'Guardado, hermano' de Jorge Iván Sanders: el mal desde los ojos de Leo

A Leo le gusta un comercial de whisky escocés, lo pone una y otra vez en su lap top y se deja absorber por las gaitas y el color ambarino de la bebida. Su madre y su hermano le tienen paciencia: Leo vive con autismo y su mundo está hecho de reiteraciones: el comercial de whisky, lagartos que lo rodean, elementos oníricos o infames que registra desde una visión muy propia. 

 

En Guardado, hermano, Jorge Iván Sanders pone a Leo (que lo interpreta Leonardo A. Reyes, quien en realidad vivía con el espectro autista) en el centro de una historia de amenazas oblicuas. Como el Benjy de El ruido y la furia de Faulkner, Leo es testigo de las tensiones criminales, de acoso sexual y consumo de drogas, que se viven en un pueblo perdido de Baja California. Entre las insidias y el mal, busca refugio en su computadora, en la paciencia de su hermano, en el temor contenido de su madre.

 

Guardado, hermano es la ópera prima de Jorge Iván Sanders, que participa en la edición XXI de Macabro Fest. Platicamos con él sobre este thriller psicológico que, de refilón, pone el acento en el síndrome del autismo

 

Al inicio de Guardado, hermano mencionas que la película es un homenaje a tu actor protagonista, Leonardo A. Reyes, quien murió antes de que terminaras la película, pero además fue tu primer impulso para escribir la historia. ¿En qué momento se convirtió Leo en tu pieza clave?

Conocí a Leonardo en una producción, hace años. Él quería aparecer como extra en la película, pero los productores decidieron no utilizarlo porque sentían que iba a resaltar mucho y podía desequilibrar la toma. Leonardo esperó todo el día, hasta que llegó su mamá furiosa y exigió que lo respetaran.

Después lo conocí mejor en la universidad, yo cursaba la carrera de comunicación y él estudiaba historia. Mantuvimos una amistad de quince años. Leo tenía la inquietud de hacer una película y cada mes me llamaba para preguntarme cómo iba mi película, siempre se propuso para actuar en ella. 

Ese impulso terminó por inspirarme: empecé a platicar con él para que me contara su vida, y como siempre he escrito thriller, terror y drama psicológico, tomé bloques importantes de la vida de Leo y los transporté a un mundo terrorífico. 

 

Cuando en las películas se aborda la vida de una persona con discapacidad mental, suele hacerse desde el documental o el melodrama. Tú hace una película de horror. ¿Cómo creas el enlace entre el autismo con los elementos de la película?

Tratamos de mantener todos los elementos personales de Leo muy cercanos, para facilitar su actuación. Al principio yo quería hacer una docuficción, en las primeras pruebas sólo aparecía Leo frente a la cámara, hablando sobre sus inquietudes y las cosas que hacía para luchar contra la ansiedad. Quería ver cómo reaccionaba Leo con las cámaras y, como no le costaba nada, empecé a escribir un guión con lo que me decía, aunque a final de cuentas él cambiaba las cosas muchísimo.

Había veces que me enviaba pruebas de video actuando de diez maneras distintas, o me pedía que hiciéramos escenas con Jorge Jiménezy quien hace a Argel, su hermano, porque se encariño mucho con él durante el rodaje. Como era una película que estábamos haciendo para él, reescribí constantemente la historia, hasta que se sintiera a gusto con su desenvolvimiento como actor. 

Por otro lado, al desarrollar la película desde la perspectiva de Leo, también pudimos jugar con un mundo onírico, desde una perspectiva distorsionada. De hecho, si hubiera intentado hacer la película con una narrativa lineal hubiera salido muy mal.

 

Incluir a una persona con autismo como Leo en una película de horror como Guardado, hermano puede provocar opiniones encontradas. ¿Hubo algún conflicto ético por su participación en esta historia?

Desde la premiere de la película hubo una conversación al respecto. Muchas personas cuestionaban la inclusión de Leo, pero yo siempre estuve cerca de una asociación de autismo, con los que platiqué sobre la película y la participación de Leo.

Una cuestión importante con el autismo, que a veces la gente no sabe, es cómo funciona el abanico del espectro autista, por eso sienten que son incapaces de realizar cualquier actividad y de cierta forma están limitando sus libertades .

