En este ejercicio de cine de bajo presupuesto, el llamado de guerrilla, Omar Velasco realiza en Retrato familiar un thriller angustioso y no exento de ironía: propone una jornada de agresiones y misterios, pero también una confrontación con la “mujer bien” que ha sido Paula toda su vida.
Retrato familiar tiene su estreno en septiembre de 2023, en diversas salas del país. Platicamos con el director Omar Velasco y el productor, guionista y actor Frank Rodríguez, quien desde Lylu Films detona un cine independiente en el Occidente de México.
Retrato familiar abre con el aviso de que está basada en un hecho de la vida real. Al principio no tiene importancia, pero los hechos de violencia se precipitan y queda la pregunta de qué tanto se tomó realmente de la realidad.
Frank Rodríguez (FR): Hay una familia que, por contrato, no podemos mencionar quiénes son. Amigos de unos amigos nos contaron esta historia. Lo que viste en la película es un 60% de lo que sucedió: este secuestro por individuos vestidos de negro y muy cultos. Pero muchos giros de tuerca están relacionados con cosas personales y aportaciones del director, sobre todo el último giro de tuerca, que al principio no me parecía pero debo admitir que Omar tuvo la razón.
En Retrato familiar realizan una radiografía de las clases altas. Hay ejemplos recientes de su violencia, como Nuevo Orden o El hoyo en la cerca. En Retrato familiar se hace evidente cuando la protagonista dice que no se casó con un hombre, sino con un perfil.
FR: En casos cercanos a mí he notado que al menos un 85 % de estas mujeres de clase alta se casan por cuestiones de estatus. Esto me hizo reflexionar sobre las cualidades de un matrimonio. Queríamos representar estos tipos de uniones que están orientadas por beneficios económicos, más que por la felicidad o el bienestar emocional.
Omar Velasco (OV): Me parece una de las cosas más atractivas de la película. Tanto Frank como yo tenemos la fortuna de contar con amigos en distintos ámbitos sociales en Guadalajara. Ahí notamos que las víctimas de estos tipos de violencia prefieren no hablarlos. Esto refleja una realidad que a menudo es complicada de plasmar.
También está relacionada con la percepción del valor masculino. Es una manifestación del machismo, un componente fuerte en estas clases sociales. En cierto sentido, semeja una estructura monárquica: el hombre poderoso debe acompañarse con una mujer que se ajusta a ciertos parámetros. También, estas mujeres buscan a un hombre que tenga poder económico, político y social. Es el elemento que completa el panorama.
La mayoría de las veces, las relaciones de violencia se mantienen en secreto: "la ropa sucia se lava en casa". En cambio, las tragedias de personas desfavorecidas a menudo son expuestas en los medios. La gente de las clases altas suele pensar que están a salvo de estas situaciones, pero nadie está exento. Este trasfondo me parece muy interesante para una historia.
Prácticamente toda la película recae en los hombros de Carla Hernández, quien interpreta a Paula. Tiene momentos muy intensos, lo que ella hace en la película es realmente fuerte. ¿Cómo trabajaron con Carla, para mantener esta intensidad en su actuación?
FR: Quiero resaltar que esta fue la primera producción a nivel nacional que recibió el permiso para filmar en tiempos de pandemia, a pesar de todas las restricciones. Teníamos estrictas medidas de seguridad, para evitar que alguien se enfermara. En el set teníamos que mantener la distancia y esto implicaba la coordinación de roles y ubicaciones, asegurarnos de dónde se encontraba el director y el asistente, ya que las circunstancias podían cambiar en un instante. En el momento del rodaje debimos superar esa barrera, lo que requería un gran esfuerzo por parte de todos nosotros.
OV: Fue un rodaje desafiante. El crew no podía exceder las 15 personas, entonces tuvimos que abordar múltiples responsabilidades.
En cuanto al tema actoral, tuvimos la suerte de contar con Karen Alvarado, quien ocupó el papel de coordinadora creativa. Ella estuvo muy atenta durante todo el proceso, desde los ensayos hasta la creación de la atmósfera adecuada para la filmación.
