Aunque cuenta con más de una decena de películas, el público lo recuerda por su llamada tetralogía del horror: Hasta el viento tiene miedo (1968), El libro de piedra (1968), Más negro que la noche (1975) y Veneno para las hadas (1984).
Aunque falta agregar una quinta película.
En la última década se habló de Jirón de niebla, un guión que Taboada nunca filmó. La sorpresa parece uno más de los argumentos del cineasta: Jirón de niebla sí se produjo, y es una suerte de Santo Grial de la cinematografía mexicana.
Christian Cueva, periodista, cortometrajista, apasionado del cine de horror, se dio a la tarea de buscar esta película perdida. En su búsqueda conoció a una generación de heroicos creadores de cine de los ochenta, que trabajaron entre la carencia de recursos y el empeño por la creatividad.
Un amigo me compartió las películas de Carlos Enrique Taboada. Aunque las recordaba de la televisión, al verlas de nuevo las valoré realmente.
En 2010 entré en contacto con el Festival de Cine Fantástico y de Terror Mórbido, porque junto con algunos amigos dirigimos y producimos un par de cortometrajes de terror. Ahí conocí a Pablo Guisa, director del festival, y empezamos una relación de amistad que se volvió más cercana cuando me fui a vivir a la Ciudad de México en 2012.
Entré a trabajar en El Universal, además de que entré de lleno a colaborar con Pablo y el Festival Mórbido. Gracias a mi trabajo el periódico me enteré de un grupo de cineastas que iban a filmar la película que entonces se pensaba que Taboada nunca pudo realizar, llamada Jirón de niebla. No sabía nada de ese proyecto, pero Pablo me comentó que la película estaba perdida, pero que Taboada sí la filmó.
Primero pensé que era un gran tema para un reportaje. Con Pablo empecé a buscar a la gente involucrada en la película, para comprobar que había existido. Fui conociendo a tanta gente involucrada en el proyecto y me fui llenando de tanta información, que decidí transformar el reportaje en un documental.
La primera persona con la que hablé muchísimo y sentí una gran empatía fue Rocio Amézquita, viuda de Taboada, con ella hablaba durante horas; nos juntábamos en su casa y me contaba sobre Carlos Enrique. No sólo sobre su vida profesional, también sobre su vida personal y de pareja. Creo que me convertí en un confidente de Rocío y del propio Carlos Enrique, fue enriquecedor conocer a Taboada a través de Rocío.
La siguiente persona que conocí fue Rosa Adela López Zuckermann, quien trabajó en Jirón de niebla como asistente de dirección, ella estuvo dispuesta a contarme todo lo que recordaba y me prestó el archivo fotográfico que tenía sobre la producción. Por fortuna ella tiene su archivo bien organizado, hasta guardó la libreta que usó como asistente de dirección durante la filmación, y algunos croquis del lugar donde se filmó. Gracias a ella obtuve algunas imágenes de Jirón de niebla y, de paso, conocí más sobre el cine mexicano de los años ochenta y noventa.
Lo más interesante de esta experiencia fue que estaba trabajando con los recuerdos de la gente involucrada en la película, porque a veces los recuerdos no coincidían del todo, tenía que investigar un poco más para armar el rompecabezas.
Siempre lo quisimos entrevistar, porque evidentemente tenía otro lado de la historia que podía enriquecer el relato. Lo buscamos desde el día uno hasta el último momento, tratamos de agendar citas, pero nunca tuvimos éxito.
Al final lo entiendo, lo que sucedió con la película fue una experiencia traumática y riesgosa, perdió muchas cosas personales y materiales. Y cuando personalmente pude hablar con Vicente, me comentó que prefería no recordar nada sobre esa experiencia. Gracias a esa llamada que tuve con él cerré el ciclo y terminé por entender todo lo que perdió.
Vicente siempre será el gran personaje ausente del documental y una pieza clave para comprender la historia, pero espero que se haya definido lo suficiente a través de los otros personajes, para que quede claro la experiencia que vivió.
El hecho de que Jirón de niebla haya sido grabada en video, en los ochentas fue la razón principal. Tiene una estética basada en grabaciones caseras o periodísticas. Además, el documental también cuenta la situación en la que se encontraba el cine mexicano, que no tenía recursos para hacer películas en celuloide, por lo que se recurrió a cámaras de televisión.
En el caso de Jirón de niebla, como Vicente Silva era productor de televisión, tenía acceso a mucho equipo para grabar estos contenidos, por lo tanto, decidieron hacerlo así por temas presupuestales. Aunque la gente que trabajó en la película venía del cine, se adaptaron para realizarla en vídeo.
La estética del documental también tiene que ver con mi infancia: mis primeras experiencias viendo películas fueron en VHS y Beta, esos fueron los formatos que abundaban en mi casa y con los que ahora tengo una conexión sentimental.
irón de niebla es la evolución lógica y natural de Veneno para las hadas. Todas las películas de horror de Carlos Enrique Taboada tienen a protagonistas perseguidos por su pasado; no obstante, en El libro de piedra y Hasta el viento tiene miedo aparecen fantasmas clásicos, y a partir de Más negro que la noche trascendió de un terror gótico a otro psicologico.
Jirón de niebla cuenta la historia de un chico que después de asesinar a su tía empieza a ser acechado por su fantasma, con la particularidad de que la gente puede verla pero él no. Todo el suspenso y terror de Jirón de niebla está en la mente del protagonista.
Lo que más me gustó al leer el guión de Jirón de niebla, fue que Taboada llegó al punto en el que el terror exterior y el terror interior ya están bastante juntos, a tal grado que resulta ambiguo saber qué es cierto y qué no. Era la manera perfecta de cerrar la pentalogía del terror de Taboada.
He ido aprendiendo con el documental, sinceramente yo no sabía cómo hacer una película, y menos cómo meterla a festivales o hacer su distribución. Hemos querido hacer varias cosas en simultáneo, porque también queríamos que el material de Jirón de niebla que está en la Filmoteca se pudiera ver.
Por otra parte, a partir del documental mi vida ha cambiado mucho, dejé el periodismo para dedicarme a la película y empecé a orientarme hacia el cine y la televisión. De hecho, este año se estrenará una película de terror de la que soy coguionista, La exorcista de Adrián García Bogliano, uno de los productores de Jirón.
También estoy desarrollando proyectos para plataformas y llevo siete años como director de contenidos de Shark Tank México y Shark Tank Colombia.
Ahora estoy enfocando como guionista de ficción, por eso me emociona el estreno de La exorcista y una serie de terror que estoy creando para una plataforma.
Jirón (México, 2014). Director: Christian Cueva Guión: Christian Cueva, Agustín Galván. Fotografía: Roberto Beltrán Música original: Sealtiel Alatriste. Edición: Agustín Galván. Productor: Andrea Quiroz Hernández, Adrián García Bogliano, Agustín Galván, Pablo Guisa Koestinger. Participan: Adrián García Bogliano, Carlos Enrique Taboada, Gustavo Moheno, Pablo Guisa Koestinger, Henner Hofmann, Angel Pulido, Christina Espinosa Braniff, Sonia Linar, Roberto Coria,