'El Halcón: sed de venganza' de Eduardo Valenzuela: luchadores en clave de videohome

Esto pasó hace algunas décadas: la trágica Noche de las máscaras tristes interrumpió la actividad de los luchadores como custodios de la justicia en Tijuana. En un acto público estremecedor, El Halcón, líder de los gladiadores, se quitó la máscara y así terminó ese tiempo dorado de héroes.

Años después, El Halcón es dueño de una taquería que atiende con su hijo Pancho. Y entonces los fantasmas del pasado regresan y obligan a encarar dilemas: ¿es momento de desempolvar las máscaras? ¿Todavía alcanza el cuerpo para volar y luchar? ¿Deben regresar los luchadores, para enfrentar la inseguridad de una ciudad asediada por el narco? 

En su ópera prima, El Halcón: sed de venganza, Eduardo Valenzuela propone una reelaboración del cine de luchadores. Con un pie en la tradición de las películas clásicas de luchadores y con el otro asomándose en las historias de superhéroes contemporáneas, hace un ejercicio de acción, nostalgia y humor negro, que aspira a ser una trilogía. Ahora podremos ver la primera entrega: el regreso de El Halcón, listo para recuperar la justicia y la tranquilidad de los tijuanenses.

El Halcón: sed de venganza tendrá su estreno a partir del 29 de febrero en salas comerciales del país. Eduardo Valenzuela nos contó sobre esta apuesta por la acción.  

 

 ¿De dónde viene la idea para filmar El Halcón?

Desde chico recuerdo que en las salidas de vacaciones, en los hoteles había cable y buscaba las películas de El Santo. También en casa veía las funciones de viernes de la noche de Capulina vs Aluxe.

Los luchadores eran héroes para los niños mexicanos, y eso retomo en El Halcón. Bajo el contexto actual sólo tomas un celular y encuentras a los héroes de hoy en día, como los Avengers y este mundo que nos ha vendido Hollywood; para mí, mis ídolos eran los luchadores y eso sucede en la película: se reinventa un héroe, en un contexto de lucha libre, tacos y violencia o criminales, aunque en el subtexto está la comedia y desafortunadamente el narcotráfico. 

Encuentras este universo de un padre que perdió a su hijo por un secuestro e intenta recuperarlo repartiendo chingadazos por todo Tijuana.

 

Hemos tomado a los luchadores como un fenómeno surrealista y fársico, pero tú propones un superhéroe casi trágico, sin caricaturización total. Se relaciona con historias como Watchmen de Alan Moore o algún momento de Spiderman en Civil War ¿Cómo imaginaste el tono de tu película?

Quería que fuera una película auténtica, y es por el antecedente de la compañía de medios que fundé en México, Vice, que para mí es una escuela donde aprendí que la autenticidad es lo más importante, tener una substancia verdadera en tu relato.

Hace dos años que escribí este guion, antes fui al centro, a una torería famosa del Muñeco y platicamos; tomé clase de lucha libre por un mes y soy malísimo, la verdad. Pero me clave en la historia y eso la hace auténtica. Para mí eso es la vida, putazos y comedia o tragedia, nunca lleva un solo ritmo. 

Igual, sabes las pelis del Santo, algunas pueden parecerte malísimas y otras son chingonsisimas, hay de todo. A veces se ve falso, pero ellos se la creían. Y es cierto hay cierta actuación en la lucha libre, pero también es real: si se pegan o se caen, pues se lastiman. Daniel Ortiz, el Halcón original, ya no camina bien por algunos golpes.

No es algo falso, la lucha libre es real. Ese tema fársico, lo percibimos por las películas a las que nos ha acostumbrado Hollywood. 

 

¿Qué te dio Tijuana para que ahí encontrarás el hogar de El Halcón?

Soy del norte y bueno para mi ópera prima siempre consideré hacer algo en el norte. Además, Tijuana es un burbujeo de cosas y cultura impresionantes. Decidí hacerla allá porque conozco el lugar, tras realizar documentales y entrevistas. Esos trabajos me conectaron con la industria del videohome tijuanense, platicamos sobre su financiación con productores de este estilo y se aventaron conmigo a hacer el proyecto. 

Entrevisté al productor Oscar López para saber con cuánto dinero podríamos concretar la película. Y no se necesitaba mucho, porque los respalda su trabajo. Ellos se hicieron millonarios porque en los ochenta le vendían sus dvd a los migrantes. Ahora tienen complicaciones por las plataformas digitales, pero siguen trabajando. 

Son buenísimos porque te producen una película en tres días o catorce, es muy interesante cómo han crecido. Después de platicar con Oscar valoré mis opciones y le puse más creatividad al guion, todo se renovó. Yo le llamo a esta experiencia como un “videohome con esteroides”.

 

Sobre tus actores, destacan Guillermo Quintanilla e Ianis Guerrero, también Ana Jimena Villanueva. ¿Por qué los eliges a ellos? 

Con Guillermo trabajé en la serie El candidato y me parece impresionante como actor. A todos les bajé la luna y las estrellas, que la producción era robusta y los enamoré a todos. En Tijuana no había ni camerinos y todos le entraron parejo, porque Ianis está acostumbrado a comer sushi y en el catering había tacos. a Ana Jimena la vi en Las bravas, la llamamos al casting y la química fue al momento. Trabajamos en familia y ellos reconocieron que, aunque no había gran presupuesto, si tenía pies y cabeza el proyecto.

Yo como director doy libertad a la improvisación porque creo en la creatividad de la gente. Si ellos interpretan a mis personajes, saben cómo encararlos, o darles color y vida. Porque las películas que triunfan, son en las que hay colaboración. Yo no sueño con llegar a Hollywood y ganar millones; soy rebelde y las jerarquías hollywoodenses no van conmigo, quiero seguir grabando en México y crear historias auténticas.

 

‘El Halcón: sed de venganza’. Dir. Eduardo Valenzuela

 

Yo sé que no se deben lanzar spoilers, pero en términos generales podrían contarme: ¿Hacia dónde irá El Halcón? Sé que planeas una trilogía

De hecho ya terminamos el guion de la segunda película, que escribimos Juan Pablo [Cháirez] y yo. En la primera parte contamos la historia del padre y del hijo, se creó este lazo de admiración entre ellos. Vamos a ver qué sigue. 


 

Así como ocurre con el Universo Cinematográfico Marvel, con El Halcón propones un universo en clave del videohome de Tijuana

Es una mezcla de cine de bajo presupuesto y creatividad. Cualquier persona puede hacer una película con dos pesos, porque si quieres hacer cine lo vas a hacer.

Hay que apostar a otras historias, porque el público se aburre de comedias románticas. La gente quiere contenido nuevo, historias que les permitan recrearse, que ya no se trate de estas películas en que los personajes se quedan en el altar o que se ponen el cuerno… Ya basta, se estiró la liga y pues a darle al cine mexicano.

 

El Halcón. México. (2023). Dirección: Eduardo Valenzuela. Guion: Eduardo Valenzuela y Juan Pablo Cháirez. Producción: Eduardo Valenzuela, Armando Kuroda, Morgan Mason, Gabriel Stavenhagen, Luis Roberto Peréz y Amaury Vergara. Compañía productora: United Content. Edición: Patricio Marín. Fotografía: Jorge Román. Música: Rodrigo Dávila. Elenco: Guillermo Quintanilla, Ianis Guerrero, Said Sandoval y Ana Jimena Villanueva.