Ana regresa a Tijuana, la ciudad donde nació y creció, por motivos laborales. A su cargo estará una importante construcción y el reto de estar al frente de un equipo totalmente masculino.
Hay otro reto, de carácter personal: lidiar con un pasado que la tiene inquieta. En ese transcurso conoce a Silvia, joven madre soltera que quiere comprar su casa de la infancia. A partir de este encuentro Ana enfrentará recuerdos, pendientes, ausencias de su pasado.
Pero además, Los días más oscuros de nosotras, ópera prima de Astrid Rondero, hace un ejercicio de valentía y se exhibe en salas nacionales justo a la par que transcurre la pandemia. Sobre la película, sobre la exhibición, sobre el ejercicio creativo de las mujeres en el cine, nos platica la directora de esta historia.
¿Dónde empezó a desarrollarse la trama?
Yo trabajé muchos años en distintos puestos en el cine, hice una película en Tijuana y para mí fue una ciudad impresionante. Me prometí filmar ahí mi ópera prima, que trataría de la dificultad y los retos de ser mujer en Tijuana. Más allá de ser una ciudad fronteriza, Tijuana habla con claridad de cómo somos los mexicanos. Por eso quise contar esta historia. Lo otro es el personaje de Ana, refleja cómo me sentía en ese momento como trabajadora del cine. Todas las que hicimos la película sentíamos que había cosas interesantes que hablar acerca del género a través de ese personaje.
Es una historia de cotidianidad pero siempre hay una violencia contenida, la presencia de los hombres que acosa o intimida a los personajes principales.
Vemos un montón de elementos acerca de la lucha de poderes, por eso elegimos un ambiente tan masculino como una obra de construcción. Cuando Ximena Amann, Fernanda Valadez y yo empezamos en el cine, si te salías de ciertas zona de confort de inmediato tenías tenías retos más grandes que tus compañeros. De ahí viene ese entusiasmo por contar la película. Además, Tijuana es un espacio perfecto para contarlo. Tijuana de noche es un espacio preponderantemente femenino pero las mujeres están en un puesto de objeto y de trabajo, creo que por eso fue esa mezcla.
¿Cómo fue trabajar con Sophie Alexander-Katz y Florencia Ríos?
A Sophie ya la conocía, sabía de las herramientas maravillosas que tiene. Es una actriz muy minuciosa. El trabajo que ella hace es de muchas preguntas, te hace amar dirigir, toda su vida se vuelca en la película. Después hicimos casting para el personaje de Silvia: yo ya había visto a Florencia en una ópera prima del CCC y no tenía tantas dudas de que fuera ella. Encontré en ella a una actriz que siempre está lista para entrar a la ficción. Su trabajo fue muy vivencial: nos fuimos a Tijuana con las chicas de los bares, vio lo difícil que es pasar las noches ahí. Eso la hizo madurar muchísimo y a mí también, y con esas herramientas nos fuimos al rodaje. La secuencia del table fue totalmente recreada, no fue en un table real, pero logramos recrear esa sensación de ser presa. Creo que Florencia en esa escena logró cumplir con el camino que estaba llevando hacia entender a estas mujeres.
Esta película la produce Fernanda Valadez, tú a la vez le produces Sin señas particulares, ¿qué me puedes platicar de esta relación creativa ?
Fernanda es del CCC, yo soy del CUEC, ahora ENAC, y pronto encontramos puntos en común. Empezamos a trabajar en los cortos de Fer y después le entramos a Los días más oscuros de nosotras. Ambas estamos en todos los procesos. A veces nos cambiamos el gorrito y decimos: ahora tú produces y ahora yo produzco, finalmente es importante tener a alguien que está volcado al proyecto como productor, pero siempre estamos en cada uno de los pasos: desde la escritura del argumento, el guion, todo el proceso de financiamiento, que se vuelve más técnico, y luego el rodaje. En el rodaje siempre tratamos de tener un buen equipo de producción, que esté al pendiente de las cosas que nos obligan a salir, también disfrutamos mucho la edición. Para nosotras Los días más oscuros de nosotras es en muchos aspectos nuestra primera película, nuestra primera experiencia y comprensión de cada una de las etapas. Espero que en la tercera película iremos aprendiendo todavía más cosas acerca de los procesos que aún no logramos entender del todo.
Los días más oscuros de nosotras es de 2017. ¿Cambió la forma en que las mujeres se están involucrando en el cine, desde el tiempo en que realizaron esta película a hoy?
¡Claro! La realidad es que ahorita podemos pensar en muchísimos nombres de mujeres. Cuando yo empecé a trabajar en cine mexicano solamente ubicábamos a María Novaro, Erika Licea como fotógrafa y párale de contar. Los cambios han sido rapidísimos y muy sólidos, esperemos que no cambien. Es gracias a la posibilidad de la autogestión, por eso las mujeres hemos sido tan verbales con la posibilidad de que desaparezcan los fondos o no se aseguren al 100%, porque eso nos ha dado vida. El panorama ha cambiado mucho; es frágil todavía, pero muchas estamos comprometidas con seguir produciendo y seguir trayendo a mujeres cineastas a trabajar; a todas nos dieron en algún momento la oportunidad y eso es fundamental también.
Me parece valiente estrenar en estos tiempos de pandemia, ¿cómo fue la decisión de salir a salas en enero de 2021?
Hasta en eso somos autogestivas y emprendedoras: decidimos distribuir, obviamente con la ayuda de socios importantes, como Mandarina Cine. Los días más oscuros ya teníamos tiempo sin poderse estrenar, queríamos hacerlo en 2020 pero llegó la pandemia, nos retrasamos hasta este punto donde nos hemos dado cuenta que las cosas no van a regresar pronto a la normalidad. Pero como resultado de la pandemia, una de las cosas interesantes es que las exhibiciones están en crisis, no tienen películas norteamericanas que mostrar y eso nos da espacios de exhibición en estados del país en los que jamás hubiéramos estado. Cuando salió esta posibilidad con Cinépolis la tomamos como una oportunidad. Por ahí escuché y me encantó oírlo porque es cierto, que es una decisión kamikaze, pero el cine mexicano es kamikaze, la exhibición nunca es la deseada y siempre estamos tomando riesgos; ahorita era el momento de que Los días tomara ese riesgo. Las condiciones del cine mexicano siempre son adversas, tampoco es que sea extraño para nosotros como cineastas que el panorama no sea el adecuado.
Desde ese punto de vista kamikaze todo es ganar-ganar.
La película tiene que salir y es lo importante, se va a exhibir en plazas que ahorita están abiertas, pero cuando abra Monterrey o Guadalajara, que fueron plazas que perdimos esta semanas, ahí estará la película. Y por supuesto estará en la Ciudad de México y estaremos alternando con un formato de video on demand que pronto anunciaremos. Para marzo tendremos la ruta de cines alternativos que son importantísimos, donde más deseamos llegar. Y al final estaremos por supuesto, en las plataformas típicas.
Los días más oscuros de nosotras (México, 2017). Directora: Astrid Rondero. Productoras: Fernanda Valadez, Astrid Rondero, Ximena Amann. Fotógrafa: Ximena Amann. Productor en línea: Alejandro Zuno. Director de arte: Jesús Torres Torres. Edición: Susan Korda, Astrid Rondero, Pierre Saint-Martin. Maquillaje: Maripaz Robles. Vestuario: Sebastián Reyes. Sonido directo: Axel Muñoz. Diseño sonoro: Omar Juárez / Encore Sound. Música original: Lambert. Reparto: Sophie Alexander-Katz, Florencia Ríos, Adolfo Madera.