho de eso, en lo personal es un gran aprendizaje saber cómo llevar esas relaciones y entender por qué del otro lado hay gente que no entiende tu lenguaje.

 

¿Y funcionan herramientas como el Focine? Imcine ahora busca atender otras áreas de la cadena cinematográfica, como es la exhibición, ¿cómo ha sido la experiencia?

En el Imcine se nota el enorme esfuerzo para que esos estímulos se amplíen y lleguen a exhibición. Quizá hay muchas cosas mejorables, pero los estímulos están ahí y por lo menos hay ciertos caminos trazados. 

Antes no había Focine pero había otras maneras de tener apoyo para exhibición y formación, con el apoyo del Imcine hicimos el diplomado en historia del cine mexicano, tuvimos participación de diferentes regiones de Oaxaca, nunca se había dado algo así en nuestro estado. Imcine ha sido un apoyo fundamental, como la Cineteca Nacional o la Filmoteca de la UNAM. 

Siempre hay cosas que se pueden mejorar pero celebro la disposición y la apertura para que esos estímulos se vayan consolidando, aun a pesar de que a nivel nacional los presupuestos para cultura se reducen.

 

¿Cómo serán los festejos por esta década de actividades?

Empezamos el 29 de octubre y nos extendemos hasta el 19 de diciembre. Lo propusimos en tres modalidades: presencial, a través de la sala virtual que estamos hacemos en colaboración con Filminlatino, y por primera vez tenemos programación en la televisión pública de Oaxaca, en la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión, el canal 9.1 de televisión abierta, que pueden ver muchas comunidades en el estado. Ahí pondremos programación los fines de semana,  dedicado de manera íntegra al cine mexicano.

 

¿Cuando celebres los veinte años de OaxacaCine, cómo te gustaría que fuera ese proyecto?

Estoy muy interesada en ver qué pasará con la programación que tenemos en televisión, por ahí tenemos mucho que explorar. Es difícil hacer exhibiciones presenciales en las comunidades, creo que si pudiéramos encontrar una manera de estructurarlas sería una visión a futuro, estaría feliz con encontrar la manera de descentralizar.

Nuestro cine es maravilloso, somos afortunados de que cada vez se produzca más cine y que haya más apertura a otras narrativas, otras maneras de ver y contar; si ese cine crece no puede no crecer la exhibición. 

Lo que podría imaginar en los 10 años hacia adelante es en encontrar esas formas de expandir la exhibición, llegar a más espectadores, con más audiencias. Haciendo un ejercicio de imaginación, eso sería muy bello. También sería bello tener una sala propia, un lugar donde pueda darse continuidad a la programación, que podamos estrellar el vínculo con las audiencias, con los públicos, trabajar con los niños, el cine en las escuelas, hacer programas de las infancias.

Cortesía OaxacaCine

 

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