Laboratorio de lo Invisible: experimentar con otras miradas

Entrevista con Moisés García, coordinador de Laboratorio de lo Invisible

 

¿Cómo miran las personas ciegas? ¿Hay oscuridad, o un relampagueo de luces, colores, sombras que se presienten, recuerdos que van y vienen entre penumbras? Esas miradas son misteriosas, y ese misterio es el que se indaga en Laboratorio de lo Invisible, proyecto que tiene su germen en Puebla y busca potenciar las miradas de quienes carecen de visión.

Laboratorio de lo Invisible es un proyecto de talleres, experimentación y producción audiovisual con personas ciegas o débiles visuales, creado en 2017 y derivado de Cine para imaginar, proyecto que tiene más de una década y que busca la accesibilidad para ciegos y sordos.

Este proyecto, apoyado por el EFAI, ha sabido extender su labor a otros estados de la República Mexicana, hasta llegar incluso a otros países del continente. Y lo hacen desde una didáctica del acompañamiento, de la creación de comunidades que tienen en su centro todas las miradas posibles: sobre todo las que se comparten y se expanden desde distintas experiencias audiovisuales.

Platicamos con su coordinador, Moisés García, sobre este ejercicio que ha convertido lo insólito en una práctica necesaria: dar la mirada y la voz de la mirada a aquellos que carecen del sentido de la vista. 

 

Laboratorio de lo Invisible surgió en Puebla. Cuéntame sobre el origen de este proyecto. Antes necesitamos retroceder al proyecto Cine para Imaginar, fundado por Jorge Lanzagorta, un joven ciego de Puebla y futbolista destacado en el equipo Topos, seleccionado nacional de las Olimpiadas, con varias medallas y una historia fascinante. A través de sus esfuerzos se ha logrado hacer que el cine mexicano sea accesible para personas ciegas, desde las audiodescripciones.

Este proyecto tiene unos doce años. Con el tiempo, Dana Albicker, inspirada por el trabajo de accesibilidad al cine mexicano, fundó el Laboratorio de lo Invisible, que apuesta a que cada persona, a través de la experimentación audiovisual, pueda construir sus películas. Es la diferencia con Cine para Imaginar, que se centra en la accesibilidad. Con esta iniciativa, cada persona, ya sea con discapacidad o sin ella, pero siempre en equipo, empieza a producir sus propios trabajos.

Laboratorio de lo Invisible tiene unos seis años y ha realizado numerosos talleres y proyectos. Ha recorrido alrededor de doce estados de la República. El trabajo se ha recibido con mucho cariño y de hecho, hemos recibido invitaciones para continuar trabajando en diferentes lugares.

En el marco de estos esfuerzos llegamos al EFAI. Este Se alinea con lo que llamamos "expansión social" o "sociedad expansiva". 

Cortesía: Laboratorio de lo invisible

¿Cómo reelaboran los ciegos y los débiles visuales la creación audiovisual, una actividad que les parecería negada? 

Las personas ciegas de nacimiento también construyen imágenes. ¿Cómo lo hacen? Ésta es la apuesta del Laboratorio de lo Invisible: identificar cómo experimentan visualmente.

Cuando nos reunimos, la construcción de la imagen de una persona se comparte con el grupo. Otro del grupo puede coincidir con esa perspectiva. Así se desarrolla el diálogo. Surgen muchas perspectivas que las personas con ceguera o baja visión no tenían en cuenta antes, o que no lo habían compartido de manera abierta. Esto permite explorar nuevas perspectivas, que influyen en su forma de sentir y vivir la vida.

Por ejemplo, una persona puede expresar: "Dicen que vemos en negro pero hay un montón de luces que percibo todo el tiempo". Otra persona puede compartir, "Mi imagen va en gris, hay días y horas en los que cambia la luz". Los colores y las texturas emergen y se exploran, nos permiten acercarnos y comprender lo que sucede en la vida cotidiana. 

Estas experiencias deben propiciar grupos muy cercanos, de convivencia intensa. ¿Cómo es esta idea en la que crear imágenes funciona para crear comunidades?

Nos han invitado a identificar y asignar valores a las personas desde una perspectiva médica. Pero esta perspectiva nos impide tener encuentros reales y comunitarios. No estoy sugiriendo que eliminemos el derecho a la salud o el ejercicio de ese derecho; más bien, queremos situar la perspectiva médica en su lugar necesario.

Los encuentros ocurren gracias a la disposición de superar esa perspectiva. Estas comunidades se han agrupado históricamente, practican y dan significado a sus experiencias. A menudo se les etiqueta de "cieguito" o "sordito", pero exploramos más allá y nos damos cuenta que está sucediendo algo significativo en su interior. Parte del trabajo que realizamos tiene sus raíces en el amor. Esta perspectiva ha generado cohesión en los lugares que hemos visitado. 

