‘Perseverancia: un ensayo documental sobre Tomás Sánchez’, de Juan Carlos Martín: paisajes espirituales

Hay bosques, cascadas, valles, lagos imperturbables. Podrían ser de Cuba, el país natal de Tomás Sánchez, pero también podrían estar cercanos al Río Hudson o Bruselas, de donde vienen sus influencias. O de México, o de Costa Rica, sus lugares de residencia. Lo más probable: los paisajes que pinta Sánchez provienen de su espíritu, de ese equilibrio que ha adquirido entre la observación externa y la contemplación de su interior. Y este ejercicio, tan ensimismado como de curiosidad por la Naturaleza, es lo que retrata Juan Carlos Martín en su documental Perseverancia: un ensayo documental sobre Tomás Sánchez.

Biografía de vida pero sobre todo, biografía creativa: esto realiza Juan Carlos Martín en Perseverancia...: desde el expresionismo caribeño de las primeras búsquedas de Sánchez, a los basureros que incomodan por su horror y su sugestión; del oficio obligado de titiritero al moroso detalle del paisaje metafísico.

Perseverancia: un ensayo documental sobre Tomás Sánchez, película filmada en Costa Rica, Mexico, Estados Unidos, Cuba, Países Bajos y Bélgica, y que contó con un nutrido grupo de artistas, entre los que sobresalen las cámaras de Emilio Valdés y Federico Barbabosa, tuvo su estreno en el 22° Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y pronto se presentará en la sección Hecho en México de la edición 20 de DocsMX. Y a partir del 6 de noviembre será su estreno en salas comerciales y culturales del país.

Juan Carlos Martín nos cuenta la experiencia de registrar el arte, el espíritu, la mirada, de un pintor cubano que desde su obra también logra ser universal.

 

Perseverancia: un ensayo documental sobre Tomás Sánchez, dir Juan Carlos Martín

¿Cómo llegas a Tomás Sánchez? ¿Qué te hizo pensar en él como personaje para un documental?

Mi papá fue una figura clave para que Tomás pudiera salir de Cuba, a finales de los ochenta. Desde entonces establecieron una relación de trabajo y amistad. Mi papá fue uno de los agentes más importantes en el impulso de la carrera de Tomás, porque una vez fuera de Cuba, se dedicó a mover su obra por todos lados, a conseguirle una casa donde pudiera pintar y a construir un espacio para crecer.

Antes hice dos películas sobre Gabriel Orozco y me interesaba el contraste: tras haber retratado al artista conceptual más importante de América Latina, ahora el reto era retratar a un paisajista. Me intrigaba la diferencia entre el arte conceptual y la pintura tradicional, y cómo podía traducir eso con Tomás.

Además, retratar a un artista también es una forma de reflexionar sobre uno mismo, de verse y entenderse mejor. Para mí, hacer una película tiene mucho de psicoanálisis, de terapia; es un acto de autoconocimiento.

 

Tomás Sánchez está acostumbrado a los medios; sin embargo, en Perseverancia… se convierte en el eje absoluto de la historia. ¿Cómo asumió ese papel protagónico?

Tomás se toma la vida con mucha suavidad, con una calma que tiene mucho que ver con su práctica de meditación. Es alguien que entiende los ritmos de la vida y tiene el ego muy bien colocado, muy equilibrado.

Vivió el proceso de la película con alegría. Estaba contento de que hiciéramos este documental, y poco a poco me fue abriendo las puertas de su historia, de sus amigos y su universo.

Que alguien llegue y quiera hacer un documental sobre tu vida, sobre tu obra, también tiene algo de halagador. Y cuando hay confianza y comodidad entre ambas partes, todo se abre de una manera distinta.

 

Perseverancia... tiene una riqueza visual notable: desde collages de luces y carreteras hasta tomas contemplativas de bosques y mares. Trabajaste con los cinefotógrafos Federico Barbabosa y Emilio Valdés. ¿Hubo una influencia de Tomás en ustedes al filmar? ¿Cómo fue la relación entre pintor y cineastas a nivel creativo?

Era el universo de Tomás influenciándonos a todos. Cuando entendimos su interés por el paisaje, la espiritualidad y la naturaleza, eso nos contagió profundamente.

