‘Recursos humanos’ de Jesús Magaña Vázquez y el excelente ambiente laboral

En Recursos humanos, Gabriel Lynch cuenta la historia de su odio.

En una oficina de blancos y negros impersonales, los cargos y los espacios de poder se juegan como si fuera un ajedrez sanguinario. Porque Gabriel quiere ascender a la gerencia pero el junior Constantino se lo impide, y por ahí está Lizbeth que seduce a todos para adquirir privilegios, y Verónica, casada con el dueño pero intrigando como por aburrimiento, y Paruro, que se hace el mustio porque sabe que es la mejor forma de manipular. 

¿Alguien quiere trabajar en la oficina que retrata Recursos humanos? Basada en la novela homónima de Antonio Ortuño, la nueva película de Jesús Magaña Vázquez, Recursos humanos, hace un ejercicio cínico de las relaciones y alianzas obsesivas, mezquinas, que ocurren en un espacio de trabajo que promete el mejor ambiente laboral.

Coproducción entre México y Argentina, Recursos humanos revisa la voracidad neoliberal desde un microcosmos abrumador; el capitalismo salvaje se resuelve en dentelladas patéticas por trascender del cubículo a la oficina privada, conseguir un buen auto, dictar las normas de un universo enfermo. 

Recursos humanos tiene su estreno en el 21° Festival Internacional de Cine de Morelia. Jesús Magaña Vázquez nos platicó de esta fábula laboral, tan cínica como cristalina. 

 

En tu película anterior El alien y yo adaptaste un cuento de Carlos Velázquez, otra película, Abolición de la propiedad, está basada en una novela de José Agustín. Ahora trabajas con Recursos humanos de Antonio Ortuño. ¿qué te llamó la atención de esta novela para adaptarla?

Cuando me propongo adaptar algo, busco siempre algo que me haya gustado leer. Con Recursos humanos quedé enganchado. Fue en 2010 o 2011 y me enamoré por completo del libro y de Gabriel Lynch.  Pensaba: "esto es como Fight Club, pero nuestro”. No conozco muchos libros mexicanos con este enfoque. Me pareció fascinante. Nos propusimos encontrar a Antonio Ortuño, hubo un momento en el que estábamos negociando al mismo tiempo la adaptación de Recursos humanos y de otro proyecto. Hicimos un guion después del otro, aunque son proyectos que coescribimos bastante rápido. Fernando del Raso fue mi coescritor, tanto en el Alien como en Recursos. Esos guiones los hicimos consecutivamente. Sin embargo, levantar la película tomó más tiempo, debido a la dificultad en asegurar el financiamiento, y también llegó la pandemia. Tardamos un tiempo en lograrlo. La voz un tanto psicópata de Gabriel Lynch fue lo que realmente me atrajo.

 

Se percibe una atmósfera cínica en la historia. No sólo es humor negro, también es un humor cínico. ¿Cómo te planteaste el tono de la película?

Cuando releía me daba cuenta de que mirábamos la historioa a través de Gabriel Lynch, pero son importantes personajes como Constantino, interpretado por Giuseppe Gamba, Lizbeth, que es Cecilia Ponce, y que creo que sorprenderá mucho. También están Juana Viale como Verónica y Daniel Tovar como Paruro. 

Estos cinco personajes son la base de la película y son bastante miserables. La película tiene el reto de crear empatía con la audiencia, ya que tienes que empatizar con algún tipo de miseria. Pero me parece que eso hace esta sátira, este efecto en el  que te identificas con personas patéticos. Que los personajes sean así nos ayudó a introducir ese tono cínico. Los personajes miserables de este universo de Recursos humanos son, en definitiva, muy humanos.

 

Hay películas que son como una compañía teatral, todos desempeñan su papel y, más o menos en el momento adecuado, entran en escena y hacen suyo. En Recursos humanos todo el elenco contribuye. Debe haber sido un trabajo y coordinación interesantes. 

Preparamos mucho la película en tiempos del covid; tanto Recursos humanos como la de Edu Cortés, Háblame de ti, van ligadas, las hicimos seguidas. 

En lo que estábamos en la postproducción de Háblame de ti hacíamos la pre de Recursos humanos. No tuvimos la oportunidad de ensayar tanto. No todos los actores que habíamos planeado originalmente se unieron, por diversas razones. Por ejemplo, Giuseppe Gamba, quien interpreta a Constantino, ha estado involucrado en el proyecto durante unos siete años, lo cual le dio tiempo para prepararse a fondo. Pero Pedro de Tavira, el protagonista, se unió al proyecto con seis meses de antelación, aun así se preparó mucho. 

Te puedo decir que contamos con actores excepcionales. Aunque no tuvimos ensayos en persona por el covid, realizamos reuniones por zoom. Y a pesar de las dificultades, son actores talentosos. 

En particular, destaco a Pedro. No sólo entiende su papel frente a la cámara, también su importancia detrás de ella. Esto es crucial, ya que un protagonista debe ser un líder en la pantalla y en el set, y eso no se encuentra con facilidad. Es un aspecto vital para el proyecto, en especial cuando somos nueve mexicanos que colaboramos con un crew argentino, en un proyecto binacional.

 

¿Cómo se llevó a cabo esta coproducción entre Argentina y México? 

