Vergüenza, ópera prima de Miguel Salgado, aborda el tema de la violencia del crimen organizado en México como si fuera una tragedia griega o un relato de suspenso de Hitchcock: la fatídica noche de Pedro se extiende a su relación con la familia de su amigo muerto y a la revelación de un país macabro, oculto tras la frágil tranquilidad rural.
Vergüenza consiguió el premio al Mejor Largometraje Narrativo en la octava edición del Houston Latino Film Festival y próximamente se presentará en el Festival Internacional de Cine de Moscú.
Platicamos con Miguel Salgado sobre esta oscura e intensa historia de violencia, suspenso y redención.
Vergüenza es una historia en torno a dos amigos víctimas de la violencia ¿Cómo imaginaste esta historia?
Mis trabajos siempre tienen que ver con problemáticas reales de nuestro país. En 2010 y 2011 hubo dos masacres en San Fernando Tamaulipas y esto me dejó reflexiones sobre la guerra contra el narcotráfico y cómo evoluciona esta ola de violencia.
Entre mis investigaciones encontré que el narcotráfico cometía secuestros para engrosar sus filas de sicarios. Muchos jóvenes llegan por su voluntad, ya que no tienen alternativas de salir de entornos con pobreza extrema; por otra parte están los que contra su voluntad son reclutados e igualmente los entrenan y ordenan.
Parece que las películas sobre desapariciones forzadas tristemente comienzan a formar un género en México, cada cineasta le imprime su tono y sus preocupaciones, y en Vergüenza el sobreviviente transita por el remordimiento ¿Cuál es la visión de tu historia, respecto a este “suspenso moral”?
Mi intención era realizar un thriller que destacará por su dramaturgia y la psicología de los personajes.
Al escribir el guión identificamos patrones de casos de violencia, unidos a los bajos recursos. Con Pedro, el entorno familiar es violento porque el padre abandonó a la familia y la madre es drogadicta; por su parte, su amigo Lucio viene de una familia de trabajadores que quizás tampoco tienen gran solvencia, pero son unidos y conviven con amor.
Abordamos la psique de Padre luego de los acontecimientos violentos y la muerte de Lucio, ahí queda un vacío en la familia de su amigo, donde lo acogen y él siente vergüenza y culpa, porque vive un lugar que no es de él: lo ganó gracias a la violencia y la muerte.
¿Cómo fue la dirección actoral? Pienso sobre todo en la carga que pusiste en tu protagonista, Juan Ramón López…
Meraqui Pradis me ayudó con el casting y me sugirió ver Vuelven, donde aparece Juan Ramón. Hicimos el casting en Oaxaca y nos pareció muy talentoso.
Quise conocer su experiencia de vida y me topé con un chico que había tenido momentos durísimos,que de algún modo se asemejan a experiencias que yo tuve en mi adolescencia. Hablamos de su trabajo con Fátima Toledo, que lo formó para Vuelven y que tiene una alta exigencia de preparación actoral.
Trabajamos arduamente y de hecho vivió conmigo, llegaron momentos en los que Juan Ramón ya no era propiamente él, se convertía en Pedro. Siempre mantuvimos un peso en lo que es la emción, no profundizamos en cosas pasadas del personaje, trabajamos emociones y las llevamos al tono correcto.
Esta película podría haber caído en vicios como el tremendismo o el melodrama; evades estas posibilidades y propones un ejercicio naturalista, casi documental. ¿Cómo logras este tono en Vergüenza?
Debía de ser un tono contenido, porque en la vida real no somos tan melodramáticos. Por lo común guardamos culpas o cosas que nos apenan y afligen. Ahora que tuvimos el estreno en Houston mucha gente me preguntó: “¿es documental?”. Eso halaga bastante,porque el trabajo de puesta en cámara fue cuidadoso y quiere decir que logramos esa expresividad.
Obviamente hay chistes, al momento de realizar mis investigaciones observé que las familias que viven con la pena de tener un familiar desaparecido en efecto sufren y lloran, pero también viven y en momentos llegan a reír. En definitiva la puesta en cámara y el trabajo actoral lograron el tono, con la cámara realizamos planos largos o plano-secuencia para evitar que la emoción se fragmentara.
Ya son casi veinte años del incremento de casos de desaparición forzada. Los testimonios de buscadores, cifras se hacen en trabajos periodísticos que tratan de relucir la verdad, ¿qué aporte tiene la ficción en este ejercicio que parecería más natural del documental o el periodismo?
Pienso en lo siguiente, en mi trayectoría y respecto a la película que hoy en día estoy trabajando siempre tengo presente una línea de Guillermo García Riera que dice: “la ficción siempre es más real que lo real”.
En el caso de Kieslowski, siempre recuerdo que cuestionaban el giro que tuvo, al dejar de hacer documental para dirigir ficción. La ficción te da posibilidades de ir más allá de ciertas barreras que supone un documental, trabajas emociones que no podrías tocar en un documental.
Así se puede tener una visión estética unida a una preocupación sobre una problemática social y mantener planteamientos éticos. Decía Michael Haneke, “la elección del punto de vista de una cámara tiene que ver con un punto de vista ético”. Y eso es el cine, la realidad es que hablan los personajes. La ficción es muy poderosa por los alcances que tiene ese punto de vista del autor.
¿Cómo fue la recepción del público en Houston?
Hubo sorpresa, desde el hecho que se presenta el título hasta el final y sin música, así que hubo un silencio sepulcral y fue un golpe a los espectadores. Creo que la vergüenza se comparte y en ella todos tenemos participación.
También les llamó la atención saber si no habíamos sufrido cierto acoso por tratar el tema de la desaparición forzada. Algo que me tocó, fue que en la proyección una chica palestina se acercó y me contó que había escapado, me abrazó y llorosa me dijo: “me recuerda a lo que está viviendo mi pueblo”.
Aparentemente la película es violenta, pero en su mayoría la violencia está fuera de cuadro y llevada a cabo por el diseño sonoro. Hay fuerza también en lo que no se muestra y eso le da un sello propio.
Vergüenza. (México-Qatar 2023). Dirección: Miguel Salgado. Producción: Angélica Rami´rez, Janeth Mora, Miguel Salgado. Compañías productoras: Centro de Capacitación Cinematográfica, A.C., Fondo para la
Producción Cinematográfica de Calidad – FOPROCINE, Instituto Mexicano de Cinematografía. Guion: Miguel Salgado, Alfredo Mendoza, Francisco Vargas Quevedo. Fotografía: Alejandro Chávez (AMC). Edición: Gilberto González Penilla, Miguel Salgado. Sonido directo: Liliana Villaseñor. Diseño sonoro: Marco A. Hernández Barajas. Elenco: Juan Ramón López, Myriam Bravo, Francisco Mena
Marya Membreño, Fernando Cuautle