Leo se encontraba en un espectro altamente funcional y eso hacía posible la película, porque tenía la capacidad de conversar la historia y trabajar en ella. Sin embargo, para las personas que están en un espectro más bajo, sería delicado exponerlos a este tipo de actividades, ya que a veces no pueden comprender la situación en la que están.

Por eso es importante tener cuidado con quién se trabaja y por eso también entiendo que haya personas que se enojen con la participación de Leo en la película, pero en vez de tomarlo a la defensiva, me gusta explicar la situación.

 

 

¿Cómo conociste al resto del elenco de la película: Jorge Jiménez, Hilda Sánchez y Ariadnalí de la Peña?

A Jorge Jiménez lo conozco desde hace diez años, cuando mi productor y fotógrafo Michael Dwyer realizó su películ, en la que yo participé en el diseño de producción. Ahí estaba Jorge como parte del reparto y desde el inicio me di cuenta que era un actor muy talentoso y siempre mantuvimos contacto para colaborar en un futuro.

Se volvió muy cercano a Leo y por eso después se convirtió en mi emisario dentro del rodaje; a veces tenía que estar dirigiendo algunas escenas de la película para que Leo las llevara hacia otra parte y a veces improvisaba junto con Leo para mantener vivo el fuego creativo.

A los demás los conocía de Tijuana: a Giancarlo Ruíz lo conocí cuando hice mi primer cortometraje; a Ariadnalí la conozco desde la universidad y siempre quise trabajar con ella; y a Adolfo Madera lo conozco porque tiene una agencia de casting en Tijuana, en la que justamente conocí a Hilda Sánchez. 

 

Guardado, hermano. Dir. Jorge Iván Sanders

 

¿A qué dificultades te enfrentas al grabar la película en Tijuana? ¿Crees que está surgiendo una nueva ola de cineastas en Tijuana?

Al realizar Guardado, hermano nos enfrentamos a todas las dificultades posibles, comenzando con el presupuesto. La ventaja que tenía era que llevaba 16 años trabajando en la industria y eso me permitió conocer a mucha gente a la que también ayudé en algún momento, a ellos les pedí que se sumaran al proyecto. 

Hubo muchas limitaciones y fue como correr en arena, el rodaje sólo duró dos semanas, pero poco a poco se sumaron gente interesada: algunos se ofrecían a hacer algunos cortes o editar, otros nos ayudaban a realizar tomas extras.

Es complicado filmar en Baja California porque tienes que pasar por todo un rollo burocrático si quieres obtener apoyos o conseguir permisos, así que armé un equipo muy personal y grabamos en Santa Anita y La Misión, dos pueblos pequeños que están entre Rosarito y Ensenada, en los que nos dieron todas las facilidades, a pesar de estar tan aislados.

 

¿Cómo percibes la escena de los cineastas dedicados al género de horror?

Me he dado cuenta de que todos los directores del género aman y conocen tanto sobre cine, que en ocasiones me he llegado a sentir ignorante alrededor de ellos.

Sin embargo, al mismo tiempo siempre se siente un apoyo de la comunidad, de hecho siempre están trabajando y generando ideas juntos. Por ejemplo, ahorita fui seleccionado en Macabro gracias a Abraham Sánchez, director de México bárbaro; él prácticamente contactó a Edna Campos y le mostró la película porque sentía que le podía gustar. Esas conexiones y apoyos normalmente no existen en el otro mundo político del cine o en otros festivales.

La comunidad de cine de horror es súper abierta y siempre está dispuesta a ayudar a nuevos realizadores. Espero que el género se vuelva más mainstream, para que no se retiren los apoyos que tenemos ahora.

Guardado, hermano (México, 2022). Dirección: Jorge Iván Sanders. Guión: Jorge Iván Sanders. Producción: Diana Trejo. Fotografía: Michel Dwyer. Edición: Sequence Creatives. Música: John Kirby. Sonido directo: Tonalli Magaña, Ricardo Carreño. Efectos visuales: Hoody FX. Reparto: Jorge A. Jiménez, Leonardo A. Reyes, Ariadnalí de la Peña, Giancarlo Ruíz, Hilda Sánchez. Locaciones: Santa Anita y La Misión, Baja California.