'La Baláhna', cortometraje de Xóchitl Enriquez Mendoza, va a Sundance 2022

La baláhna es una ceremonia ritual que todavía se practica en algunas comunidades del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca. Se dice que inició en tiempos de la conquista, y que era una forma de asegurar que las mujeres que quisieran casarse no hubieran sido tomadas antes por algún español.

 

La costumbre, a todas luces machista, aun forma parte de un sistema humillante para las istmeñas. De esto trata La Baláhna, cortometraje de Xóchitl Enríquez Mendoza, hablado en zapoteco y español, que se realizó en 2020 gracias al 20 Concurso de Proyectos de Cortometrajes por Regiones.

 

La Baláhna estrenó en Sundance, y ahora forma parte de la selección Cortometraje México del GIFF 25. 

 

Platicamos con Xóchitl sobre su cortometraje y el intento por hacer cine regional y comunitario en el estado de Oaxaca.

 

¿Cómo entró La Baláhna a Sundance? 

Entregamos el corto en julio de este año y en el Imcine me propusieron qué podría inscribirse en Sundance, porque tenía un corte que podría interesarle al festival.

Nos inscribimos a partir del visionado que hizo Sundance, y me avisaron hace tres semanas que el cortometraje había sido seleccionado, pero que no podía decir nada, “sí quedaste pero no tienes que decir nada hasta que ellos lo publiquen oficialmente en sus redes sociales el 10 de diciembre”.

Creo que sí es importante que se vea el corto en este tipo de festivales, para que después pueda armarse una ruta en otros festivales internacionales. Y también los nacionales, porque de alguna manera eso ficha a los cortos en cuanto quedas en uno grande.

Fue un gran acierto, creo que estuvo bien. 

 

¿Cómo empiezas a crear la historia de La Balhána?

Hace 30 años se dio algo parecido con una mujer de mi familia. A partir de lo que ella me contó empecé a investigar sobre esta tradición que todavía existe en el Istmo de Tehuantepec, en comunidades como Álvaro Obregón, Juchitán, Unión Hidalgo. 

Escribí el guion hace tres años y apliqué al Guanajuato Film Festival; me seleccionaron y después apliqué en el Imcine en 2018, pero lo rebotaron. Después revisé la carpeta y me di cuenta que tenía muchas fallas. 

Busqué un coguionista, porque soy guionista, estudié en el CCC, pero como era una historia personal tal vez el bloqueo emocional estaba haciendo que no fuera muy consciente de la historia. Samuel Sánchez Tual casi me hace el paro de amigos, de: “oye, por favor ayúdame, si cae el fondo te voy a pagar”.

Él también es egresado del CCC, yo vivía en México pero en 2019 regresé a mi estado y entre llamadas de teléfono y correo reescribimos el corto.

A partir de ese nuevo guion hice la carpeta con otros amigos: con mi fotógrafo y con quién iba a ser mi productor. Quedamos en 2020, ya en la pandemia.
 

¿Y cómo fue filmar en pandemia?

Súper complicado, estábamos en los plenos picos y las comunidades no estaban permitiendo los accesos. A pesar de que eran del Istmo, mi crew estaba compuesto por gente que viven en Juchitán, Tehuantepec, Salina Cruz, en la misma región pero no en el mismo pueblo; había que movernos en los interiores de los pueblos y con la pandemia era peligroso..

En nuestro presupuesto no habíamos considerado al covid: que si el gel, que si cubrebocas, pruebas pcr no estaban contempladas en el presupuesto. Eso y que muchas personas que no pudieran venir, dijeron que no por el covid. 


 

Una de las escenas que más atraen es la de las mujeres que platican en el patio, mientras en el cuarto está Catalina con su esposo. Es un poco macabro pero ellas platicando me pareció divertido, ¿Quiénes son ellas? 

Las encontré gracias a Karen Daneida, una actriz originaria de Salina Cruz. Hicimos el casting via zoom y ella contactó a estas mujeres alegres, muy características del Istmo. Contacto a Maira Desales, la señora que cuenta la historia de su rapto, Kelly Tehuanita, otra actriz de Tehuantepec que hace radio y a Manuela Escobar.

Esa escena no estaba en el guión, pero cuando Maira contó en el casting la historia de un rapto se me hizo súper fuerte, es una historia que le sucedió a una amiga de ella. 

Maira Desales se hizo mi amiga, nos llevamos muy bien. Ella tuvo formación de actriz en Tehuantepec, en el grupo de teatro de Marco Pétriz que ha formado a muchísimas actrices y actores. Ella jaló a Manuela Escobar y luego me vi con Kelly Tehuanita, también de Tehuantepec. Las tres ya han estado en películas que se han filmado en el Istmo, como Guiexhuba o en una escena de Carmín Tropical. Han sido constantes, quieren participar y van con mucho ánimo además.

 

En el corto también está Sótera Cruz, protagonista del El ombligo de Guie’dani… 

Pensé en Sótera como la protagonista pero el cortometraje tiene desnudo y Sótera es una niña, de pronto me dio miedo meterme por ahí, que ella no estuviera lista. Entonces hice casting y encontré a Emma Aguilar, que además lo hace súper bien. Emma está formada en la ENAT, todo lo que necesitaba para Catalina lo encontré con ella. 

Yo quería hacer un cortometraje del Istmo, con gente de ahí, con crew de ahí y en parte se cumplió el objetivo.


 

 

En tus créditos agradeces al Centro de Capacitación Cinematográfica, pero también a la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, ¿cómo es tu vínculo con esta universidad?

