'Lo que dejamos atrás' de Iliana Sosa: la última aventura del abuelo migrante

¿En qué momento decidiste registrar la vida de tu abuelo?

El proyecto surgió hace siete años, pero nunca esperé que se convirtiera en un largometraje. Yo simplemente estaba interesada en hacer algo con mi abuelo sobre su trabajo como brasero, ya que él muchos años viajó desde Durango hasta Estados Unidos, me interesaba esa parte de su vida. 

Mi abuelito nos venía a visitar cada mes a El Paso, donde crecí y viví por mucho tiempo. Yo tengo esta imagen de él, viniendo cada mes con dulces, tamarindos, queso menonita y muchas historias. Recuerdo que siempre me quise acercar a él pero se me hacía difícil entenderlo, así que desde el documental pude tener una relación más profunda con él.

Filmé poco a poco, pero cuando conseguí financiamiento formé un equipo pequeño y formé la estructura del documental. En su último año de vida mi abuelo decidió construir una casa, que justamente sería su último proyecto. Cuando revisé el material que habíamos filmado, mi editor y yo vimos que lo más cautivante eran las grabaciones sobre la construcción de su casa, y así decidimos enfocar el documental en esta construcción. 

Tienes un cortometraje que dirigiste a lado de Chelsea Hernández, Un futuro incierto (2017) en el que hablas sobre la migración en tiempos de Donald Trump. Acá hablas de tu abuelo, que fue brasero a mediados del siglo pasado. Pareciera que la migración se va convirtiendo en tema central de tus películas.

Como crecí en la frontera, la migración siempre ha sido parte de mi vida y de mi familia. Desde chiquita veía cómo venía mi abuelo desde México a visitarnos y ahora tengo familiares que no pueden regresar a México por sus estatus legal. De hecho, unas tías no pudieron ver a mi abuelito cuando falleció, porque no iban a tener la posibilidad de regresar a Estados Unidos.

Estos temas de la migración son importantes para mi trabajo cinematográfico, pero en realidad no es una búsqueda intencional, sale de manera natural, porque la migración es parte de mi vida y se encuentra muy presente en mi familia.

¿Cómo fue el trato que tuviste con la comunidad de San Juan del Río para filmar el documental?

Había ocasiones en las que algunas personas de la comunidad me hacían preguntas y se acercaban a mí con mucha curiosidad, pero nunca fueron agresivos conmigo. En el caso de mi abuelito y mis tíos, para ellos era como si no hubiera una cámara, a veces no entendían muy bien lo que estaba tratando de hacer, pero siempre intenté explicarles en qué consistía el proyecto, sobre todo a mi abuelito.

También me ayudó el hecho de que mi familia y la comunidad no está acostumbrada a tener personas que estén interesadas en sus historias de vida, por eso me abrieron sus corazones, ignorando el hecho de que estaba una cámara enfrente de ellos, y siento que esa intimidad es lo que hace que el documental sea especial.

El documental ya se ha presentado en algunos festivales de Estados Unidos. ¿Cómo lo ha recibido el público?

Tuvimos nuestro premiere en el South by Southwest Film Festival, en Austin, donde ahorita estoy viviendo, y ahí ganamos dos premios del jurado que no esperábamos. Mucha gente asistió a la proyección y mi mamá pudo ir conmigo, así que fue una experiencia muy linda.

Hemos estado en muchos festivales en Estados Unidos, pero lo que más me ha sorprendido es que también se ha presentado en lugares como Mineápolis o Minnesota, lugares más alejados de la frontera y que no tienen mucha población mexicana, me resulta increíble ver cómo conectan con la historia de mi abuelo, a pesar de que tienen una cultura totalmente distinta.

Ahora estoy muy emocionada de mostrar el documental en México, porque desde el inicio esa era una de mis metas principales. También me genera mucha curiosidad ver cómo lo recibe el público en Guanajuato, porque la ciudad está alejada de la frontera, pero espero que la gente pueda conectar con la historia.

¿Tu familia ya ha visto la película, qué piensan de ella?

Mi mamá la vio antes de que la acabáramos, justo para asegurarme de que ella se sintiera bien con todo el material que habíamos filmado. También mis tíos ya han visto el documental, menos mi tío Jorge, aunque algunos tardaron en verlo porque no se sentían listos.

La verdad es que todos en mi familia están un poco sorprendidos de ver hasta dónde ha llegado la película, creo que no pensaban que iba a terminarla porque me tardé siete años, pero hacer un documental requiere mucho tiempo y más cuando no hay tantos recursos o apoyos económicos.

¿Y qué hubiera dicho tu abuelo, de mirarse en este documental? 

Cuando lo estábamos haciendo me dijo: “Ay, ojalá te pegue”. Pienso que eso diría: le pegó o no le pegó. También mientras lo filmaba le decía: ”mira qué guapo estás”, porque mucha gente comenta que de joven fue muy guapo, pero creo que él no lo asumía así. Entonces, a lo mejor le diría “qué guapo te ves en la pantalla grande” y a él le daría una buena risa.