Trabajé Recursos humanos durante muchos años, en el Festival de San Sebastián conocí a Antonio Pita, de Prisma Cine, nuestro socio en el proyecto. Yo esperaba obtener el Eficine, pero esto no sucedió como esperaba. Entonces me comuniqué con ellos y les expliqué mi situación. Antonio ayudó a cambiar las cosas y aportó su apoyo al proyecto. Finalmente pudimos llevar a cabo la postproducción y la película avanzó en una dirección positiva. Llevamos al elenco mexicano a Argentina, además de mi fotógrafo y mi directora de producción. El proceso tuvo sus altibajos, pero logramos superarlos. Fue una experiencia de aprendizaje significativa.

 

 

Recursos humanos podría haber sido filmada en Santa Fe, en la Ciudad de México, por ejemplo. Sin embargo, acaba siendo escenario argentino. ¿Esto cambia la ambientación de la película? 

Este universo oficinesco es universal. La locación que nos proporcionaron es espectacular. No sé si hubiéramos podido costear una locación de ese nivel aquí, pero el equipo de Prisma nos brindó un apoyo fenomenal. Creo que, en ese sentido, no hubiera cambiado nada. En la novela, la historia ocurre en Guadalajara, pero si te fijas, cuidamos los detalles para no especificar en qué ciudad se desarrolla la historia. Algunos billetes y objetos auténticos se utilizaron en la película, pero nunca detallamos la ubicación exacta. Hablamos en español mexicano y argentino, y dada la gran migración argentina a México, no creo que a la audiencia le resulte extraño. 

 

Recursos humanos, Dir. Jesús Magaña Vázquez. Foto: imdb

 

¿Cómo fue la experiencia de colaborar con el crew argentino?

Tuvimos que trabajar en conjunto. Un equipo de dirección de allá, el departamento de fotografía fue nuestro, su departamento de arte con el nuestro, Candy [Alvarado] a cargo de producción y factores técnicos de ambas partes. Contamos con un equipo argentino para vestuario, maquillaje, locaciones y sonido. Colaboramos con personas con gran experiencia en el campo. Argentina es conocida por su próspera industria cinematográfica, así que tuvimos el privilegio de trabajar con profesionales excepcionales.

La colaboración fue bastante sencilla. Hubo algunas confusiones en la producción, debido a términos que se usan de manera diferente, pero logramos superarlas. 

También en Argentina, por ejemplo, la producción se limita a días laborables, debido a regulaciones sindicales más estrictas y costosas. Aunque esto presentó desafíos, nos hizo más eficientes y organizados. En total, tuvimos 25 llamados en cinco semanas de rodaje. Este proceso nos ayudó a aprender y adaptarnos a las reglas y normativas locales.

 

Me llamó la atención la elección del blanco y negro. ¿Por qué filmas de esta manera?

Tiene que ver con la creación de un universo único. Siempre he tenido un gusto personal por el cine en blanco y negro. Mi ópera prima es en blanco y negro, al igual que Abolición de la Propiedad; en Alicia en el país de María hay bastante blanco y negro también. Es un gusto personal. Me atraen el film noir y el expresionismo, aunque no diría que influyen en mi elección. 

Utilizar blanco y negro en Recursos humanos tomó tiempo, algunos productores estaban renuentes. Pero cuando comenzamos a buscar locaciones, nos dimos cuenta de que esto enriquecería la película. Nos proporcionó un contexto diferente y una estética única, que encajaba perfectamente con la historia que queríamos contar.

 

El ambiente de oficina se adapta muy bien al blanco y negro: así son los trajes, los cubículos, la rutina.

Por supuesto: este universo y el tono de farsa que le acompaña no encajarían igual. El blanco y negro nos ayuda a crear una estética particular y aporta una atemporalidad. Puede sonar pretencioso, pero en realidad es un gusto personal.

 

¿Seguirás explorando la literatura mexicana para tus próximos proyectos?

Estamos trabajando en la adaptación de La velocidad del zoom del horizonte de David Gaitán, estoy coescribiendo con él. Planeamos que de nuevo sea una coproducción entre Córdoba y México, ya que la gente de Prisma nos agradó mucho. Hemos forjado una buena relación y estamos esperando la respuesta del INCAA para avanzar.

 

Las coproducciones pueden crear alianzas y equipos de trabajo que trascienden las expectativas originales.

Realmente me encariñé mucho con mi equipo de Córdoba. Fue un vínculo muy especial.

Recursos humanos (Argentina-México, 2023). Dirección: Jesús Magaña Vázquez. Guión: Jesús Magaña Vázquez, Fernando del Razo, basado en la novela Recursos humanos de Antonio Ortuño. Producción: Candy Alvarado, Antonio Pita. Casas productoras: Prisma Cine, Sobrevivientes Films, con el apoyo de INCAA y Eficine Producción. Fotografía: Alejandro Cantú. Edición: Luis Arturo Cárdenas, Carlos Espinoza. Diseño de arte: Santiago Oliva. Sonido: Hernán Conen, Alan Zaragoza. Música: Emilio Kauderer. Elenco: Pedro de Tavira, Juana Viale, Cecilia Ponce, Giuseppe Gamba, Daniel Tovar.