También es importante asumir nuestras prácticas, mirarnos no solo el ombligo, sino identificarlo y decir, "Sí, esto soy, esto estoy haciendo. ¿Qué sigue?". Así han surgido numerosas posibilidades. Nuestro trabajo en Zoom está disponible en nuestra página web, llamada Practicaexpansiva.lol. Este nombre refleja nuestra capacidad para reconocer nuestras propias prácticas, abrir la puerta a las prácticas de otras personas y comunidades. 

¿Cuántos integrantes tenía el grupo inicial en Puebla, y de qué contexto provenían? Y ahora, ¿cuál es el perfil de las comunidades que se han formado en los otros estados? 

Comenzamos en Puebla y contábamos con unas doce personas. Una constante en nuestro trabajo es que la vida de las personas con discapacidad demanda una programación distinta, por los desafíos que enfrentan. Para realizar actividades básicas, como llegar a un punto específico, deben calcular tiempos, considerando que dos camiones no les hagan la parada. Este tipo de situaciones exigen una planificación cuidadosa. 

Caminar con un bastón también impone obstáculos en su ruta, objetos colocados en el espacio público, o autos estacionados en la banqueta. Esto puede resultar en interferencias y altera drásticamente sus dinámicas. Como resultado, al inicio de los talleres notamos que la asistencia de las personas disminuía. Apostamos por un seguimiento constante, mantener una comunicación continua por medio de llamadas y mensajes de texto. Cuando alguien falta, no lo damos por perdido; mostramos interés y apoyo, preguntamos si está bien y ofrecemos soluciones en caso de que no pueda asistir.

“Laboratorio de lo Invisible” proporciona un espacio basado en la comprensión de lo que sucede cotidianamente. Este esfuerzo inició en Puebla y se expandió con mucho respeto, disposición y consideración.

Esta práctica se extiende a otros estados. En los encuentros programados en el laboratorio en Zoom participan personas de otros países como Lorenzo Morales, un fotógrafo chileno. También tenemos participantes de la Ciudad de México, Oaxaca y otros estados. Lanzamos convocatorias presenciales y en línea, y ofrecemos actividades como proyecciones de películas con accesibilidad y adaptaciones para la audiencia. Este enfoque nos permite mantener la vinculación, uniendo a personas de diferentes lugares y, al final, construyendo conexiones que reflejan la diversidad de la vida misma.

Otros proyectos generan cortometrajes, animaciones, documentales. Quería saber si Laboratorio de lo Invisible ha creado este tipo de materiales. 

Hay dos bloques de trabajo con el EFAI. En el primero empezamos con Rosario, una persona que se asume dentro del espectro autista. Ella trabajó en asuntos literarios, centrándonos en narrativa, poesía, crónica, escritos y cartas. Las personas comenzaron a asumir posiciones en propias historias, eligiendo qué relatos trabajar.

Luego, con Erika Bernal, de Teatro Ciego MX, hicimos talleres de teatro y dramaturgia. Las historias seleccionadas se trabajaron en estos talleres. Continuamos con Omar, una persona ciega de Puebla especializada en accesibilidad auditiva y programas de edición. Él edita utilizando comandos y un lector de pantalla, así crea paisajes sonoros para sus historias. Estos trabajos se dirigieron luego a la fotografía de Pintado con luz, impartida por Jorge Lanzagorta. En este espacio surge una dinámica fascinante: la luz revela el fondo, la profundidad, los colores y las desigualdades. Cuando apagamos la luz se crea un completo oscuro. Las personas que vemos nos sentimos desorientadas y las personas con ceguera o baja visión dicen: "Este es nuestro mundo", se desplazan con facilidad y se orientan de manera única en la oscuridad. A partir del pintado con luz de Jorge, muchas historias se materializaron en fotografías impresas en gran formato. 

Con el segundo bloque del EFAI nos enfocamos en mapear la práctica de fotógrafos ciegos en el país. 

Creamos podcasts y algunas historias se transformaron en cortometrajes, como el de Sonia, que aborda aspectos como la pasión, el amor y la sexualidad. Nos enfocamos en construir el proceso de formación, que es el objetivo del EFAI. En nuestro caso, estos procesos se concretaron en piezas como fotografías en gran formato, hasta el mapeo, los podcasts y los cortometrajes.

¿Hacia dónde se dirige el Laboratorio del Invisible? 

Necesitamos considerar a las personas que están en puntos distintos y distantes; debe haber formas de volver a conectarnos. Hay algunas ideas que representan hacia dónde vamos, expresadas en hashtags: #VincularNoRepresentar o #AcompañarNoTutelar. Esto permite tener un horizonte claro, siempre desde la disposición para el encuentro. Gracias a los esfuerzos del EFAI, hemos logrado alcanzar diversas posibilidades. El Laboratorio del Invisible seguirá sucediendo siempre que mantengamos esta disposición y lo hagamos desde la transparencia.

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