‘El hoyo en la cerca’ de Joaquín del Paso: un campamento del horror para blancos

Mirreyes, whitexicans, juniors, lords: ahora los vemos como empresarios, políticos, líderes de opinión, representantes de grupos opacos. Han merecido libros como El mirreynato de Ricardo Raphael, o películas jocosas que celebran sus tribulaciones y sus aparentes redenciones.

 

En El hoyo en la cerca, Joaquín del Paso hurga en las infancias y adolescencias de estos jóvenes privilegiados. Los lleva a un campamento religioso donde les proponen prácticas deportivas y de adoctrinamiento, con dogmas que desde el miedo por lo desconocido busca preservar el clan, consolidar valores excluyentes, obligarlos a una masculinidad amenazante, a la que no le importa pasar por encima de quien sea.

Tras revisar las dinámicas de una empresa decadente en Maquinaria Panamericana (2016), ahora Joaquín del Paso hace el retrato de un lúgubre grupo social.  Entre el cine de género y la radiografía sociológica, el horror antopológico de El hoyo en la cerca da pistas de cómo se crean los grupos de poder: monolítico, inflexibles, que con sus decisiones ponen en vilo a las mayorías y diversidades del mundo.

 

El hoyo en la cerca estrena el 9 de junio. Platicamos con Joaquín del Paso sobre esta inquietante fábula de horror social.

 

Entiendo que El hoyo en la cerca tiene elementos autobiográficos. Incluso, en el nombre de uno de los personajes podría haber la clave de un alter ego. ¿La autobiografía fue tu punto de partida o cómo nació la idea de retratar a este grupo de muchachos que vemos en la película?

El hoyo en la cerca está inspirada en un año en particular de mi vida, en el que estuve en una escuela similar a la de la película. Fue un año de transición en mi vida y la de mi familia; al entrar a un sistema escolar ajeno experimenté un sistema opresor, hecho para moldear las mentes de los muchachos de las clases privilegiadas.

Mientras fui creciendo y analizando mi vida y a la sociedad, me di cuenta de que mucha gente de las clases altas se manejan con una prepotencia horrible, sobre todo esta ola de ladies y lords que se ven en las redes sociales; entonces me interesó hacer una película que analizara la infancia y la adolescencia de estas personas, quienes incluso tienen cargos políticos o son líderes de empresas importantes.

La película es cien por ciento de ficción, con algunos guiños a mis experiencias, pero no diría que es una película autobiográfica; en realidad es una película que contiene parte de los sentimientos que tenía cuando estuve en aquel instituto.

 

Desde Maquinaria Panamericana destaca que tus películas no tienen un sólo protagonista, son historias de sociedades, le das tiempo a tres o cuatro personajes para que destaquen de manera distinta y vas creando una especie de fresco. ¿Por qué el interés de estas películas corales?

Siempre me ha interesado el colectivo, cómo se comporta el individuo cuando está en un grupo, porque las personas se comportan de forma totalmente diferente cuando está con sus amigos, en el ambiente laboral o con la familia. El ser humano tiene múltiples personalidades, creo que somos muchas personas al mismo tiempo.

Con El hoyo en la cerca quería hablar de estos niños, pero a esa edad los adolescentes siempre están rodeados de otras personas, así que para mí era muy natural repetir la construcción coral, porque me ayudaba a establecer una narrativa que se desarrolla desde diferentes puntos de vista. 

Además, para mí es muy emocionante hacerlo de esa forma, ya que tengo muy poco tiempo en pantalla para retratar la síntesis de un personaje, y lo que pierdo en hacer una película con menos tiempo en pantalla para cada personaje, lo gano al conseguir un sentimiento que sólo se puede plasmar al mostrar muchos puntos de vista.

 

Sigo con esta idea de lo coral: imagino que el trabajo de dirección es distinto, no es lo mismo concentrarse en uno o dos actores, a enfocarte en un grupo, con diferentes edades y motivaciones. ¿Cómo se dirige un casting tan amplio en el que todos, en algún momento, son protagonistas?