Soy del municipio Barrio de la Soledad, cerca está la cementera Cruz Azul, y mi papá trabaja ahí. La fábrica tiene un convenio con la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, UPAEP y me inscribí gracias a este convenio. Ahí estudié la carrera de cine y producción audiovisual.

Yo quería estudiar cine. Cuando estaba en la prepa le decía cinematografía, quería hacer foto y me llamaba mucho la atención. Tampoco estaba muy segura de qué significaba hacer cine.

 

¿Cuál era tu idea a los 18 años de hacer cine? 

No me enamoré del cine por esta cosa que luego dicen: “ví una película y me enamoré”; conmigo fue al revés, nosotros teníamos que viajar tres horas para ver una película y fue una cosa familiar. Yo crecí en un ambiente intrafamiliar violento, nuestra relación con el cine era el único momento donde parecíamos familia unida, que todos estábamos calladitos, era cuando disfrutamos de una película. Entonces mi acercamiento fue desde ahí, de la unión que encuentro cuando una familia mira una película. 

De hecho es de los objetivos que tengo para hacer cine, hacer cine de familia. Justo tengo un proyecto que se llama Casarse está en zapoteco, una comedia con ese objetivo, que sea una película familiar.

Por eso entré a la UPAEP. Después me enteré por los maestros del CCC y del CUEC, que esas escuelas existían, y me fui adentrando.


 

Quienes participaron en el cortometraje, ¿ya lo vieron? 

Todavía no les he dicho que quedamos en el Sundance porque nos pidieron discreción, les voy a dar las noticias cuando ya sea la publicación oficial. Y de verlo, le he ido mandando links poco a poco a las actrices Mayra Sérbulo, a Emma Aguilar, todo el cast ya lo vio.

Me han dicho que les ha gustado, también les parece que la escena más icónica es donde están las mujeres riéndose, y la escena donde se cuenta el rapto es la que más queda en el espectador. Y pues nada, que les parecía fuerte también. 

 

Me parece interesante cómo se están moviendo las cosas alrededor del cine en Oaxaca, ejemplos como OaxacaCine, lo que hacen Ángeles Crua o Luna Marán… entre esto está tu película que va a Sundance, se vuelve un hito importante y causa mucha emoción.

Mucha gente ha ido a grabar al Istmo y ocupan gente de la comunidad, ellos mismos han aprendido. Yo fui encontrando oficios de cinefotógrafo, vestuarista, sonidista, director de arte; un chavo que se llama Frank Martínez, y que ya había participado en otras películas, ha aprendido muchísimo de dirección de arte. No ha estudiado, no ha tomado talleres, pero entiende qué hay que hacer y resolver, todo eso me ayudó muchísimo.

Poco a poco el corto se fue dando. Hubo un caos, el mundo se está acabando, hay tantas muertes, tus seres queridos se fueron, los padres de muchos amigos murieron, estábamos padeciendo mucha tristeza en el aire, y aun así el corto agarró su propia vida. Ahí estaba la gente y es lo que más me sorprendió, decir “órale ya está todo puesto”. 

 

Este año va a ser interesante por los lugares donde exhibas y el aprendizaje que significará pero, ¿hacia dónde quieres ir después de 2022?

Me gustaría hacer una presentación en Oaxaca, en el Istmo, pero hablé con Mayra y me decía: "no sé si la gente del pueblo, por ejemplo en San Blas, esté listo para estos temas". Todavía son temas muy fuertes pero hay que observar qué sucede, cómo es la reacción del público, porque al final son historias de la comunidad.

También mi comedia hablará de las mujeres, se llamará Casarse está en zapoteco y hablará de esta sociedad machista y como le impones a la mujer que se tiene que casar cumplir su rol dentro de las cosas que debe hacer una mujer. Esa mentira romántica de encontrar tu príncipe azul y casarte, que ha hecho tanto daño a las mujeres y a los hombres. 

Esta comedia romántica la estoy haciendo con mi socio, Rodrigo Durán, que conocí en la UPAEP. Quiero que sea una producción 100% oaxaqueña, que la casa productora sea de acá, que la gente del crew sea de acá, descentralizar el cine. 

Y reírnos de nosotros: la gente se ríe de nosotros con la India María, por qué nosotros no nos podemos reír de nosotros también. No ridiculizar, sino hablar de nuestros temas con nuestros contextos, que a veces sí son pasados de lanza, pero me gusta ese proyecto y es algo que estoy gestando. Todavía le falta camino, es una apuesta a largo plazo, bajar el fondo, la carpeta y todo lo que implica.

La Baláhna (México, 2022). Dirección y Producción: Xóchitl Enríquez Mendoza. Producción Ejecutiva: Eréndira Hernández. Compañías productoras: IMCINE. Guion: Xóchitl Enríquez Mendoza & Samuel Sánchez Tual. Fotografía: Juan Pablo Villalobos. Edición: Rogelio Díaz. Sonido directo: Gabriela Espinoza

Diseñador de sonido: Octavio Sánchez A. Operador de mezcla THX: Octavio Sánchez A. Diseño de producción: Frank Martínez. Dirección de arte: Frank Martínez. Escenografía: Frank Martínez. Ambientación: Frank Martínez. Decoración / Utilería: Frank Martínez. Diseño de vestuario: Kandy Mijangos. Diseño de maquillaje: Joss Farfan. Casting: Karen Daneida. Postproductor: Mayra Mendoza Villa. Colorista: Edgar Flores Ogarrio, CSI. Foto fija: Juan Antonio Cortázar. Locación: Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca y El Barrio de la Soledad, Oaxaca, México. Reparto: Emma Aguilar Malacara, Héctor Ortíz Valdovinos, Mayra Sérbulo, Maira Jiménez Desales.