“Tecuani, hombre jaguar”, de Isis Ahumada y Nelson Aldape: máscaras que revelan la identidad

Como resultado de su colaboración en el largometraje documental aún inédito Mi no lugar, Isis Ahumada y Nelson Aldape crearon la historia de Tecuani, hombre jaguar, cortometraje que expone la migración y la explotación laboral infantil en México. 

 

Realizado en 2016 y usando como escenario los campos cañeros del municipio de Quesería, en Colima, Tecuani, hombre jaguar retrata el viaje de un niño que intenta reencontrarse con sus padres, quienes son jornaleros de caña. En el camino enfrentará un mundo lleno de prejuicios, que le harán enfrentarse a su propia identidad.

 

El cortometraje no sólo destaca por estar narrado en su totalidad en náhuatl, también por moverse libremente entre el documental y la ficción, para mostrar los peligros a los que se exponen las familias jornaleras migrantes que viajan cada año a diferentes estados del país y que ponen en riesgo su integridad física, sus tradiciones y su cultura. En este caso, revela el flujo migratorio que se da desde las comunidades de Guerrero a la ciudad de Colima.

 

Como parte de la 3ra. Muestra de Cine en Lenguas Indígenas del mes de julio, Tecuani, hombre jaguar estará disponible del 21 al 30 de julio en televisoras y sedes presenciales.

 

Conversamos con Isis Ahumada y Nelson Aldape sobre este cortometraje. 

 

Tecuani, hombre jaguar viene de otro proyecto llamado Mi no lugar. ¿En qué consiste éste trabajo y cómo derivó en Tecuani?

Isis Ahumada (IA): A partir de la investigación que hicimos en 2015 para realizar el documental Mi no lugar surgieron varios proyectos. En este proceso conocimos a Jonathan Damián, nuestro protagonista en Mi no lugar, un chico de Colima cuya familia lleva muchos años migrando temporalmente para trabajar en los campos de caña. Él se convirtió en nuestra ventana para conocer la situación de la migración interna en México y la explotación laboral infantil.

Mi no lugar también es nuestro primer proyecto después de salir de la universidad. Nelson y yo nos aventamos a esta aventura en la que estuvimos un año siguiendo la vida de Jonathan; sin embargo, después de ese año entramos en una especie de crisis creativa sobre cómo contar su historia. 

Y como ya teníamos urgencia y un compromiso con Jonathan y su familia, decidimos hacer Tecuani, que fue una forma de mostrar un proyecto que hablara sobre la explotación laboral infantil y la identidad.

 

En el cortometraje sólo aparecen tres personajes: Jonathan, Gabriel y Pedro. ¿Cómo los conocieron y cómo fue trabajar con ellos? 

Nelson Aldape (NA): Tanto Tecuani como Mi no lugar fueron hechos como si se tratasen de un trabajo comunitario. Desde el inicio tuvimos un equipo de trabajo muy pequeño, que a veces se alimentaba con la propia gente de la comunidad. El trabajo que hicimos en el albergue y con la familia de Jonathan fue de corte comunitario, un proceso realmente lento.

Cuando conocimos a Jonathan, en su primer día de clases en la secundaria, fuimos con una cámara en mano, pero nos costó trabajo ganarnos su confianza, en parte porque Isis y yo estábamos aprendiendo a hacerlo. 

Con Tecuani, hombre jaguar al inicio no nos permitimos muchas licencias creativas o cinematográficas; sin embargo, cuando presentamos el proyecto para un concurso fue catalogada como un corto de ficción, eso nos motivó a escribir un guión y a jugar con el lenguaje cinematográfico, dejando de lado la idea inicial que teníamos de no intervenir mucho en la puesta en escena. Finalmente, la película se mueve entre la ficción y el documental, aunque el camino que recorrió en festivales fue como documental. 

 

¿En qué lugares filmaron el cortometraje? 

