‘Ricochet’ de Rodrigo Fiallega: la paciente venganza

El extranjero avecindado desde hace décadas en un pueblo de Jalisco. La esposa que ya no vive con él, la hija de las preguntas que parecen acertijos, el compadre con quien comparte cervezas.

 

Esto es la vida, pero la vida también es el dolor enquistado en la mente, las fotos guardadas en una cajita, la rabia que se apacigua entre maleza y terracería.

 

Entonces reaparecen los motivos de la ira y es como si apareciera el sentido de la espera, los motivos contenidos: la fatalidad. 

 

De eso va Ricochet, la ópera prima de Rodrigo Fiallega, que a pesar de la pandemia, ha hecho su paso por el Festival de Cine de Roma y en el Festival Internacional de Cine de Morelia. 

¿Qué significa Ricochet? 

En inglés es el rebote cuando un objeto pega con otro, por ejemplo cuando una bala pega en algo y rebota; en francés es hacer patitos con las piedras en un lago, me gustó ese doble significado que puede tener la palabra, algo muy naive y muy duro a la vez.

 

Sé que la historia original de Ricochet vino de Argentina, ¿qué noticia encontraste y cómo te pareció material para hacer una película?

La noticia es la parte final de la película, me parece que fue en Santa Fe, Argentina. Me impactó, la dejé guardada y pensé que se podía hacer algo interesante, hablar de cosas que nos hacen humanos, que no todo es racional en nosotros. De repente tomamos decisiones que nadie sabe, ni tú mismo, por qué tomaste lo hiciste. Eso me pareció interesante y quise traerlo a México, explorar a nivel visual y sonoro nuestra parte rural, y la unión de estas cosas me pareció interesante, tomar la anécdota y llevarla a una película.

Llama la atención lo bien hecho que está el guion, esta administración de la información que nos va preparando, además de un mundo de matices, sobre todo de Martjin, tu personaje principal, cómo fue su escritura? 

Más que muchos tratamientos fue intentar un primer desglose de cómo quería que fuera la historia. Hubo un primer tratamiento con más información, en los siguientes quité cosas porque me interesaba dar los menos datos posibles, que el espectador conociera la historia desde las imágenes y los sonidos. Esa fue la parte complicada, estructurar ese tratamiento, sobre todo pensando que quería que fuera todo en un solo día y muy lineal. Me apoyé en la literatura mexicana, un poco de Juan Rulfo, de Agustín Yáñez, esta novela rural mexicana que me ayudó a encontrar el ritmo de la escritura y la película.

 

¿Qué te daban las locaciones jaliscienses de Sayula para contar la historia?

Convergieron dos cosas: una parte romántica, justo pensar en Rulfo y Yáñez, esta descripción de la vida rural jalisciense. En un principio pensamos que tal vez podría ser en Oaxaca, pero un amigo productor de Guadalajara leyó el guion y me dijo: ‘tienes que ir a esta zona del lago de Sayula en Jalisco’, y cuando llegamos vimos que es justo lo que necesitaba la historia a nivel visual: mostrar este México rural que a veces se muestra muy pobre, y la verdad es que los lugares que se muestran apenas los tocamos a nivel de arte, son tal cual los encontramos. Para nosotros era importante reflejar esa parte mágica y bella que tiene México.

 

¿Cómo llegaste con tu actor protagonista, Matijn Kuiper, y cómo trabajaste con él?

Matijn es un actor holandés que ya tiene tiempo en México, con formación teatral. Tiene un rostro interesante que puede ser duro y a la vez amable. A él le interesó mucho el guion, encontramos puntos en común sobre el personaje. Creo que su reto fue ser más parco y menos actor. Él viene de una escuela que tiene que ver con la expresión corporal, su reto fue intentar ir hacia abajo, que la expresión fuera la mínima posible. En teatro es más racional y le gusta pensar en los personajes, en este caso me dio la confianza de ser más intuitivo y dejarse ir, incluso de mi parte fue lo mismo, no pensar tanto en el personaje para no traicionar la idea principal de la película, de no entender por qué hacemos lo que hacemos.

Tienes experiencia en videoclips, efectos especiales, llama la atención que apuestes por una ópera prima contenida, con pocos personajes, ¿cómo fue el salto de lo que has hecho para llegar a Ricochet?

No sé si es parte de una esquizofrenia mental o algo así, porque me gusta mucho mi trabajo de publicidad y efectos visuales, pero mi parte cinematográfica me lleva por un cine más minimalista, son dos partes de una misma cosa en mi cabeza. Es raro venir de un mundo de películas de acción, comerciales, cosas que tienen un ritmo más rápido, que tal vez son más artificiosas a nivel visual, y de repente trabajar con algo que va en sentido contrario, pero para mí son dos caras de la misma moneda. Son dos formas de ver el lenguaje cinematográfico y el lenguaje visual.

 

El cine autoral contemporáneo suele ser contemplativo y Ricochet cumple con esas características, pero también tiene intriga, suspenso, es como hacer cine de autor pero enriquecido por la experiencia comercial 

Puedes tener las dos vertientes, un cine con una intención más cargada hacia hacer dinero, y del otro lado películas que buscan una expresión artística. De mi lado me interesa que la gente quiera ver la película. Esta película en particular tiene esta parte de thriller: justo tener un solo personaje con este ritmo lento, pues no hay mucho por lo cual alguien querría estar más de diez minutos si no empieza a sentir intriga o algo visualmente le llame la atención, puede ser algo en lo que fallan algunas películas que intentan ser más contemplativas. Sí creo importante darle algo a la gente para que le interese tu obra. Pero lo más importante es ser honesto y que eso que tú das al espectador sea parte del universo de la película.

 

Tuviste una primera exhibición en Roma, ¿hasta aquí cómo va la cosa?

Las reseñas que han salido han sido muy buenas, no conozco cómo sean los críticos italianos de duros o crueles, pero por lo que nos dijeron cuando algo no les gusta, no les gusta y lo dicen, y a nosotros nos han tratado muy bien. Eso nos tranquiliza y nos emociona, que la gente en Italia haya entendido y disfrutado una película que tal vez podría ser muy local, con personajes muy locales, salvo Martjin. Es emocionante que se vuelva universal este tipo de cosas.

Ricochet (México – España, 2020). Dirección: Rodrigo Fiallega. Guión: Rodrigo Fiallega. Producción: Gabriela Maldonado. Compañía Productora: BHD | Cactus Films | Érase una vez | Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) | Tangram Films | Tequila Film | Zensky Cine. Fotografía: Natalia Cuevas. Edición: Rodrigo Fiallega | Elena Ruiz. Sonido: Chema Ramos Roa. Música: Amado López | Richard Wagner. Reparto: Andrés Almeida | Martjin Kuiper| Iazua Larios. Dirección de Arte: Christian Gallardo | Connie Martínez.