‘Xatastujut Tekit - Tiempo de trabajo’ de Iván Zamora: narrar la luz de la miel

En la Sierra Nororiental de Puebla las comunidades practican la apicultura como una forma de sustento, pero va más allá: este cultivo de las abejas busca el equilibrio con el medio ambiente y llega, incluso, a territorios propios de su cosmovisión.

 

Iván Zamora, con estudios de sociología y egresado de Ambulante Más Allá, ha decidido mostrar esta apicultura de las cooperativas Tosepan en Tiempo de trabajo, cortometraje que se centra en dos zonas: Xicuautla en Cuetzalan, y Xonalpu, en la sierra Totonaku de Puebla.

Este cortometraje ha sido seleccionado para participar en la 32 edición del festival canadiense Présence Autochtone, que se realiza en Montreal. 

 

Platicamos con Iván y con su fotógrafo, David Donner Castro, sobre este ejercicio audiovisual que parte de la cosmovisión masehual y totonakú y de ahí parte hacia las posibilidades de nuevas formas de contar la realidad. 

 

En Ambulante Más Allá hiciste el cortometraje Escuela de todos (2020), un trabajo sobre la pedagogía en la Sierra Norte de Puebla, ¿cómo decides ahora entrarle a la historia de los apicultores indígenas de Puebla?

Iván Zamora (IZ): Uno de los productores de la cooperativa Tosepan me invitó a hacer este documental. Ya tenían un eje de lo que querían contar y nos dieron libertad creativa. Pensé el documental desde las emociones y no tanto en las problemáticas, que son visibles. Mi intención era mostrar el trabajo que se hace en las comunidades indígenas, la cosmovisión que tienen a partir del cuidado de las abejas y cómo repercute en el cuidado del medio ambiente.

 

David Donner: participas en la productora Espora Media y ya tiene un rato haciendo cortometrajes documentales comunitarios. ¿Cómo te involucras con el proyecto de Iván?

David Donner (DD): Tenemos tiempo conociéndonos, hemos estado juntos en procesos de formación que tienen que ver con comunicación estratégica y defensa del territorio. Llevamos años caminando en la perspectiva del cine comunitario horizontal y colaborativo, en construir desde las comunidades un saber, un aprender y un hacer. Nos decidimos a entrarle, lo cual derivó en fortalecer la amistad y a la vez hacer esta integración con Iván dentro del equipo de Espora Media.

 

Han descrito Tiempo de trabajo como un trabajo emocional y cercano. ¿De qué manera escogían las imágenes a filmar? 

IZ: La idea era hablar desde este concepto onírico y mágico que tienen las comunidades. Yo lo tengo muy integrado porque en mi casa, mi abuela y mi bisabuela eran curanderas, entonces entiendo cómo funcionan estos flujos de otras realidades oníricas que están ahí, que existen en la comunidad y es lo que quería mostrar. David empezó a interpretar y también en medio rodaje intercambiamos ideas, realización y fotografía fueron un trabajo en conjunto.

DD: Fue un trabajo lento, muy reflexionado y platicado. Construimos el guión entre todos quienes éramos el corazón del equipo. Si bien no soy la región también vivo en la zona con la productora Mariana Hernández, en una comunidad cercana que es Tlatlauquitepec; el sonidista Plácido es de Yohualichan, cerca de Cuetzalan. La cercanía es bastante y eso ayudó en el modo de traducir esta búsqueda emocional en el tratamiento estético y sonoro: de pronto trabajar a través de plano fijo o con cámara en mano, buscamos una fotografía muy cercana que narra el contexto de las abejas. 

 

¿Cómo fue la colaboración con las comunidades de la Sierra Nororiental de Puebla?

IZ: Fueron muy amables cuando les propusimos esto. A veces es difícil entrar a la comunidad con una cámara, porque dicen que te robas las imágenes, pero también hay gente que quiere mostrar lo que hace, el trabajo de las abejas que para ellos es importante, que tiene que ver con la preservación del medio ambiente, de la cultura y de su cosmovisión. Estoy muy agradecido con ellos, fueron muy pacientes con nosotros. 