IA:  Los escenarios que aparecen en el cortometraje ya los habíamos recorrido durante la filmación de Mi no lugar.  La comunidad está situada en las faldas del volcán de Colima, todo rodeado de cañaverales; las secuencias de Jonathan cortando caña ya las habíamos filmado desde hacía un año, cuando grabamos Mi no lugar

Sin embargo, también nos permitimos ficcionar buena parte de la historia y cambiar ciertos escenarios. Por ejemplo, en el caso del albergue, se puede ver cómo los niños siguen la cámara con la vista y se divierten con ella, pero fue porque todo el tiempo estuvimos jugando con ellos, incluso les prestamos el equipo para que agarraran confianza y esto permitió que no fuera necesario plantearles una secuencia o coreografía, simplemente surgió de manera natural,: es una de las escenas en las que se logra rescatar esa cercanía e intimidad que teníamos con ellos. 

 

¿Qué tan importante es para ustedes, sobre todo a nivel creativo, que el náhuatl aparezca en sus películas?

NA: Fue un reto que Tecuani estuviera hablada en su totalidad en náhuatl, porque fue concebida como una película de ficción y uno de los grandes temas a los que se enfrenta el protagonista al migrar es a la pérdida de su cultura y de su lengua. 

Hicimos todo lo posible para que la película estuviera hablada en el náhuatl de Guerrero, para darle más veracidad a la historia, pero como nos fue imposible encontrar un niño que hablara náhuatl de Guerrero y tampoco teníamos las condiciones para hacer un taller de meses y trabajar muchas herramientas con ellos, decidimos encontrar un aliado que hiciera la traducción y la voz en off.

En ésta búsqueda encontramos a Pedro Ojeda, el tercer personaje del corto, a pesar de que no sale nunca en escena. Pedro estudió hasta segundo grado de primaria, hubo momentos en los que se sentía inseguro de poder traducir todo el texto, pero fuimos haciendo confianza y él lo sacó adelante.

Después Pedro nos contó que cuando cruzó la frontera hacia los Estados Unidos, se perdieron en el desierto y el coyote los abandonó, y él se repitió las frases de Tecuani para encontrar la fuerza y la energía y seguir adelante. Para nosotros fue muy bonito saber que nuestras palabras tuvieron un impacto tan profundo en él. 

 

Tecuani, hombre jaguar. Dirs. Isis Ahumada y Nelson Aldape

 

¿Cómo es el ejercicio de compartir la dirección en un cortometraje?

IA: Surgió como resultado de mucho tiempo de trabajo en conjunto y en colaboración.

En Mi no lugar yo llevé la batuta de dirección y fotografía, y Nelson en algún período del proyecto fue el productor y editor, de alguna forma los dos escribimos esa película, y eso facilitó después el proceso de Tecuani, porque ambos teníamos una noción clara de ciertos procesos.

También creo que la labor de Nelson como editor en Mi no lugar le dio la posibilidad de escribir Tecuani con más libertad creativa. A pesar de que no escribió como tal un guión cinematográfico de ficción, estábamos tan cercanos a los personajes y sus contextos que de inmediato entendimos a quiénes se refería el texto.

De igual forma, se hizo una repartición de tareas basada en lo que ambos podíamos aportar creativamente. Claro que en algún momento tuvimos que tomar decisiones importantes, como la música o el nombre del mismo cortometraje, pero hasta ese tipo de decisiones también las hablamos y las tomamos en conjunto.

 

*Entrevista y redacción: Luis Felipe Maceda

Tecuani, hombre jaguar. (México, 2017). Dirección: Isis Ahumada, Nelson Aldape. Guión: Nelson Aldape. Producción: Nelson Aldape. Fotografía: Isis Ahumada, Eduardo Solano Berber. Sonido: Nelson Aldape, Jorge Serrano. Música: Virgilio Mendoza. Reparto: Jonathan Damían Damían, Gabriel Díaz Ramírez, Pedro Ojeda, Esperanza Gutiérrez Ramírez.