Tolstoi inicia su novela Anna Karenina con la frase: «Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera». Parecería que desde ahí Lila Avilés propone en Tótem un microcosmos intrincado y emotivo sobre el hogar, la familia, el amor, la amistad, la compañía de los seres queridos. También atisba el dolor. Todo se traduce desde la mirada de una niña solitaria que parece asomarse a un nuevo inicio de su vida.
Ganadora del Premio de Competencia del Jurado Ecuménico en el Festival de Berlín, Mejor Directora en en Festival Internacional de Cine de Jerusalem, Mejor Largometraje en el Festival Internacional de Cine de Morelia, Tótem, segunda película de Lila Avilés, aspira a participar en los premios de la Academia de Hollywood de 2024.
El 30 de noviembre estrena en salas de México. La directora Lila Avilés charló con nosotros sobre este acercamiento amoroso al hogar y a la familia.
Sospecho que Tótem intenta ficcionalizar la autobiografía. Tengo la impresión de que la historia de Sol, su familia y esta fiesta tiene algo que ver con alguna cuestión personal. ¿Cómo volver esta historia personal en una película que le importe a las audiencias?
Tótem viene de una historia muy personal que, por fortuna, logró superar las dificultades iniciales de la escritura. Tienes la dicha de transmutarla, cambiarla y jugar con los personajes. Nosotros vivimos a través de ese duelo, tan horroroso y a la vez tan común. La muerte es la única certeza que tenemos y nunca sabes cuándo llegará. No queda más opción (por más hippie que parezca) que abrazar la vida. Eso es lo hermoso de la película, está hecha con el corazón, con una búsqueda significativa.
En La camarista, la película ocurre en el interior del hotel, hasta que sacas a la protagonista de él en la última escena. Aquí, haces el ejercicio contrario: Sol viene de la calle, la metes en una casa y no sale hasta el final. Ambas películas realizan el ejercicio del microcosmos, allá la sociedad de la hotelería y aquí la familia. Eres como una cineasta de las microsociedades.
El cine me ha dado todo, no sólo la oportunidad de ser cineasta, también de creerme socióloga. El cine te brinda esa posibilidad de inventar cualquier delirio o adentrarte en cualquier tema interesante. La camarista fue un universo y éste es otro universo. Ambas comparten una sola locación, lo cual me ayudó mucho. No es que siempre quiera limitarme a una sola locación, pero me ayudó mucho porque las dos películas significaron mucho para mí. Con ellas aprendí desde la médula. A veces, como espectadora, veo muchos fuegos artificiales, pero si la esencia no está allí no importa cuánto lujo haya. Con estas dos películas aprendí desde el centro. Quizá la siguiente película la ambientaré en una sola locación o en más, pero será una cuestión de distintas búsquedas y de no olvidar lo importante, que es como la caligrafía. Si no aprendes a hacer el primer círculo, no aprenderás a hacer nada más. Para mí, a partir del círculo, viene el delirio.
La camarista me parecía episódica. Eve entraba a una habitación y encontraba una historia, luego encontraba otra. En Tótem, Sol se sumerge en el caos de toda la familia. Parecería una película desordenada y caótica. No digo que sea un defecto, sino una apuesta interesante. ¿Cómo vas creando un guion y logrando que sean tantas historias?
Obviamente haces un guion y tienes una idea. Además, me gusta mucho el proceso de edición. Desde el guion ya tengo pensada una forma de edición, pero cuando estás filmando, la reaprendes, la estás reentendiendo. Lo que fue muy bueno, a diferencia de La camarista es que la filmé de manera progresiva y ascendente. Eso me ayudó como directora, aprender el camino de la película. También en el caso de Naíma, la protagonista, darme cuenta de cómo Naíma empezó y cómo terminó. Era una niña al principio y yo también era una niña. Fue un proceso poderosísimo.
Me llama la atención la formación colateral que tienen los directores. Tengo la impresión de que tú, como directora que también ha sido actriz, estás muy cercana a plantarte de un lado y del otro.
Realmente trabajé en muchas más áreas que de actriz. Dirigí mucho teatro, fui asistente de dirección, estuve en maquillaje, en vestuario. Es que cuando eras actriz, nadie te tomaba en serio. Ahora que no lo eres te lo reconocen, y obviamente también actué y entiendes que es complejísimo y dificilísimo. Es un ejercicio de muchas fuerzas.
