‘Indocumentados sin miedo’ de Arturo Pulido: caravanas centroamericanas en la frontera de Tijuana

Las caravanas centroamericanas que buscan llegar a Estados Unidos, y que transitan por México para lograrlo, tuvieron una importante cobertura mediática desde octubre de 2019, pero su flujo es anterior a esta fecha, y aún se siguen formando. Desde entonces ha significado un reto de orden político y humanitario para sus países de origen, el país por el que transcurren y el lugar a donde pretenden llegar.

 

Indocumentados sin miedo (2019) forma parte de la selección Hecho en México de la edición 15 de DocsMX. Arturo Pulido nos platica sobre cómo realizó esta historia.

¿Desde cuándo empezaste a relacionarte con los migrantes centroamericanos y la caravana?

 Entre 2013 y2014 empezamos a interesarnos por el tema de la migración y el abuso policiaco. No sabíamos hacia dónde nos iba a llevar esto, creíamos que la investigación sólo la haríamos en Los Ángeles, como un problema local. Después empezó a sonar lo de la caravana, yo lo escuchaba desde 2016, se veían flyers, había mensajes en WhatsApp, todo muy austero y no pasaba nada. Pero a finales de 2018 salió la caravana y en un mes cruzaron dos países y llegaron a la frontera de Tijuana. Nos pareció más interesante enfocarnos en el contraste en Estados Unidos, donde en apariencia aceptan a los migrantes porque es una comunidad abierta a este tipo de movimientos, mientras en México no notamos esto. No quisimos ponernos con maniqueísmos; preferimos mostrar la realidad, hacer un escáner de la inmigración. La caravana nos ayudó a darle un toque final a la película, con lo que contrastamos de lo que sucedió en Los Ángeles y Hollywood.

¿Cómo convive tu cámara y tu equipo con esta avalancha de personas? ¿Cómo seleccionas entre ellos con quienes hablar o qué hacer para darle orden a tu documental?

Venían diferentes grupos: gente religiosa gente que le mataron a su familia, pandilleros, oportunistas, madres solteras y otras mujeres. Eran distintos hasta por los países: los salvadoreños por un lado, los hondureños por otro. Nos movíamos entre sus casas de campaña con la cámara, tratábamos de utilizar el telefoto para no romper la intimidad del espacio. Las personas que defendían la frontera nos veían como participes, nos veían corriendo atrás de los niños y las señoras o respirar el gas lacrimógeno. No nos pusimos de ningún lado, queríamos dar un espectro amplio de lo que sucedía. Llevo muchos años dedicándome a la investigación documental en noticias, ya tengo un ojo y una sensibilidad para trabajar rápido, porque muchas veces la realidad se disuelve si no prendemos pronto la cámara.

 

Has trabajado en otras áreas del periodismo audiovisual: noticieros, reportajes de viajes, deportes; éste debe ser de los trabajos que más te han retado como periodista y cineasta…

La profesión del fotógrafo periodista o documentalista es muy noble porque puedes trabajar en muchas gamas. Casi siempre me tocaba trabajar la cámara y no coordinar la entrevista: me enfocaba en encuadres, iluminación, los lentes que puedo usar. En el fondo siempre quieres hacer cine pero es caro, se te puede caer el proyecto. Pero para mí era importante hacer la película: siento que la nobleza del cine radica en la sencillez, para mí es como un ensayo de la profesión. No sé si me quedo como un documental de estilo cinematográfico, como los que ahora se ruedan por el mundo, pero traté de ser lo más honesto en la narrativa, en mi experiencia como cinéfilo, porque me gusta ver cine documental. Una de mis referencias fue Werner Herzog, su trabajo es diverso, se mete hasta las alcantarillas para hacer un documental.

¿Crees que Indocumentados sin miedo puede ser un factor de cambio? ¿O cómo funciona un documental como éste?

Es una pregunta difícil porque nos conocemos el alcance de la película, pero si alguien pudiera verla entenderá cómo está el fenómeno migratorio, que no hay leyes a favor de los migrantes, que no hay políticas migratorias. Como yo he trabajado muchos años en la televisión sé que las noticias dicen una verdad muy maquillada. En el plano noticioso nunca he visto una cobertura completa de la caravana o del fenómeno migratorio, más bien hacen un espectro sensacionalista, no hay una investigación profunda. Yo tampoco sabía cómo estaba la situación en Honduras, Guatemala o El Salvador; sabemos que son países menos desarrollados que nosotros pero es evidente que Estados Unidos nos frena en Latinoamérica, para que no desarrollemos nuestro potencial. En este documental hicimos que esta realidad nos cale, nos mueva a algo, a entender que esto va a seguir.

 

Se debería ver Indocumentados sin miedo en Centroamérica, el lugar de dónde vienen tus personajes…

He estado buscando festivales y no hay en Honduras o en El Salvador y uno busca que esta película se vea en los lugares de donde vienen. La película se hizo por inmigrantes, la película es para ellos, para los inmigrantes, para personas que no tienen miedo. Me acuerdo que cuando estaban en las protestas de Hollywood la gente gritaba Undocumented Unafraid, esa era la melodía y se me hacía muy fuerte, pensaba que ese nombre está bueno porque te das cuenta que el indocumentado no tiene miedo. Si por algo es inmigrante es porque no tuvo miedo de cruzar su país; mucha gente no sale ni de su barrio, no conoce la playa, y estas personas cruzaron dos o tres países. Me gustaría que el documental se pudiera ver en esos lugares, voy a seguir buscando y a acercarme a las ONG que ayudan a los inmigrantes, a ver si están interesados en moverla.


Indocumentados sin miedo (México-Estados Unidos, 2020). Dirección: Arturo Pulido. Producción: Jane Arapawe, Arturo Pulido. Fotografía: Arturo Pulido. Edición: Arturo Pulido.