‘Xquipi’ de Juan Pablo Villalobos Díaz y los tesoros de la casona

Estamos en Tehuantepec, en alguna de sus casas solares y augustas. En su interior, Luz y Coral se debaten; Luz está embarazada y pronto dará a luz. En el patio, un grupo de trabajadores instalan una cisterna. Adentro y afuera aparecerán riquezas. Y su único vínculo, acaso, sea enterrar el ombligo (el xquipi en zapoteco) del recién nacido y así crear el lazo entre pasado y futuro del lugar.

Xquipi, mediometraje de Juan Pablo Villalobos Díaz, funciona como un cuento clásico que, entre familia y arqueología, condensa temas contemporáneos como la fraternidad, el despojo, la modernidad que acecha mientras desde las hamacas sólo se quiere preservar la vida. 

Filmado de manera independiente, con un blanco y negro que podría remitir a las imágenes de un cine antiguo y añorado, Xquipi es un cine de atmósferas, que sabe crear grandes escenas, que desde ya crean memoria y arraigo en los pueblos de Tehuantepec.

Xquipi forma parte de la sección Ahora México que se presenta en Ficunam 14. Juan Pablo Villalobos Díaz nos platicó de este ejercicio que ya tuvo importantes proyecciones en los festivales de Locarno, Morelia y Cannes. 

 

Xquipi, Dir. Juan Pablo Villalobos Díaz

Me gustaría saber con qué elementos creaste la historia de Xquipi... 

Surgió por el concurso Libre Cinema de Mérida, Yucatán, que otorga un apoyo para producir un cortometraje; ahí tuve la idea conceptual del ombligo. En Tehuantepec y el resto del Istmo un ombligo simboliza esa unión del ser humano con su hogar, representa a la tierra y a su casa también. 

Con el tiempo encontré anécdotas que me ayudaron a generar esta historia. La casona existe en Tehuantepec y cuando pasaba y la veía sola me llamaba mucho la atención, es del siglo XVIII y es algo que abunda en Tehuantepec: las casas son costosas y no hay quien las adquiera, se cuenta que tal vez haya oro enterrado en cada una de las viviendas. 

 

En Xquipi propones un dilema entre la preservación de una familia, contra el despojo a una casona que podría ocultar tesoros, y que en el mejor de los casos irán a un museo. Un tema que debe estar presente en Tehuantepec, en otras comunidades de Oaxaca y del país.

Tehuantepec fue azotado por un terremoto en 2017 y la casas antiguas necesitaron reparaciones. Venían arqueólogos para dar visto para repararlas y revisaban lo que se tendría que conservar, antes de que llegaran los ingenieros y arquitectos. Había un ambiente de redescubrimiento de tesoros. En Tehuantepec hay historias de arqueólogos del siglo XIX que venían de Europa y encontraron riquezas que ya no existen, ni siquiera en los museos. En el subsuelo hay mucha riqueza y arriba hay una pobreza tremenda.

 

Me llama gusta la fotografía que haces con Rodrigo Rodríguez. Es un blanco y negro que parece foto vieja, como si se tratara de un álbum de tus abuelos. Mis referentes son pobres pero pensaba en ciertos momentos de Gabriel Figueroa, como la llegada de las mujeres que ayudarán al nacimiento. ¿Cómo plantearon estas imágenes?

Rodrigo y yo somos egresados del CUEC y desde la escuela trabajamos juntos, con él tengo una comunicación bastante práctica y fácil. 

Yo quería firmar a color. Sin embargo, no teníamos dinero para pintar la casa, proponer una paleta de colores o pensar en el vestuario. Entonces descubrimos que la casa en blanco y negro es hermosa y planteamos desde ahí el cuadro. Propusimos planos abiertos, donde los personajes se vean diminutos. También escogimos un ratio cuadrado, el del cine  antiguo. Venía de ver cine de Gabriel, de Emilio Fernández e Ismael Rodríguez, o cineastas internacionales como John Ford —a quien Figueroa también fotografió—, o Howard Hawks; desde ahí planteamos el cuadro. Queríamos profundidad de campo, porque por ejemplo, la escena del baile de Coral era un gag cómico, pero en el fondo hay un trabajador bailando y se nos volvió importante esa espacialidad en el cuadro. Por eso planteamos esa óptica y ese encuadre.

