Hay incertidumbre en el empleo y hay que entrarle a cualquier cosa que dé dinero, así sean los negocios desquiciados de las examigas. Hay incertidumbre ante la fragilidad de nuestro padre: mejor acompañarlo en su ruta y aprender incluso sus comportamientos más oscuros; la incertidumbre del arte ronda la posibilidad de crear una familia, y ni la música tecno puede librarnos de la incertidumbre de madurar.
Y hay incertidumbres que suenan como crujir de huesos.
Hay que ganarse la vida, y a Ana y Rita no les queda de otra que aceptar una chambita, como maquillistas de boda, de su amiga Alexandra. Lo que sigue son los delirios de Alexandra y las formas en que las tres transitan por la precariedad laboral. Y a pesar de todo se deja ver la amistad y la solidaridad como formas de sobrevivencia.
Memo no ha logrado despuntar como artista, ya nadie confía en su talento. Vive en casa de su madre y peor, mete ahí a su novia. La relación con ella no ha sido muy buena de algún tiempo para acá, pero tratará de hacer todo lo que esté en sus manos para salvar la relación.
Violeta vive en Ciudad Nezahualcóyotl y sueña con convertirse en mamá. A sus treinta años, siente que se le agota el tiempo. Su novio Ismael está obsesionado con su banda de rock techno y lo último que tiene en la cabeza es la paternidad. Las diferencias entre ellos se van haciendo cada vez más complejas y dramáticas.
Cuenta la historia de Valeria, una mujer que lleva tiempo intentando tener un hijo. La misma noche en la que por fin se confirma su embarazo le visita una extraña presencia. Desde ese momento, la monstruosa criatura la persigue manteniendo en peligro su embarazo, su pareja y la vida de su futuro bebé.
En un México violento, en el que crecer implica estar en peligro, el pequeño Luis descubre, entre juegos y sorpresas, qué es la muerte, la fragilidad de su padre y el concepto de la masculinidad.