Una probable comedia de enredos también funciona como viñeta sarcástica de masculinidades, y acaso un atisbo de la violencia que se esconde tras refinerías y albercas. Gasolina, cortometraje de Victor Duarte, apuesta por una historia de pareja, tan cotidiana como fastidiosa, que debajo tiene capas intimidantes o agresivas.
Gasolina es una producción del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), que se presenta en la sección Cortometraje Guanajuato. Platicamos con su director sobre esta apuesta que va, del amor de pareja, a la amenaza de los suburbios.
¿Cómo se les va ocurriendo la historia de Gasolina? Tengo entendido que la escribes junto con Christian Nájera.
Christian es productor y coescritor. Y la historia está ubicada en Salamanca, Guanajuato. Yo soy de ahí. La idea nace de historias cercanas con las que crecí.
Llama la atención el tema de la violencia que rodea a tus personajes, está latente en toda la historia, pero también en el trato que hay entre los hombres, los compañeros de trabajo de Bruno, no sé qué me puedes contar de esto.
Uno de los temas que me empezó a llamar la atención fue la violencia directa que tenemos entre los hombres, fuera del narcotráfico, cómo nos tratamos entre nosotros mismos y en nuestras relaciones.
Es algo que había visto mucho en la forma que crecí y en las relaciones que se manejan. Es esta cosa de estatus, de poder entre cada uno, de cómo nos tratamos.
Y también está la violencia que se ejerce en la pareja, que es la protagonista del corto; nos interesaba explorar los grises que hay en las relaciones humanas, que a veces no es tan sencillo saber quién es el bueno y quién el malo.
La violencia en el cine ha sido explícita: los narcos, las armas, los asesinatos; ahora llega a un terreno de no mostrarla de manera frontal, pero los ambientes sociales están permitiendo estas prácticas. Una violencia que merodea, que está ahí permeando.
Era una cosa primordial para mí, al menos el cambio que me tocó vivir en la ciudad de Salamanca. Podías o no ser narco, pero aun así te termina pegando el contexto; la atmósfera va cambiando, aunque no estés metido en eso. Era contarte una historia donde puedes ver la violencia sin estar metido, y cómo te absorbe el contexto.
Es la historia de una persona que no está metida en el crimen organizado, y es una historia que nos está pasando en la realidad, de gente que estaba del otro lado, cuando la mayoría estamos en medio del fuego cruzado.
¿Cómo fue filmar la ciudad de Salamanca con Ollin Martínez?
El protagonista, Bruno, iba a trabajar en una fábrica y no quería decirlo directamente.
A Salamanca yo le digo que es un rancho industrial. La imagen que siempre hay es la refinería, toda la ciudad depende de eso y de las fábricas que lo rodean.
Fue una imagen que Ollin tenía muy presente, buscamos que la historia se desenvolviera alrededor de eso.
Mucho de la película habla de la violencia, pero también tiene ribetes cómicos, creo que tiene que ver mucho en cómo trabajaste con Víctor y con Sofía. ¿Cómo trabajaste con ellos?
Mi acercamiento con ellos fue diferente: Víctor es más de método, con él visité espacios de Salamanca, hablamos del proceso de los trabajadores, cómo vivían sus rutinas; Sofía es una actriz más de escuela, con ella era ensayar escenas, hablar del personaje y sus antecedentes, armar biografías, y conoció Salamanca antes de que empezáramos el rodaje.
Entre ellos busqué que la violencia no fuera el foco, la pareja era el foco, entonces siempre manejamos la historia como una relación de pareja. Solamente hay un par de escenas donde interactuamos con la violencia.
¿Qué te parece mostrarla en Guanajuato? También entendiendo que es mostrarla en tu propio estado, una historia que está cercana a los espacios donde ocurre el festival.
Desde el inicio, con el productor Christian, la idea fue estrenarlo en el GIFF, porque nosotros somos de aquí, crecimos con el GIFF, y no sé si sea el festival más importante del país, pero influyó mucho en nuestro desarrollo.
Una de las ciudades en las que más me emociona mostrar el corto es en Irapuato, porque tiene mucha cercanía con Salamanca, y muchas personas de Salamanca irán. Estoy emocionado de ver la reacción de la gente para la que la hice.
Gasolina (México, 2025). Dirección: Victor Duarte. Producción: Christian Nájera Jiménez, Carolina Lecuona. Cinefotografía: Ollin Martínez Patiño. Guion: Christian Nájera Jiménez, Victor Duarte. Edición: Daniel Carrera Pasternac. Sonido: Sergio E. Cerecedo. Diseño sonoro: Sergio E. Cerecedo. Música original: Grupo Híbrido. Dirección de arte: Gabo Ruiz. Diseño de vestuario: Gabo Ruiz. Diseño de maquillaje: Gabo Ruiz. Compañía productora: Centro de Capacitación Cinematográfica. Reparto: Víctor Hernández, Sofía Sylwin. Locaciones: Salamanca, Guanajuato.