Fue interesante trabajar con los dos fotógrafos. Con Federico Barbabosa he trabajado por más de 35 años; esa confianza me permite sentirme libre al momento de entrevistar, sé que él entiende lo que estoy buscando. No solo es mis ojos, en cierto sentido también es mi corazón.

Emilio es artista de origen: comenzó su carrera en el arte, y lo que no encontró allí lo encontró en el cine y la publicidad. Esta película le fue significativa, porque había dejado de lado su carrera artística, y ahora está por publicar un libro de artistaEse regreso tiene mucho que ver con el proceso que vivió durante la película, que despertó en él las ganas de volver a crear arte.

Rodearme de un equipo tan especial también me hizo pensar en cómo concibo el documental. No me interesa que sea una sucesión de cabezas parlantes; me importa que las imágenes tengan un aire poético, que conecten con la obra del artista.

A veces filmas luces rápidas, sin saber qué papel jugarán. Pero cuando Tomás habla de la luz, entiendes que hay una conexión entre su universo espiritual y mi universo cinematográfico. No estás ilustrando su pintura literalmente, sino un concepto más profundo: la luz como camino, como presencia divina, como energía que sostiene nuestro sistema planetario. Iluminarse tiene que ver con alcanzar una paz interior, una tranquilidad espiritual.

Son cosas que descubres en el camino. Por ejemplo, me enteré que Tomás nació en una comunidad llamada Perseverancia. No lo sabía, y me pareció mágico. Esa palabra conecta con su obra, que está hecha de paciencia, de detalle. Solo verla cansa, por todo el trabajo que hay detrás.

 

Perseverancia: un ensayo documental sobre Tomás Sánchez, dir Juan Carlos Martín

Además de artista, Tomás Sánchez es un pensador que reflexiona sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza. ¿Cómo entiendes la actualidad de su mensaje en este momento que los temas ambientales son tan urgentes?

Vivimos en un mundo que está hecho para el exterior, donde todo sucede en las redes sociales. Las amenazas globales nos abruman constantemente: la guerra en Palestina, el conflicto en Ucrania, el genocidio en Sudán y tantas otras crisis que se convierten en espectáculos diarios.

Lo que aprendí de Tomás es que, en la medida en que uno va hacia adentro, es más fácil que el miedo no se apodere de ti. Como se dice en la película: hay dos experiencias posibles: sentir la paz y la conexión con el entorno, o sentir el abandono, la violencia, el ciclo crudo de la vida. Ambas están ahí, lo importante es cómo te sitúas frente a ellas.

También me gusta que la meditación te coloca en el presente. Esa idea de respirar, de inhalar y exhalar, es algo que Tomás ha practicado por más de sesenta años. Él ha aprendido a habitar el presente, y eso te permite evitar la culpa del pasado y el miedo al futuro.

 

Después de ver Perseverancia..., uno queda con ganas de conocer más sobre Tomás Sánchez. Y creo que eso abre una reflexión importante: la necesidad de acercar al público a artistas contemporáneos. ¿Es una línea que te interesa seguir explorando en tu carrera, retratar a estos creadores que marcan nuestro presente?

No estoy cerrado a volver a retratar a un artista. De hecho, entrar en esos universos siempre me ha resultado fascinante. En la medida en que uno se adentra y conoce, he tratado de buscar maestros en mi vida, personas que me enseñen cosas.

Gabriel Orozco fue uno de esos maestros. Me enseñó sobre la sencillez, sobre la poética de la realidad, sobre los objetos encontrados. Su mirada parte de lo más sencillo, y eso me marcó profundamente.

Con Tomás, la enseñanza fue distinta. Su idea de la paz interior, que atraviesa la película, me tocó mucho. Siento que la película termina con Tomás meditando frente a un mar tranquilo, como una metáfora de cómo ha logrado lidiar con sus propios demonios de una forma creativa, lúcida y luminosa.

 

Perseverancia (México, 2025). Dirección: Juan Carlos Martín. Producción: Gustavo Ángel. Cinefotografía: Emilio Valdés y Federico Barbabosa. Diseño sonoro: Matías Barberis y Valeria López Mancheva. Música: Andrés Sánchez Maher y Gus Reyes. Participan: Tomás Sánchez, José Bedia, Tania Bruguera, Edward Sullivan, Gustavo Pérez Monzón, Ramón Cernuda, José Manuel Fors, Zacarías Martín, Carol Damián.