Archivo Lilly de las comunidades wixáritari. Al rescate de una cosmogonía viva

John Lilly era estadounidense, nació en Minnesota y estudió cine; Colette nació en Grenoble, Francia y era etnógrafa. Se conocieron en Estados Unidos y en los años sesenta viajaron juntos a México, en particular a la sierra Mazateca, cuando exploraban las posibilidades psicodélicas de los hongos. Pronto extendieron su interés hacia las comunidades indígenas, sobre todo a los curanderos.

 

Vivieron en Xochimilco y Milpa Alta, en la Ciudad de México. Ahí conocieron a Muta’aupuwa Santos de la Torre, quien los invitó a su comunidad, Las Latas, en la comunidad Santa Catarina Cuexcomatitlán, Jalisco. De 1969 a 1986, los Lilly registraron con la cámara las ceremonias y las peregrinaciones de los wixárikas. Los acompañaron a sus lugares sagrados, usaron sus vestimentas, practicaron sus artesanías, se pintaron los rostros y participaron en sus ceremonias.

El material audiovisual que realizaron a lo largo de casi 20 años se encuentra en tres sedes y comprende más de 41 horas de material fílmico (resguardado en la Cineteca Nacional), 710 cintas de carrete con el audio de los registros de cine (en Fonoteca Nacional) y unas 11,000 fotografías (en la Fototeca de Zacatecas). 

La necesidad de dar un sentido a estas tres islas de los Archivos Lilly puso en marcha a Rolando Díaz, maestro en bibliotecología y estudios de la información, quien con el apoyo de la Cineteca Nacional, Fonoteca Nacional , la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Cuajimalpa (UAM Cuajimalpa) y el representante legal del acervo en Zacatecas, se dio a la tarea de ordenar y catalogar el vasto acervo. En este ejercicio fue apoyado en 2021 por Focine, Programa de Fomento al Cine Mexicano del Imcine. 

 

Rolando platica sobre el desafío de resguardar este caudal de imágenes, sonidos y colores asombrosos, con el objetivo posterior de compartirlos con las audiencias de México y el mundo.

 

Te invitamos a conocer la página de divulgación del Archivo Lilly.

 

¿Cómo llegas al Archivo Lilly?

Trabajé cerca de dos años en la Cineteca Nacional, en el Laboratorio de Restauración Digital Elena Sánchez Valenzuela. Ahí se establecen los criterios de los archivos que se encuentran en custodia, como el Archivo Lilly. Se resguardan en las bóvedas pero pertenece a los dueños de los derechos patrimoniales, en este caso a Edin Alain Martínez, a quien se lo cedió Colette en 2016.

Yo empiezo a procesar el material fílmico con el equipo de la Cineteca y tenemos reuniones de investigación con los demás colegas. El archivo es muy grande y está disperso, entonces tiene varios retos que cubrir. Con la pandemia se interrumpe el trabajo en la Cineteca; se había procesado menos de una tercera parte del acervo. 

Me encariñé con el proyecto, me parecía que tenía muchas posibilidades. Con la convocatoria de Focine planteé su viabilidad. Me puse en contacto tanto con Cineteca como Fonoteca, la UAM-Cuajimalpa, Amadis Producciones Cinematográficas, con el dueño de los derechos en Zacatecas, y les propuse varias posibilidades para realizar el proyecto.  Se lograron congeniar todas las voluntades, y ahí vamos.

 

Parte de la dificultad es que se trata de un material disperso, ¿cómo organizaste las prioridades con las distintas islas en las que existen el archivo?

Ya conocía el archivo por mi trabajo en la Cineteca, tenía cierta idea y experiencia en los procesos de cada área. Los colegas de la UAM Cuajimalpa, encabezados por el doctor James Thomas Ramey, que también han trabajado con él, me compartieron valiosa información. Así pudimos tener una perspectiva amplia de las necesidades del archivo.

En tres años se trabajarán 24 horas de imagen, 5 horas de sonido en 16 mm, también material de 35 mm. Se trata de la mitad del acervo cinematográfico de John Lilly. Se calcula que para fines del proyecto estará digitalizado a 3K tres cuartas partes del total. También se realizarán procesos de preservación, documentación y difusión.

 

¿Cómo se encontraban los materiales antes de empezar a trabajarlos y qué acciones se realizaron para su preservación?

No se conocia de forma certera la degradación de los materiales, ya que jamás habían tenido procesos de preservación análoga. El material fílmico data de 1969 a 1975, aproximadamente, por lo que tienen más de 30 años de su creación. Ahora que se han revisado y diagnosticado, se puede identificar el estado físico de cada rollo, se percibe deterioro en las capas de color y existen copias de proyección que se encuentran altamente deterioradas. 

Los procesos de preservación ayudan a limpiar y estabilizar el material; la digitalización permite hacer respaldo de alta calidad y formatos de difusión, para que sea posible realizar investigación sobre la vida de los pueblos indigenas de México. 

 

Cortesía: Archivo Lilly

¿Había algo del Archivo Lilly que llamara tu atención, algún material que no esperabas encontrar?

