Con ¡Qué huevos, Sofía!, Carlos Santos recupera esta forma muy personal de concebir el cine comercial: apostándole a temas y formas narrativas que atraiga a las audiencias, pero añadiendo ese toque perturbador que hace de Sofía (como antes ocurrió con la Fátima de Señora Influencer) una mujer de marcados claroscuros, que transitan entre la ambición y la neurosis, la adicción y la fortaleza.
Con un elenco que encabezan Giovanna Romo y Sergio Mayer, a quienes acompaña un atractivo ensamble, con Liliana Arriaga, Ricardo Peralta, Yanet García, ¡Qué huevos, Sofía! arranca en el humor para intentar emprendimientos más ambiciosos: el de una comedia inteligente que atraiga a las audiencias.
¡Qué huevos, Sofía! estrena en febrero de 2025. Carlos Santos platicó con nosotros.
¿Cómo empezaste a imaginar ¡Qué huevos, Sofía!?
Era la primera película que iba a hacer, pero en estos años el guión ha cambiado. El interés inicial era retratar la lucha del individuo contra el sistema capitalista. Estamos endeudados, no tenemos buen balance entre la vida personal y la laboral, encontrar calidad de vida es cada vez más difícil. Quería hacer una película de una persona que el sistema la tenía bien acomodada y de pronto decide saltarse las reglas y conseguir lo que merece. Me pareció interesante que fuese mujer y que no está buscando el amor, que es una constante en el cine comercial.
Estás haciendo comedia, pero siempre metes un elemento perturbador. Fátima de Señora Influencer tenía unos arranques psicópatas que trascendían la comedia. Aquí, con Sofía, le agregas un problema de carácter que hace una película incómoda. ¿Qué tanto experimentas con el género?
Si tienes una comedia donde los arcos dramáticos son banales y nada más estás pasando de chiste en chiste, la gente no va a mantener la atención; tienes que darle profundidad, que el personaje atrape al espectador y quieras saber qué le va a pasar. También creo que el cine en México está muy polarizado, en un extremo están las comedias comerciales sosas, y luego hay un cine de arte que no consume la población. Creo que hay una oportunidad entre esos dos polos: un cine que pueda cautivar al público, y que ofrezca mayor profundidad.
Del 2000 al 2019 hubo cierto tipo de comedia que funcionó en taquilla y que estandarizó lo que significaba una comedia mexicana. Esas fórmulas, después de la pandemia, tampoco están llenando las salas. Tenemos que buscar una nueva propuesta, que cautive las masas. Experimentar nuevos productos de cine comercial.
En ¡Qué huevos, Sofía! destaca el trabajo de Giovanna Romo. Pienso que con Mónica Huarte y Señora Influencer era más sencillo pedirle que delirara, acá el reto es que Sofía existe desde la contención. ¿Cómo crearon al personaje?
Si piensas en Señora Influencer con otra actriz no te da, es producto del DNA de Mónica. En el caso de Giovanna, también fue una cosa de intuición. La había visto haciendo comedia en Backdoor y la vi en su reel llorando y que tenía otras capas. Yo buscaba este personaje: que fuese guapa pero que también la pudieras imaginar explotada en su trabajo. Fue muy grato trabajar con ella, conocer su capacidad actoral, que le dio muchas capas a Sofía, tenía realismo y calidad en la actuación, a todos nos sorprendía en el set.
Alguien dijo que el 90% de dirigir es el casting: si tú haces bien el casting estás del otro lado. No tengo recuerdos de darles indicaciones muy puntuales, sino que se tomó la decisión correcta en el casting y fue soltarla y que hiciera su trabajo en el set. Creo que fue intuición y fortuna.
¿Y el resto del casting? Sobresale Sergio Mayer como antagonista, pero vienes acompañado de gente interesante: Liliana Arriaga hace un personaje que no le conocíamos, Yanet García tiene un buen arco dramático. Es un ensamble con el que consigues cosas interesantes.