DD: Mezclar el trabajo con el territorio y la espiritualidad es un poco el motor del cortometraje. Fue muy bonito porque el proceso organizativo de la zona contribuyó a tener esa esa intimidad y esa disposición de rehacer ciertas tomas o construir secuencias de su cotidianidad. A veces era extraña la presencia del equipo, y sobre todo del equipo no humano, toda la parte tecnológica técnica, que luego intimida.

¿Qué retos enfrentan al hacer una película independiente como Tiempo de trabajo?

IZ: Es difícil porque parte de la precariedad y del vivir día a día. Vas priorizando el dinero para mantenerte, más que para realizar la película, y pues fue ahorrando, con mucho trabajo por parte del equipo que nos apoyó, como mi familia, mi mamá que nos ayudó a la producción, albergando al equipo en su casa o dándonos de comer. Pedimos apoyo en el Imcine pero al parecer no les gustó el proyecto, entonces decidimos terminar nosotros, porque queríamos mostrar nuestro punto de vista y sobre todo las emociones.

DD: Aplicamos para el ECAMC, el estímulo para cineasta de Centroamérica y pueblos originarios, pero la respuesta que tuvimos de los evaluadores era que a la historia le faltaba un problema, desarrollar antagonistas. Nosotros nos preguntamos sinceramente qué tanto están aplicando la visión occidental en los procesos de evaluación, cuando supuestamente abrazan nuevas narrativas y nuevas formas, la cosmovisión como forma de expresión. A la hora buscan hablar desde una persona, mientras nosotros buscamos un personaje colectivo desde la espiritualidad de la conexión con las abejas; eso rompe con lo que los evaluadores traen en mente. Fue un reto a la vez que un bajón, pensábamos que sería diferente, pero también sabemos que debemos estar aferrados a lo que uno cree.

 

 

¿Qué les parece haber sido seleccionados para el Présence Autochtone de Montreal?

IZ: Me da alegría que se pueda reconocer el trabajo, y un poco de tristeza y bajón que en México no se pueda reconocer este tipo de trabajo. 

A veces se piensa que en las comunidades solamente es intuición y que no se sabe, pero en realidad yo me he estado preparándome desde muchos aspectos. Yo busco expresar a partir de lo que siento, de lo que veo, de lo que he estudiado. Estudié sociología y lo acoplo a mi sentir; también influye lo que vivo en Cuetzalan y ser indígena, que durante mucho tiempo me costó reconocerlo. Ahora, a partir del audiovisual reflejo mi sentir, mi pensar, mi quehacer, porque también desde la comunidad hay diferentes formas de ser indígena, que hacen interesante el quehacer y el convivir de nosotros. 

DD: Buscamos hacer un cine con los pies sobre la tierra, con la emoción de narrar la luz de la miel y de encontrar un tiempo de trabajar en las utopías que se arrojan al mundo. 

Como dicen los masehuales: vivir mejor, vivir dignamente, caminar hacia el buen vivir. Tiempo de trabajo es tiempo de tejer esos puentes, desde lo personal, lo familiar y lo colectivo, no en un trabajo que sea nada más por el capital, sino que sea por por vivir mejor.

Xatastujut Tekit - Tiempo de trabajo (México, 2022). Director: Iván Zamora Méndez. Producción: Mariana Hernández Cortés. Producción ejecutiva: Cicada (Centro para la Conservación y el Desarrollo Alternativo Indígena), Unión de Cooperativas Tosepan, Espora Media. Fotografía, edición y postproducción: David Donner Castro. Guión: Iván Zamora Méndez, David Donner Castro, Pierre Beacauge, Mariana Hernández Cortés, Placido Sebastián Domingo. Sonido directo: Iván Zamora Méndez, Plácido Sebastián Domingo. Diseño sonoro: David Donner Castro, Iván Zamora Méndez.  Traducción náhuatl: Plácido Sebastián Julián. Traducción totonaco: Jorge Alejandro Rodríguez Ramos. Voz: Abelina Sebastián Martínez. Poesía náhuatl: Rufina Manzano. Locaciones en Xicuautla, Cuetzalan y Xonalpu, Sierra Totonaku, Puebla