Hay muchísimo, es increíble la cantidad. Momentos como los rituales, sacrificios, ofrendas, paisajes impresionantes de la sierra Mazateca; y la calidad cinematográfica es increíble; también ver a Colette y John con la vestimenta indígena, siendo parte de eso; verlos entrevistando a diferentes personas, la cercanía y el cariño que hay entre ellos.

También puedes apreciar la experiencia y la técnica de John como cineasta, que a pesar de estar en circunstancias adversas, de no contar con la mejor luz ni con todo el equipo cinematográfico, hizo un trabajo bastante elevado.

Te hablo de historias que se ven en la imagen, que es en lo que más hemos podido avanzar, porque tenemos un problema con el sonido: poco está en español, inglés o francés. La mayoría está en wixárika, porque ellos hablan en su lengua original.

 

¿La comunidad wixarika coopera con este rescate?

Hubo un momento difícil, cuando fallecen John y Colette, con la incertidumbre de quién guardaba el archivo. La relación se está restaurando. Todavía hay algunos pendientes legales por resolver, por lo cual todavía no se usa el material para fines comerciales. 

 Los Lilly no tuvieron el dinero ni la posibilidad de sacar sus filmaciones a la luz, en parte por continuar con su vida, y en parte por apoyar en otros fines a la comunidad wixárika: fueron grandes colaboradores con ellos para defender las zonas de Wirikuta y eso le quitó mucho tiempo para terminar sus materiales cinematográficos y cerrar una película.

 

La cultura wixarika es rica y un tanto misteriosa para los que no estamos cerca; tú que has visto el material, ¿qué podríamos encontrar nuevo de ellos?

Tiene un mensaje más complejo de lo que el occidental puede entender. A veces hay que desarrollar cierta sensibilidad para valorar lo que estamos viendo. Lo valioso del audiovisual es el tiempo: está congelada la época, la vestimenta, el arte, sus mitos de surgimiento y ese pensamiento que se ha podido rescatar. 

No voy a decir que son las primeras películas sobre la cultura wixárika, pero no con la calidad de este material, donde puedes ver cada etapa de su peregrinación, de la matanza de toros, de la búsqueda del peyote, de la convivencia. La cantidad y la calidad del material no existe en otra obra cinematográfica o etnográfica. Hay mucho que aprender, pero debemos tener mente abierta, respeto e interés. 

Cortesía: Archivos Lilly

 

¿Qué se podría crear con el acervo Lilly para ofrecer a las audiencias? 

Ahora hay cortes directos, pero falta un proceso. De hecho, solo una vez se proyectaron unos fragmentos en Ciudad Universitaria y en el Centro de la Imagen, en una exposición que curó Anahí Luna. La mayor parte del material es inédito.

En 2012 se realizó una digitalización por parte del doctor James Ramey de la UAM Cuajimalpa, pero sin los procesos de preservación a largo
plazo, que actualmente se realizan. Es una digitalizaciónque nos ayuda como referencia, pero se está rescatando la calidad de imagen desde film en calidad cinematográfica.

Por otra parte, la Fonoteca Nacional, con el apoyo de Margarita Sosa Juárez , ha digitalizado sonido en rollos de carrete abierto, que se encuentran en proceso de catalogación, la mayoría en lengua wixárika, en vista de dar acceso a los contenidos.

En otra etapa del proyecto se espera poder ofrecer eso, sin embargo, se busca algún tipo de montaje digerible para el público. Esta parte de organización y clasificación nos está permitiendo unir las piezas para que el contenido sea más accesible. Necesitamos agregar el sonido para dar estos resultados.

 

Parte del acervo está en la Cineteca, otro en la Fonoteca, algo más en Zacatecas. ¿La intención es que estos materiales permanezcan en sus sedes, o reunirlo en una sede nueva?

Se han buscado los mejores lugares en el país, que son la Cineteca y la Fonoteca. Se necesitaría mucho dinero para que el Archivo Lilly pudiera tener un único lugar. Se busca la unidad del archivo pero utilizando tecnologías de documentación y preservación, que permite tener el material en las mejores condiciones posibles, y por otro lado tener una copia de trabajo y difusión, para relacionar y unificar contenidos; pero definitivamente estas instituciones serán las redes de apoyo.

Una ventana para la presentación del archivo es la página de Internet, ahí podrías conectarte al catálogo. Así completamos un esquema de preservación vanguardista. 

Tenemos preservación y conservación análoga, Pasamos el material a digital HD, hacemos una copia en el cinta LTO para preservación en DPX, también hacemos copias de difusión para catalogar, documentar y dar acceso a investigadores y estudiantes, y también poder generar y ubicar dónde están los contenidos para proyectos de exposiciones y proyección. 

 

¿Qué sigue con los Archivos Lilly, tanto contigo como con el proyecto? 

Yo soy un granito de maíz del Archivo Lilly, ya tiene mucha historia detrás de mí, y yo me uní a empujarlo otro poco. 

Tengo la confianza de que pueda ser Memoria del Mundo, de que puedan hacerse algunos de los cortes que hizo John, rescatarse las entrevistas. Que se valore internacionalmente a la cultura wixárika. Éste fue el objetivo de los Lilly y siempre ha sido el objetivo del archivo. Simplemente es mágico colaborar y apoyar en un camino que ya tiene bastante recorrido. Sí te sientes parte de algo más que sólo un trabajo del archivo..