'Off the Road' de José Permar: espera, polvo, ruido, autos y después nada, vámonos ya

“Grande, monstruoso, viene, hace lo que quiere, se va, y nos deja queriendo más”. Así describe José Permar a La Baja 1000, el rally de automóviles todo terreno que se realiza desde 1967 en Baja California y Baja California Sur, con el arranque en Ensenada y la meta en La Paz.

Son 1700 km de recorrido agreste y demandante, que congregan a una gran comunidad de apasionados del automovilismo, en su mayoría estadounidenses.

Tras ellos, una comunidad de entusiastas y críticos, habitantes de la región, contemplan una actividad que no les pertenece y que a la vez les da identidad.

 


Eres de La Paz, debes conocer La Baja 1000 desde niño, ¿en qué momento eso que has vivido se convirtió en material para un documental?
Yo quería hacer mi primera película sobre la identidad de Baja California Sur, me parece interesante cómo estamos separados del resto de México, no tanto La Paz que es una ciudad grande, pero el resto son comunidades de mil a dos mil personas y tardas tres horas en llegar a la siguiente comunidad, es una inmensidad. Hay una sensación de otredad con el resto de México. El surcaliforniano no se siente tan mexicano, tiene una cosa rara al no ser parte de algo. También se cree que tenemos una relación estrecha con Estados Unidos cuando no es así, pues está a veinte horas en carretera. Hay una identidad no muy representada que queria mostrar, por ahí empezó la curiosidad.

Recordé que unos tíos me llevaron a La Baja 1000, fuimos al desierto, a tres horas de La Paz. Después de siete horas de estar ahí, deshidratados bajo el sol, empiezan a pasar carros, uno tras otro, nos llenan de tierra, ruido y escándalo, y media hora después otra vez el silencio y bueno, vámonos, ya está. Esa anécdota me hizo gracia y la película empezó así: ¿cómo alguien puede estar esperando tanto tiempo por un momentito, por un evento que no te va a tomar en cuenta? Fue mi primer acercamiento, casi plástico: una persona esperando y el polvo cubriéndola, Conforme fui trabajando la película me fui dando cuenta de todos los matices que había alrededor de La Baja 1000, un evento que mucha gente odia y mucha gente ama. Me sentí atraído por esa contradicción, hablaba con los rancheros en las comunidades y me decían que les mataron a sus vacas, a sus chivos, que les arruinan los caminos. “Oye, pero entonces La Baja está súper mal, ¿no?” “No, pero me gusta que vuelvan a pasar porque nunca pasa nada aquí”.

En tres personajes concentras la película, ¿cómo hiciste este sesgo, de las muchas posibilidades de personajes que tenías para contar tu historia?
Tenía claro que la película no era de La Baja 1000, que era mi pretexto para contar la historia. Sabía que quería historias fuera del camino. Yo conocía un montón de personas de la región, mi papá era panadero y de chiquito me llevaba a repartir pan en los ranchos, conocía todos los pueblitos. Quería gente que de verdad estuviera involucrada con la carrera. Encontré pilotos que tenían posibilidades de estar en La Baja 1000 o que ya estaban en el evento. Ahí conocí a Paco, alguien que no tenía acceso para tener ese carro pero estaba con ese sueño de estar ahí. También iba a talleres y preguntaba, ¿quién es el piloto más loco que conoces? y fue Rigo. Él es famoso en la región porque grababa videos de las carreras, le dicen El Rigo Videos, así lo conocí...

¿Después de Off The Road cambia tu percepción sobre La Baja 1000 o cómo describirías la carrera en el escenario de la identidad surcaliforniana?
Es una migración a la inversa. Estamos acostumbrados a retratar la frontera por los trabajadores que buscan trabajo en Estados Unidos, pero no vemos la migración de Estados Unidos hacia México, porque es de diferente clase social. También por eso no nos animamos a criticarla. Creo que La Baja 1000 es un ejemplo en sí mismo. Este evento grande, monstruoso, que viene, hace lo que quiere, se va, y nos deja queriendo más. Yo no puedo estar en desacuerdo con la gente a la que le gusta la carrera, ni en desacuerdo con la gente a la que no le gusta, porque comparto ambas visiones.

 

Hay un lugar común en los documentales, decir que se hace un trabajo personal, pero en tu caso tiene sentido: hurgaste sobre tu infancia, los pueblos que conoces, indagaste tu territorio. ¿Es diferente vivir ese territorio que documentarlo?
Hay temas de identidad, colonialismo, fronteras, que me llegan. Pero no habría sido posible desarrollarlos si yo no hubiera crecido en la región, con ese orgullo y emoción de que te tomen en cuenta para un evento grande. Si no hubiera crecido en Baja California Sur no hubiera podido hacerlo, pero si no hubiera salido de Baja California Sur tampoco, porque el chance de migrar me ayudó a apreciar las contradicciones que hacen la identidad del surcaliforniano. En Off the Road quería hacer mucha crítica, pero no una película que dijera cómo tienen que ser las cosas, si la Baja 1000 está mal, o está bien, si deberíamos ser orgullosos de lo que somos o lo contrario. Yo quería agarrar esos elementos de los que mucha gente de Baja California Sur reniega. Mucha gente culta de Baja California Sur no puede escuchar música de corridos, o sierreño, porque siente que es un arte aparte. O no quiere saber de este tipo de eventos donde va lo popular: hay una separación y yo quería agarrar estas contradicciones y jugar con ellas.

Los Inalcanzables de La Baja, ¿cómo llegaste con ellos?
Estos chicos componían corridos a los pilotos de La Baja 1000. Se me hizo chistoso porque, ¿quiénes son los héroes a los que les haces corridos? Yo los quería tener en el documental. Decidí que serían los narradores de la película. En varios talleres internacionales de documental que mostré avances de la película, la gente que no era mexicana me daba referencias de westerns, yo no lo había notado porque los cactus ahí están, los sombreros, para mí era natural, pero cuando lo identifiqué también me hizo gracia meterlo. Cuando decidí darle un arco de western entraron los corridos. entonces decidí darle esta cosa del coro griego pero en corridos y empecé a trabajar con los Inalcanzables de La Baja. Con Damián, el vocalista, compusimos los corridos. Queríamos jugar con esa especie de parodia western en un tono medio raro, pero justo eso lo hizo divertido.


Off The Road (México, Estados Unidos, 2020), Dirección: José Permar. Guión: José Permar. Producción: Zero Chills, Tardígrada, Imcine. Fotografía: Ernesto Trujillo. Sonido directo: José Villanueva Arias. Diseño sonoro: Alain Muñiz. Edición: Felipe Guerrero. Música Alberto Romero / Inalcanzables de La Baja.