Con Carla Hernández trabajamos arduamente desde los ensayos. Tuvimos la suerte de no tener limitaciones de tiempo en la preproducción, esto nos permitió conocer las locaciones, visualizar dónde entrarían y saldrían en cada escena. Sabíamos que la película estaría muy cerca de la estética del cine vérité, con la cámara cerca de los actores, casi como testigo silente. Esto ayudó a todos a sumergirse en la atmósfera de la película, a sentir el agobio del espacio cerrado. De hecho, alrededor del 70% de la película se desarrolla en el mismo espacio, lo que permitió que los actores sintieran y transmitieran adecuadamente esa sensación de claustrofobia y tensión.
Más allá de rodar con los protocolos obligados por la pandemia, me gustaría ahondar en el aspecto creativo. ¿Qué retos creativos se presentaron, para lograr esta historia?
OV: Mantenernos fieles a la verdad era un reto especial. Debíamos evitar que los personajes se convirtieran en caricaturas y acercarnos a géneros como el terror o el horror. El retrato de los personajes, en particular de estas dos mujeres, debía sentirse genuino. Era crucial que hablasen y actuasen de manera natural.
Desde el guion hasta el trabajo en el set, buscamos que cada detalle contribuyera a esa sensación de veracidad. Quería que el retrato de las protagonistas reflejara autenticidad, que sus diálogos sonaran como lo harían en la vida real.
En cuanto a la actuación del esposo, Diego, fue un reto crucial. Necesitaba que transmitiera esa dualidad de hombre poderoso y otros matices de su personalidad. La elección de Salvador Zerboni para el papel fue acertada: es un actor versátil capaz de transmitir una amplia gama de emociones. Su fisionomía y expresiones faciales contribuyeron a esto.
Fue fundamental el trabajo en equipo para lograrlo, como las decisiones de iluminación y ambientación. Quería que todo se sintiera naturalista, que los actores pudieran sumergirse en sus personajes sin caer en exageraciones. El resultado final es lo que más valoro, ya que logramos transmitir esa autenticidad y cercanía a la realidad. Mi objetivo era que los espectadores sintieran que lo que estaban viendo podría haber sido un documental de la vida real, una experiencia genuina en un contexto tan específico como universal.
¿Cómo enfrentaste este enfoque del cine guerrillero?
OV: Es la mejor universidad que uno puede tener como realizador. En México existen excelentes escuelas de cine, pero lamentablemente no todos tienen acceso a ellas. Esto, paradójicamente, nos brinda la libertad creativa del cine independiente, la viabilidad de ideas audaces, más allá del presupuesto o las posibilidades de éxito.
A nivel personal, encontré la experiencia gratificante. Consideré esta oportunidad como un examen de titulación. Fue un desafío que me permitió explorar, respaldado por excelentes profesionales que compartían esa hambre por el cine.
Cuando Frank, con su extensa trayectoria, me invitó a este proyecto, celebré esa invitación, ya que el proceso proporciona un aprendizaje único. Te das cuenta de las virtudes de crear algo auténtico. Es una experiencia enriquecedora que transforma tu vida y orienta tu carrera hacia el futuro.
Entiendo que Lylu Films es la fuerza que impulsa estos proyectos cinematográficos. ¿Seguirá apostando por el cine de bajo presupuesto?
FR: Lylu Films se creó con la intención de realizar películas arriesgadas, no necesariamente con grandes o pequeños presupuestos. De hecho, en un mes nos encontraremos trabajando en otra película, que también se ajusta a este enfoque. Y Retrato familiar, aunque tiene un presupuesto mayor, sigue manteniendo esta esencia entre guerrilla e indie. Sin embargo, la matriz de la empresa, Homo Sapiens Films, se dedica a proyectos más mainstream. Mi enfoque no es tanto si es independiente o no, más bien hago las películas que me interesan.
Por ejemplo, esta película tiene una distribución comercial importante y también estará disponible en plataformas. Navegar en esta dirección y asociarme con directores como Omar, mientras escribo los personajes que me interesan, me brinda múltiples beneficios desde cualquier perspectiva.
Retrato familiar (tratado) (México, 2023). Dirección: Omar Velasco. Guión: Frank Rodríguez. Compañías productoras: Materia Oscura Cine, Lylu Films, con el apoyo de la Secretaría de Cultura de Jalisco. Producción: Frank Rodríguez, Karen Alvarado. Dirección de fotografía: Omar Velasco. Sonido directo: Paul Coronel. Música original: Pablo Tolentino. Elenco: Carla Hernández, Salvador Zerboni, Frank Rodríguez, Marlene Dipp, Manuel Villaseñor.