Hay actrices y actores extraordinarios que, incluso cuando están en las peores manos, por su oficio saben cómo salvarse de la película. Pero, ¿qué pasa cuando son virtuosos y, además, están en buenas manos? Ahí se gesta algo poderoso. Pero siento que también quiero ir más allá de ese lugar. Es un estigma que se ha impuesto, y tampoco me interesa seguirlo. Porque no tengo interés en actuar desde hace mucho tiempo.
Tótem es tremendamente dulce y a veces incluso cómica. Hay escenas, como la mujer que hace la limpia, que aún en medio de la situación apesadumbrada logra hacer reír. ¿Por qué buscar estos momentos de humor?
Pues sí, porque la vida misma es así. La vida en su desastre es graciosa. Pienso que La camarista también tenía su gracia, con la mini Toy, y aunque era más silenciosa tenía sus momentos de humor. Creo que es buscarle ahí. Y también que se dé, porque eso tiene la comedia: si uno lo impone, jamás va a ser gracioso. Entonces, si se daagregarle más.
Pero creo que además es algo natural tuyo, es decir, de tu personalidad, de tu forma de encarar cualquier cosa de la vida, ¿no?
A mí me gusta mucho reírme; ahora, imagínate, lo que más me gusta es el cine y luego reírme, pues ya. Pero luego pasa como dicen en Campeche, que lo busco y lo busco y no lo encuentro. Entonces, hay que buscarlo, pero no imponerlo.
Me llama la atención que desmarcas a tu protagonista, Sol, del contexto de la familia. Las tías discuten algo, hay un personaje enfermo y una cuidadora, los mismos adolescentes traen su historia, a Sol la sitúan en un universo de naturaleza, hay un saltamontes, caracoles...
Yo creo que hay un reflejo. Lo raro está en que como sociedad, como humanidad, pensamos que es raro lo que debería ser natural, el vital y común de encontrar ese reflejo en los animales. Y como sociedad que cada vez estamos más lejos de ese universo. Entonces, cuando una está en estos procesos de búsqueda, ya sea dolorosos o de buscar respuestas, no hay nada como la naturaleza. No lo digo yo, lo dice la vida misma, la historia de la humanidad viene por ese reflejo de los animales.
Ahora que Tótem se ha visto en varios festivales y ha conseguido tantos reconocimientos, ¿crees que sigue siendo fiel a esa película que imaginaste?
En los procesos cinematográficos uno está muy cerca de la historia y del proceso de búsqueda de personajes. Luego estás filmando, después viene la postproducción y la salida de la película, pero para mí es muy importante mantener los pies en la tierra y la esencia de por qué hago la película. En ese sentido, soy bastante “control freak”. Cuando termino la película y estoy en el proceso de edición, casi no entra nadie. Me gusta estar muy cerca de la película. Con ambas películas he logrado tener cierta objetividad, paso mucho tiempo cerca de la película porque estoy involucrada en cada uno de los procesos. Tengo la capacidad de saber, sobre todo en la edición, si es afín a lo que yo soñé o a lo que estoy buscando.
Sueño con ser como Agnès Varda, llegar a tener muchas películas. Pero por lo menos, llegar a ser viejita, pero seguir filmando.
Tótem una película que trata sobre la familia, los amigos, el vivir, la comunicación, los lazos.
Tótem (México, Dinamarca, Francia, 2023). Directora y guionista: Lila Avilés. Compañías productoras: Limerencia Films, Laterna, Paloma Productions, Alpha Violet Production. Con el apoyo de: EFICINE PRODUCCIÓN-BBVA, Danish Film Institute, HBF HUBERT BALS, AIDIE AUX CINÉMAS DU MONDE – CNC, Visions Sud Est with the support of the SDC (Swiss Agency for Development and Cooperation). Distribuidora: Cine Caníbal. Coproductores: Per Damgaard Hansen, Jean-Baptiste Bailly-Maître. Productoras: Tatiana Graullera , Lila Avilés, Louise Riousse. Director de fotografía: Diego Tenorio. Editor: Omar Guzmán. Diseñador sonoro: Guido Berenblum. Mezcla: Rune Palving. Directora de Arte: Nohemi González Martínez. Vestuario: Nora Solís, Jimena Fernández. Maquillaje y peinado: Vanessa Campos. Casting: Gabriela Cartol , Lila Avilés. Música: Thomas Becka. Reparto: Naíma Sentíes, Montserrat Marañon, Marisol Gasé, Saori Gurza, Mateo García Elizondo, Teresita Sánchez, Juan Francisco Maldonado, Lazua Larios, Alberto Amador.