Ojos que no ven inicia con la tensión de un thriller, pero desde ahí se decanta a otros territorios, los del misterio, la exploración del duelo, la pérdida y la improbable recuperación de la pareja; si se vale, se asoma a la asunción de la identidad.
Ópera prima de Alfonso Zárate, Ojos que no ven se presenta como una afortunada película que busca al público adulto, que busca indagar en la paternidad y el duelo, hasta llegar a dilemas éticos contemporáneos.
Siempre pensé que era una película sobre el duelo, así la concebimos mi coguionista, que también es mi pareja, Sandra Flores y yo. Arrancamos pensando en dos personas que vivieron el dolor más grande que imagino para una pareja, que es la pérdida de un hijo. Tal vez este evento ya quedó en el pasado, y es un poco ver cómo cada uno ha retomado su vida. El detonante de la historia es este extraño milagro, un niño idéntico al hijo muerto, un milagro violento que arrasa con todo. En ese sentido, pensamos mucho en el thriller psicológico, estás dentro de la cabeza de la protagonista pero no sabes si lo que ve es real, una locura, una enfermedad o una fantasía. Me interesa explorar el drama con el thriller, hacer una película que tocará temas profundos y personales, pero también necesitábamos un gancho para atraer al público.
Siempre la concebimos como una película de la pareja que hacen Elena (Arcelia Ramírez) y Tomás (Flavio Medina). También era importante el papel de la de la mamá a la que le roban el niño, pero en realidad es de una pareja que se reencuentra a través de este evento extraño, que es como un viaje al pasado, a los lugares donde iban con este niño y la casa donde vivían con él.
El personaje de Flavio es el protagonista secreto, él tiene los pedazos del rompecabezas para entender lo que está sucediendo. Se supone que hizo su vida, está sano y es exitoso, pero en realidad carga con una herida secreta y tiene que reconciliarse con su exmujer. Me interesaba esa dicotomía, cómo un hombre enfrenta su duelo y hacerlo reencontrarse con su mujer, ver si es posible reconfigurar la familia que ya se perdió.
La cabaña es un espacio psicológico, expresionista. La idea era que el público se preguntará dónde estamos. Y estamos en el pasado, todos participan del delirio de Elena. La idea era generar un espacio que no necesariamente refleja la realidad, un espacio creado por los deseos de esta pareja, es como entrar en un sueño. Eso está hilado desde el momento en el que el niño se ve en el espejo, ya transformado con el corte de pelo. Todo mundo entra en el delirio y es la idea: crear esa atmósfera psicológica, esas cosas que hace el horror.
A Hugo lo conozco desde mi primer trabajo. Yo tenía 16 años y siempre hemos sido muy amigos. Yo estudié cine y tenía este pendiente de realizar un primer largometraje. Hugo lleva muchos años de experiencia en la crítica, se me hace muy padre que pueda asomarse al lado de la producción. Cuando le enseñé el guión se entusiasmó y quiso participar. Juntos buscamos a Inna Payán, de Animal de luz y nos asociamos con ellos .
Sí, claro, necesitas gente con la que te une una verdadera pasión por las historias, por el cine. Entonces vas armando tu tribu. Yo encontré parte de mi tribu con Sandra, escribiendo juntos, luego encuentras un buen fotógrafo, una buena persona de arte y haces equipo.
Estoy justamente en eso, intentando un segundo guión porque quiero que Ojos que no ven detone una carrera. Siempre quise hacer este tipo de películas que son complicadas, porque no están del lado del cine de arte y tampoco en el cine comercial, jugar un poquito de ambos lados. Mi preocupación es que a veces estas películas no son tomadas en serio. En realidad hemos tenido muy pocas críticas. Muchos críticos no nos voltearon a ver, tal vez pr el prejuicio de que distribuye Videocine. Es una lástima porque creo que si se hubieran tomado la molestia de asomarse, hubieran encontrado una película que también tenía otros elementos interesantes para ver.
Es mi ópera prima, obviamente me da gusto haber tenido un estreno amplio, estuvimos en más de quinientas salas. La parte triste es que pasa muy rápido y para la tercera semana casi desaparece de cartelera. Pero las películas también tienen una vida larga en plataformas. Entonces es un poco la presentación en sociedad y esperamos que después vaya encontrando su público natural. Creo que el público de una película como ésta es un público adulto, ahora que tantas películas se hacen para niños o adultos infantilizados; es una película que trata temas de adultos, como la paternidad, el duelo, temas que queríamos ver en la pantalla.
Parece ser que irá a Vix. Videocine es la distribuidora y ellos tienen el trato. Uno obviamente quisiera que lo viera la mayor cantidad de personas, entonces ojalá pueda estar en más espacios.
Ojos que no ven (México, 2022). Dirección: Alfonso Zárate. Guión: Alfonso Zárate y Sandra A. Flores Urrea. Compañías productoras: MVM Motor Visual Media, Animal de Luz Films. Producción: Inna Payán, Luis Salinas, Hugo Lara. Dirección de fotografía: Santiago Sánchez. Diseño de producción: Óscar Tello. Sonido directo: Juan Carlos López. Edición: Óscar Figueroa. Diseño sonoro: Miguel Hernández Montero. Música: Tomás Barreiro. Reparto: Arcelia Ramírez, Flavio Medina, Fernanda Castillo, Matías López.