Ana se queda sin casa, debe arrimarse a vivir con Rita, quien quiere pintar al Ángel de la Independencia como David Bowie. Y por ahí les aparece la oferta de Alexandra, antigua amiga de Ana, para maquillar bodas fifís. A Alexandra se le quiere y se le odia, según qué tipo de antidepresivo o ansiolítico tome. Entre las tres (y por ahí también está Sonia, roomie solidaria, y Eliza, que siempre les debe dinero, y un par de novias que quieren y no quieren casarse) van transitando por una Ciudad de México que ya no da oportunidades, que debe habitarse desde la resistencia y la perseverancia, pero sobre todo desde la amistad, aun con todas sus inconsistencias.
Maquíllame otra vez, ópera prima del guionista chileno Guillermo Calderón (escribió, entre otras, Neruda y Ema, del afamado Pablo Larraín), hubiera querido ser una comedia clásica de bodas pero antes tuvo que conseguirle empleo a sus protagonistas. Con un reparto de lujo, que encabezan Regina Blandón, Ilse Salas, Paulina Gaitán y Martha Claudia Moreno, crea una historia crispada y eléctrica, con enorme humor, con apuntes sororos y sorpresivamente, una película con un fuerte contenido social.
Es una consecuencia de la pandemia. Muchas personas que trabajan en estos mundos creativos perdieron su trabajo, por lo tanto buscaba una historia donde pudiera mostrar esa lucha por sobrevivir. También la lucha por reconciliarse y reconstruir amistades perdidas, que es una reacción de cómo sanarse después de de estos años difíciles.
A pesar de ser mi ópera prima, llevo muchos años dirigiendo teatro por lo tanto tengo experiencia en conducir procesos creativos. Lo que me faltaba era pasar por esta experiencia cinematográfica y para eso necesitaba, principalmente, de buenos equipos, que entendieran mi visión y la llevaran a cabo. Fue una transición fácil, simplemente me puse en la disposición de aprender de estos equipos con tanta experiencia.
Como mucha gente en América Latina crecí con Chespirito y Cantinflas. La oportunidad de crear una comedia para México me pareció mi camino. Es lo que conozco y lo que puedo rearticular. Me inspiré en estos personajes que son sobrevivientes y encuentren en la comedia su lucha por sobrevivir, que tienen drama, pero también mucho humor. Es cien por cien una forma de conectar con mi infancia, con Chespirito y Cantinflas, tratar de situarlos en un contexto contemporáneo, 100 % mexicano, pero mirado desde afuera.
Yo conocía México desde antes: había recorrido varias veces el país, haciendo giras teatrales. Tengo experiencia con la cultura mexicana, que también está muy presente en Chile: la música ranchera sigue siendo música popular del campo chileno.
Pero fue principalmente a través de la dirección de arte y de la gente que encontró las locaciones, que me mostraron la Ciudad de México, me la hicieron ver desde un ángulo distinto y nuevo. Y en tercer lugar, a partir de las tres protagonistas, que traen consigo la tradición de cientos de comedias y películas de todo tipo. Entonces yo dije: “aquí está, éste es mi camino”.
La producción hizo un esfuerzo enorme por conseguir a las mejores; yo ya las conocía individualmente y pedí a estas actrices; la producción lo logró, no sé cómo, honestamente. Pero una vez que las consigo, mi trabajo está completo en un 99%, básicamente tengo que pedirles que sigan estas líneas y ellas ponen su talento. Ellas conocen muy bien la tradición de la comedia mexicana, leen el guión y me ayudan, me explican: “no, esto acá se diría así, mi personaje hablaría así”; hay muchos detalles de las cosas cotidianas mexicanas que ellas aportan. Entonces, en vez de contratar a una persona que traduzca mi lenguaje al mexicano, lo hicimos con las actrices y fue algo que creativamente funcionó muy bien.
En México hay mucha comedia, y la que se ha hecho recientemente es cada vez más sofisticada, porque el público en todas partes ha ido cambiando mucho, está expuesto a una televisión de altísima calidad y a comedias de mucha inteligencia. Durante la pandemia el público cambió mucho y se puso cada vez más exigente. Por lo tanto, era necesario hacer una comedia ambiciosa y dramáticas. Es decir, basada en personajes dramáticos, en situaciones dramáticas y sobre eso se construye el humor. El público va al cine con una gran ambición y exigencia, hay que estar a la altura de eso.
Exactamente, ellas hacen un ejercicio de empoderamiento, pero también de sobrevivencia económica, de lograr tener trabajo, poder comer y salir adelante. Y también es un trabajo clásico: yo quería incorporar bodas, porque siento que es parte del lenguaje clásico de las comedias. Entonces quise hacer algo dramático pero también con guiños a los clásicos.
Lo bonito de Maquíllame otra vez es que viene de una verdad absoluta y un dolor muy fuerte, y también de lo que tenemos mucho como mexicanos, reírnos aunque estemos en un momento doloroso, o pasando por una mala racha. Creo que también la pluma y la sensibilidad de Guillermo tuvieron mucho que ver con que esta película arribará a buen puerto.
Es un homenaje a los maquillistas de este país. Los actores llegamos a la zona de maquillaje y te sientas ahí una hora y dejas ahí tu corazón, porque acabas de despertar, llegas a maquillaje a que te apapachen y a convertirte en el personaje.
Pero con estos personajes, no nada más los maquillistas se pueden identificar, cuando eres freelance nunca tienes la chamba segura, es una incertidumbre constante. El filme habla de todo eso y habla también de que, aunque estés en el peor momento, siempre hay alguien que te va a tender la mano, tu colchón de amistades que te hace sentir segura.
Fíjate que, lo detecté, ya sé que suena a chiste, pero sí. Un día me entero que Regina, Paulina e Ilse van a filmar Maquíllame otra vez de tremendo guionista, Guillermo Calderón, pensé cómo me hubiera gustado participar. Meses después me llamaron por teléfono para el casting y lo hice. Yo tenía muchas ganas de representar a una maquillista y me tocó la oportunidad.
Es una historia de amistad y sororidad. Es una comedia desde la visión de que la vida a veces es cómica, por las situaciones que nos pasan; desde ese punto de vista es una comedia, pero también es una historia de mujeres contemporáneas buscando salir adelante, de lo que implica mantenerse en la Ciudad de México; el glamour pero al mismo tiempo los días difíciles de no tener para comer o para pagar la renta.
Guillermo lo construyó a partir de una artista plástica, que es su amiga en Chile. Las mujeres de mi generación, en los ochenta y noventa, supimos abrirnos caminos. Soy la consecuencia de eso, porque muchas lograron dejar atrás el sueño de casarse, no porque casarse este mal, sino por algo más convencional y limitante. Esta mujer es una suma de la vida.
Maquíllame otra vez (México, Chile, 2022). Dirección: Guillermo Calderón. Guion: Guillermo Calderón. Producción: Juan de Dios Larraín, Pablo Larraín, Rocío Jadue. Compañía productora: Fabula. Fotografía: Sergio Armstrong. Edición: Andrea Chignoli. Diseño de produccion: Mónica Bidault. Música: Yamil Rezc. Animación: Koozuke Amezcua. Reparto: Paulina Gaitán, Regina Blandón, Ilse Salas, Martha Claudia Moreno, Eliza Sonrisas.