Redacción: Emilio Vázquez Arévalo
La historia parte de una premisa sencilla y poderosa: tras sumergirse en un plato de menudo, un inmigrante mexicano indocumentado en Estados Unidos inicia un recorrido surreal por sus recuerdos en México. Su búsqueda, cargada de símbolos, lo lleva tras el rosario que su madre le entregó hace tres décadas, antes de que dejara el país. En este trayecto, la narrativa mezcla la nostalgia con lo onírico, planteando un regreso emocional que abre un puente entre la distancia, la memoria y la pertenencia.
El propio director explica el origen de la obra desde lo personal:
“Dos elementos me remiten siempre a mi hogar y a mi infancia en Delicias, Chihuahua: la comida y lo religioso. Llevo nueve años viviendo en Austin, Estados Unidos, pero son esos elementos los que más me conectan con mi casa y con mi crecimiento. De ahí partió la idea, que fue evolucionando con el tiempo”.
El cortometraje plantea un viaje que oscila entre lo entrañable y lo inquietante, tomando elementos muy propios del realismo mágico, que le añaden identidad al relato. “En la historia, el protagonista emprende un viaje que le da la posibilidad de tener una última oportunidad para ver a su madre. Es un trayecto en el que, a ratos, todo parece un sueño y en otros momentos se convierte en pesadilla”
El proyecto contó con la participación de Mercedes Hernández y Omar Leyva, figuras conocidas del cine mexicano, que en los últimos años han destacado en producciones estadounidenses. Según Sergio Muñoz, se sumaron con entusiasmo al reto creativo:
“Tanto Mercedes como Omar se comprometieron de lleno con el proyecto. Les gustaba la visión: hablar de migración no solo desde la tragedia, sino con humor, aventura y sensibilidad. Eso les entusiasmó.”
La propuesta narrativa no se limita a contar una anécdota, sino que reflexiona sobre la fuerza del cortometraje como medio de expresión. “Para mí, el cortometraje permite encapsular retratos de la vida, momentos concretos, y mostrar un arco de personaje completo en pocos minutos”, explica el director. “En 10, 5 o incluso 2 minutos, puedes presentar una transformación, una enseñanza o contar una historia; eso refleja la vida real, donde los cambios a veces suceden en breves instantes”.
Balada de un inmigrante con memoria aborda el tema desde una perspectiva que combina la nostalgia, el humor y la sensibilidad. Refleja cómo la experiencia migrante no solo está marcada por la distancia y la pérdida, sino también por la memoria, la fe y los símbolos que acompañan a quienes dejan atrás un hogar.
La obra tendrá su estreno en el Festival de Nueva Orleans, un espacio donde cineastas emergentes tienen la oportunidad de mostrar su trabajo al mundo y crecer en la industria. Este festival se llevará a cabo este 23 a 27 de octubre y para el público mexicano se podrá pagar una modalidad en línea para ver los cortometrajes participantes, incluido Balada de un inmigrante con memoria.
Con duración de doce minutos, Balada de un inmigrante con memoria inicia su camino en el circuito internacional, sumando una voz singular a la conversación cinematográfica sobre la migración, la identidad y los vínculos que perduran a través del tiempo y la distancia.
Balada de un inmigrante con memoria (México, 2025). Dirección: Sergio Muñoz Esquer. Guion: Sergio Muñoz Esquer, Isabella Brodt. Compañias productoras: Kool, Okey, Austin Film Society, Santa Fe Film Institute, Consejo Municipal de Estacionómetros de Ciudad Delicias. Cinefotografía: Carolina Bayon. Edición: Sergio Muñoz Esquer. Sonidistas: Nicholas Muñiz, Timo Nelson. Mezcla: Miles Foster-Greenwood.