Su propósito inicial ha sido mostrar la importante producción audiovisual que empieza a generarse en el estado de Chiapas. Con el tiempo, la misión se extiende y profundiza: ahora busca llevar ese cine, y el cine que se genera en el país, a las comunidades chiapanecas sin acceso a una sala. Hacer del cine un ejercicio democrático, incluyente, que acompañe el ejercicio audiovisual chiapaneco, y que agregue la oferta fílmica del país.
Platicamos con Cecilia Monroy y Medhin Tewolde, fundadoras de Ocote, de esta experiencia que en noviembre y diciembre de 2021 llegó a su quinta edición.
Cecilia Monroy (CM): Tengo 20 años viviendo en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Veía mucho movimiento en la producción audiovisual, gente que hacía videos, documentales, pero no se veían aquí. Con unos talleres del CCC y Ambulante Más Allá estas películas se empezaron a mostrar fuera pero no aquí. Con los realizadores propuse, junto con otras amigas, mostrar lo que se estaba haciendo. Era regresar las imágenes a su lugar de origen, entonces decidimos hacer un evento con otros materiales, como los del Festival Voces Contra el Silencio, combinamos programas de dos películas, una chiapaneca y otra de fuera, y así nació. Fue un grupo de mujeres y era muy particular la manera de organizar, nos gustó e inició sin saber que haríamos una segunda edición. Cuando terminó había una demanda de los realizadores y realizadoras, el público nos preguntaba cuándo iba a ser el otro. Fue el inicio de hacer el festival cada año o cada dos años
Medhin Tewolde (MT): Después del levantamiento del 94 mucha gente venía a grabar, se llevaban el material y lo mostraba en otros lados. A partir de estos procesos de formación se empieza a formar más gente aquí y hacen producciones propias. La intención de Ocote es mostrar estas producciones y eso ha hecho que las audiencias sean un público accesible, porque al final son redes de amistad. También por eso, en las exhibiciones que hemos hecho en Tenejapa o en otros lugares fuera de San Cristóbal, casi siempre van los directores y las directoras que tienen alguna relación con el lugar. Las audiencias llegan un poco desde ahí, desde estas relaciones.
CM: Una de las ideas principales es llevar el cine a donde no llega el cine. Nosotras vamos a las plazas, montamos la pantalla y se anuncia a la población de la cabecera municipal. Entonces llegan porque no solamente es una película sino también un evento, en el que va a haber una proyección. Por ejemplo, la proyecciòn anterior en Tenejapa era un documental sobre el carnaval que se hace en otra localidad, San Andrés Larrainzar, pero como también se hace un carnaval en Tenejapa y casi todos los municipios, se invitó a las autoridades del lugar. Hubo buena recepción, hubo cien personas a pesar de que hacía mucho frío. Buscamos a la audiencia natural del lugar y es una oferta, no es tanto que tengan que venir.
MT: El primer año Ocote estaba enfocado en mostrar documentales, no porque así lo decidiéramos, sino porque era lo que se producía. En esta última muestra hay géneros diversos, películas de ficción, mucho videoclip porque también hay un movimiento musical fuerte en Chiapas. También por primera vez incluimos una sección infantil, encontramos varias producciones interesantes, también es cierto que eran pocas y tuvimos que buscar otras producciones de fuera para completar la selección; el cine experimental también logró tener una sección.
CM: Nos están llegando muchos cortometrajes que no estaban saliendo de las computadoras de quienes los hacen, de hecho un comentario es que Ocote está fomentando las ganas de mostrarlos, empiezan a verlo como una ventana. Por ejemplo los videoclips, se hacen bastantes y muy buenos. Su ventana directa es YouTube, lo suben y hasta ahí; entonces me comentaban eso, que después de que mostramos los videoclips se fueron a buscar más producción a YouTube, entonces Ocote tiene esa función de ser esta ventana para estos trabajos.
Medin: Las películas que mencionas, Tote_Abuelo, Vaychiletik y Negra las pasamos en la última edición de Ocote, fue la primera vez que se mostraron en San Cristóbal. Tote es de 2019, Negra de 2020, Vaychiketik de 2021, ¿por qué no se habían visto antes? No quiero hablar por Marìa ni por Xun pero creo que compartimos la misma idea, eso es una estrategia porque sabes que hace falta montarse a la ruta de festivales y eso implica sacrificar que Negra no se estrenó en Chiapas, ni Tote ni Vaychiketik, …. Es esta disyuntiva que a veces toca tomar, porque sabemos de otras películas que van a salir y que sabíamos que no las íbamos poder pasar en Ocote por esto.
MT: Hace diez años hacemos Ocote y en estas cinco ediciones hemos tenido financiamiento para dos; como decía Ceci uno de los objetivos es llevar el cine a donde no llega, es uno de los beneficios más importante cuando buscamos financiamiento, abrir esta posibilidad, porque si no nos complica la vida. Eso no quiere decir que no lo hagamos, lo hacemos en San Cristóbal y salimos hasta donde podemos, pero para llegar más lejos fue gracias al financiamiento que tuvimos.
CM: También ha sido una disyuntiva: seguimos haciendo esto o mejor montamos un negocio de tacos. Porque cuando no hemos solicitado o no hemos obtenido financiamiento, es desgastante que, por un lado es muy bonito ver el trabajo colaborativo y la organización, pero en un momento necesitas avanzar. Con el financiamiento es bonito poder pagar lo que cuesta cada cosa y a cada quién, por ejemplo la función de clausura la hicimos en un parque y había un tema de inseguridad y violencia, contratamos a un grupo de chicas que se dedican a la seguridad y fue satisfactorio decir, podemos contratar a estas cinco personas y pagarles, eso resuelve de manera más fácil y justa para todas y todos.
MT: En estos diez años ha ido cambiando el mundo, hace diez años no había plataformas o estos festivales; aquí hay una sala de cine que es nuestro aliado principal, Kinoki, que ahora tiene estrenos cada semana y eso no pasaba antes. Un poco la idea de Ocote era mostrar lo chiapaneco con algunas otras producciones. Ahora creo que nuestro objetivo es ir hacia afuera, es más importante ir a la periferia que seguir en el centro, con cosas que ya se puede acceder de otras maneras. Chiapas es de los estados más pobres del país, la marginalidad sigue siendo mucha, entonces poder llegar a comunidades alejadas del centro es lo más importante. Es más difícil pero es lo que más me motiva, por ahí le encuentro el sentido.