Una vez que tienes tu personaje dramático, los demás hacen la película digerible y entretenida. Aquí la estrategia comercial fue buscar personas populares, estrellas que vistieran la película y generar la comedia, excepto Sergio Mayer, que daba el tono grave. Se ve como un producto no convencional porque tienes a estos actores. Es invitar a a las masas a que vayan al cine a ver un producto distinto. El chiste es crear un cine sustentable, por eso busco nuevas fórmulas, para llegar a nuevos resultados.
Así como existen las chicas Almodóvar, ¿ahora con Mónica Huarte / Fátima y Giovanna Romo /Sofía, estarás creando a las chicas Carlos Santos?
Fue coincidencia. Sí me parecen más interesantes las protagonistas femeninas, pero no es regla. La siguiente película que estoy editando no tiene una protagonista femenina. Pero me siento muy contento de tener dos películas con dos personajes femeninos que sobresalgan.
¿Seguirás haciendo comedia?
Es uno de los dos géneros que funcionan en taquilla, junto con el horror. Mi misión es que el cine sea sustentable, que no tenga que estar subsidiado y que la industria crezca. Pero también ha pasado de forma involuntaria. No pienso tanto en géneros: de repente sabes que esto es comedia, pero prefiero no pensar en qué género es y hasta que filmo me doy cuenta. Esto permite que se den cosas frescas, que no te condicionen los cánones de un género.
Intento pensar más en situaciones estimulantes, y de repente encuentras comedia donde pensaste que no iba a haber, así como encuentras cosas perturbadoras donde no pensaste que lo iba a ver.
Tengo la impresión de que el cine mexicano comercial se está moviendo, aunque sea por agotamiento, hacia otro lado. ¿Qué piensas de lo que ves y platicas?
Espero que se genere un momentum y se recupere la confianza en comprar un boleto de cine mexicano. A veces pasa que vamos creando este momentum y de repente salen dos películas muy malas y la gente pierde la fe; por lo menos siento que las distribuidoras se están cuidando y eso ayuda a que la reputación de nuestro cine mejore en audiencia. Ojalá se sigan cuidando los productos que salgan y vayamos generando más confianza.
Tengo claro que estoy en el negocio de vender boletos de cine, entonces siempre me pongo a producir o a escribir pensando en cómo lograr que más gente vaya a las salas. Por ejemplo, antes de la pandemia, nueve de cada 100 boletos eran para una película mexicana, teníamos el 9% de la taquilla. Hoy estamos al 4%, entonces veo como una misión que ese número crezca y que logremos grandes audiencias.
Imagínate qué padre sería tener una industria, que uno de cada tres boletos es para el cine mexicano. Estaría padre que hubiera un nuevo Cantinflas, nuevas opciones, un futuro donde tengamos un cine que es el 30% de la taquilla; eso se traduce en cultura, en identidad, transforma un país.
Si nada más consumimos lo que dicen los gringos, estamos sentenciados a sus historias, a sus ideas, no nos vemos en el espejo. Cuando el cine surge también cambia la dinámica social y fortalecemos nuestra identidad.
Mi objetivo a largo plazo es participar de este crecimiento.
¡Qué huevos, Sofía! (México, 2025). Director: Carlos Santos. Guion: Ingrid de Lasse, Carlos Santos, Daniel Weisberg. Productora: Fernanda Meza. Productores ejecutivos: Carlos Santos, Fernanda Meza, Miguel Rivera, Carlos Castillo y Abraham Castro. Compañías productoras: Sastre Films, Cinépolis Distribución. Cinefotografía: David Trejo. Diseño de producción: Christian Hernandez Rico. Maquillaje y peinados: Yanel Rogo. Vestuario: Atzin Hernández. Música original: Esperanza de Velasco y Josefa de Velasco. Diseño sonoro: Micky Sierra. Reparto: Giovanna Romo, Sergio Mayer, Liliana Arriaga, Yanet Garcia, Priscila Arias, Ricardo Peralta, Carolina Benrey, Alejandro de la Madrid, Issabela Camil, Francisco Rubio, Emmanuel Orenday, Camila Romeo, Catherine Lopez.