Vero tiene 60 años y le han diagnosticado cáncer. Su familia apenas muestra interés por ella. En la escuela donde trabaja tampoco recibe mucha estima. Pero la vida es terca y se te aparece de la manera más insospechada: en forma de Eva, una joven impulsiva e ingobernable, que primero le saca de quicio y después le da un valioso aprendizaje sobre la importancia del aquí y el ahora.
Marcelino Islas sigue en la exploración de personajes femeninos maduros, y después de la soledad abrumadora de Martha (2010) y el ejercicio compasivo de La caridad (2016), apuesta por rejuvenecer y darle una oportunidad a sus creaturas solitarias.
Él dice que se dio la oportunidad de explorar, aligerar su ruta narrativa. El resultado es un insólito coming of age a los sesenta años, con dos actrices tremendas: Verónica Langer y Renata Vaca.
Me gusta abordar el cine como un acto de sanación, una manera de explorarme a mí mismo y a mis experiencias. Después de haber hecho La caridad con Verónica Lánger como protagonista, decidí comenzar un siguiente proyecto y escribírselo directamente a ella, pero jugar muchísimo; de mis películas es de las más accesibles y justo quería eso, divertirme, experimentar. Es una película ligera, desde mi perspectiva: liberarme de ciertas formas que se me estaban convirtiendo en fórmulas al hacer mis pelis.
Desde chico me llamó la atención esa etapa, le tengo un pavor impresionante a la muerte y mis reflexiones siempre iban hacia allá: ¿qué sucede cuando estás en esos últimos procesos? De ahí viene esta exploración hacia la madurez. Y es curioso, siento que mis películas cada vez se hacen más juveniles. Martha aborda a un personaje que está alrededor de sus setentas, le bajo diez años en La caridad y con Clases de historia aparece la adolescente Eva. Ahora terminé una película que se llama Mi novia es la revolución que la hice con mi hija Sofía como protagonista, ella tiene quince años, una película totalmente juvenil, en un tono muy distinto. Picasso dice que lleva años llegar a ser joven, creo que por fin siento que mi cine puede se puede ir haciendo joven mientras yo voy madurando un poco.
Es una reflexión interesante, es la primera vez que la escucho y puede ser. Al principio buscas cierta corrección, cosas que estén dentro de lo académico, que funcionen. En mi primera película tomaba decisiones más pensadas, había más rigor de mi parte. Ahora exploras tus películas con ligereza, sabes que al final las cosas de la vida, las más importantes, no están ahí. Hay mil cosas más pero dentro del trabajo existe esta exploración.
Con ella siento una complicidad brutal, somos amigos. En mis primeros esbozos del guion el personaje de Eva era hombre. Después pensé: “No, tiene que ser Eva, el mismo personaje que aparece en La caridad, o el personaje que aparece en Martha. Eva es este personaje que llega a explotar una bomba en el panorama del personaje principal.
Nunca pensé en hacer cine para mujeres; a lo mejor son mis experiencias, crecí con mi mamá, con mi hermana, me casé y tengo dos hijas, siempre he estado rodeado de mujeres y a partir de observarlas viene mi capacidad de realizar estos personajes. Este es un tema que me parece brutal dentro de estas brechas de género con las que vivimos y creo que hay que ir más hacia allá, me gustan muchísimo las películas que tienen protagonistas femeninos, es una sensibilidad distinta y es una ventana que ha sido poco explorada en la historia del cine.
Vero trabajaba con un representante que leyó el guion y me dijo: “tengo a la chica indicada para Eva”. Me presentó a Renata, que hasta ese momento había participado en una película de futbol, del Club Pachuca. La conocí y coincidía perfectamente con el personaje, tiene muchísima energía y talento. De hecho el trabajo de construcción y dirección para su personaje era ir conteniendo estos impulsos que ella tiene dentro de sus registros. Quedé bien contento con el trabajo de Renata. En el set aplaudían mucho la compenetración que existía entre Vero y Eva como personajes. Y creo que es el punto fuerte, esas actuaciones y esa relación de amor. Hicimos festivales LGBT+ con la película y llamaba mucho la atención la manera en la que estaba tratada esta relación, porque en efecto es una relación de amor, pero fuera de los estereotipos cotidianos.
Dirección: Marcelino Islas Hernández. Fotografía: Hans Bruch. Sonido: Anuar Yahya, Alejandro de Ilcaza. Diseño de Producción: Adelle Achar. Edición: Raúl Barrera y Marcelino Islas Hernández. Producción: Andrea Toca, Daniela Leyva, Rosa Galguera y Marcelino Islas Hernández. Reparto: Verónica Larger, Renata Vaca, Héctor Holten, Hoze Meléndez, Fernando Álvarez Rebeil, Gabino Rodríguez, Anajosé Aldrete, Leonardo Ortizgris, Ana Lorena Rodríguez e Ismena Romero.