Todo el trabajo de preparación fue importantísimo, cada niño que sale en la película tenía muy asimilado cómo comportarse ante situaciones diversas. Primero los dividí en cuatro grupos, cada uno reaccionaba diferente ante distintas cosas: algunos eran más cínicos, otros muy seguidores de sus maestros, otros eran fieles creyentes de la Iglesia y otros eran apáticos totales.

Estas cuatro personalidades las fui desarrollando en diferentes talleres de improvisación, se generó una masa de chicos que tenía muchos matices, así que el resultado no fue aleatorio, hicimos un trabajo grande para crear estas personalidades dentro del colectivo.

Una vez que logramos que las situaciones grupales fueran auténticas, empecé a platicar con algunos en específico, para darles rasgos más específicos de su propio personaje, y así salieron los personajes con más relieve y textura.

De hecho, en la primera etapa de la película nadie sabía quiénes iban a ser los protagonistas.

 

 

Algunos críticos describen El hoyo en la cerca como una película de horror y otros como una radiografía social. ¿Qué tanto tomaste del horror como género cinematográfico o qué tanto querías realizar un ejercicio sociológico?

Yo definiría El hoyo en la cerca como una película de terror social, una mezcla entre las dos, porque parece una película de horror, casi que paranormal, pero se transforma en una historia mucho más psicológica, que muestra que el horror puede estar en lugares inesperados y aparecer todos los días.

Me interesaba utilizar elementos del horror porque los niños experimentan y tienen mucho miedo al exterior, un miedo que se va construyendo a través de la película. 

Y la película que ocurre dentro de la misma película también tiene muchos tintes de terror. Para mí era obvio que la película debía tener una parte de terror clásico, hasta un poco infantil, para esconder lo que está debajo, que era una cosa más sórdida y fuerte.

 

El hoyo en la cerca, Dir. Joaquín del Paso

 

Algunas personas que han visto la película la han descrito como una especie de «Nuevo orden de 2022»; no creo que sea así, pero sí creo que tanto aquella película como El hoyo en la cerca retratan temas actuales y sensibles, como el racismo,  el clasismo y el privilegio. 

A pesar de que El hoyo en la cerca es una película que habla de ciertos temas que Nuevo orden explora, no considero que sean películas similares, ambas están contadas desde distintas perspectivas y ni siquiera tienen los mismos planteamientos de la realidad.

Pero sí creo que hay un interés, tanto de Michel Franco como mío, por explorar y visibilizar el racismo y el clasismo, porque ambos son temas nos duelen mucho y le duelen a todo México. Tal vez haya mejores películas que otras, pero eso ya le corresponde al público.

 

¿Cómo ha sido la retroalimentación que has tenido de la película, en los festivales que ha participado?

El hoyo en la cerca se ha mostrado en diferentes países, sobre todo en Europa, pero también ha llegado a Turquía o Egipto, con sociedades muy diferentes a la nuestra. Me di cuenta que estas sociedades guardan una gran similitud con nosotros; y que a los jóvenes siempre se les utiliza como lienzo para transmitir una ideología específica, en vez de crear una sociedad con libertad de pensamiento.

Por otro lado, para algunas personas fue increíble ver el otro lado de México, porque por lo general el cine mexicano retrata las consecuencias de la violencia, que recae en la clase baja y en la gente con menos privilegios, y ése es el cine que se ha visto afuera de México.

Entonces muchas personas no pueden creer que el origen de este sufrimiento que han visto en otras películas mexicanas está muy relacionado con estos niños sonrientes y felices que juegan futbol en un campamento. 

Sin embargo, creo que en México es donde mejor lectura y más impacto puede tener la película.

 

El hoyo en la cerca (México, 2021). Dirección: Joaquín del Paso. Guión: Joaquin del Paso, Lucy Pawlak. Fotografía: Alfonso Herrera Salcedo. Edición: Paloma Lo´pez Carrillo. Escenografía: Lucy Pawlak. Vestuario: U´rsula Schneider. Música: Michael Stein, Kyle Dixon. Productor: Fernanda de la Peza, Joaquin del Paso. 
Producción: Cárcava Cine (MX), Amondo Films (MX). Reparto: Valeria Lamm Williams, Yubah Ortega, Luciano Kurti, Eric Walker, Santiago Barajas, Enrique Lascurain, Jacek Poniedzialek, Raul Vasconcelos