 

Tienes a Julia de la Rosa y a Azucena Desales como protagónicos, que hacen un trabajo interesante. Es una familia con una persona muxe, otra que está encinta, y afuera hay un mundo que las amenaza. ¿Cómo fue el trabajo con ellas?

En Tehuantepec existe el Grupo Teatral Tehuantepec desde hace 35 años, lo dirige Marco Petri, y Azucena, que es Luz, y Hugo, el albañil, provienen de ahí. El caso de Julia fue distinto: a ella conocí en un documental que se hizo hace casi veinte años en Tehuantepec, Muxes: auténticas, intrépidas y buscadoras de peligro de Alejandra Islas. Julia, que en ese entonces era él, es uno de los personajes que sigue la documentalista, maestro de preescolar que llevaba su sexualidad muxe más abierta de lo común. Después hice un casting para una película extranjera y vino vestida de tehuana. Quedé muy sorprendido por su presencia. Pensé que algún día tendría que trabajar con ella y se logró en este corto. 

Al inicio había planteado dos hermanas heteronormadas, después pensé que tendría que ser Julia, porque aquí las familias están compuestas así y no pasa nada, aunque yo no quería hacer de la muxeidad un tema. Creo que se logra en la película, no es el tema muxe lo que predomina, es una circunstancia de la vida normal y no tiene por qué llamar la atención. 

 

Xquipi, Dir. Juan Pablo Villalobos Díaz

Tristemente Julia de la Rosa falleció hace poco, el 20 de mayo. Pensaba que eso le da otras resonancias a tu película. No las buscadas ni las deseadas, pero por ejemplo, el baile de Coral, que en su origen tiene una intención cómica, ahora se convierte en un homenaje muy cálido.

Todo esto es muy nuevo, supe de su muerte en el festival de Cannes, porque como parte del Festival de Morelia, en la Semana de la Crítica escogen tres cortometrajes para que vayan a Cannes. Estaba allá cuando me enteré y para fue un golpe fuerte. Sentí una injusticia que no pudiera verse allá, pero qué bueno que el cine dejó su huella. Eso es el corto, atrapar la magia de Julia para la eternidad. Y quizá se volverá un personaje de culto, junto con el corto. Algo que se queda ahí y sólo existe por el cine. Yo me siento contrariado entre esos pensamientos, porque lo que más quisiera es que ella estuviera viva, pero a la vez, en esta película su presencia se hace más potente. 

 

¿Qué te significó el paso por el Festival Internacional de Cine de Morelia y haber conseguido el premio a Mejor Cortometraje de Ficción?

Antes el corto estuvo en una proyección en el Festival de Locarno, en la Filmakers Academy en 2023, fue su primera proyección. Se hizo en el Palacinema, uno de los teatros más importantes de Locarno, y fue mucha gente. En la proyección, cuando Coral baila, la gente aplaudió. Fue una cosa mágica. Eso todavía se lo pude compartir a Julia, fue la proyección más mágica de Xquipi. En Morelia me sorprendió que ganara, porque competía contra cortometrajes que tenían valores de producción más grandes, con apoyos de Focine o producidos por escuelas, y mi corto había sido producido por una rifa y 25,000 pesos que nos ganamos. Y en Cannes no fue tanta gente, porque se hizo en los últimos días del festival. Pero fue una proyección importante para mí, porque es el festival más importante del mundo. Las tres proyecciones que ha tenido, han sido en festivales importantes, y han sido muy buenas.

 

¿Qué comentaban de Xquipi en Locarno o Cannes? Pregunto porque son espacios ajenos a Tehuantepec y México, puede provocar algunas miradas peculiares. 

La película se les hacía lo más cercano al realismo mágico, Y quizá, de alguna manera, recoge el realismo mágico, sin querer serlo. Se los recuerda los ambientes, las atmósferas, los personajes, la calidez de la casa y las relaciones de las hermanas. Ellos perciben calidez sin que yo hubiera pretendido hacer una película cálida. Yo no pretendía hacer un drama con desarrollo de personajes, para mí era más importante crear una atmósfera. Sin embargo, hay personajes de carne y hueso, sin haber diseñado una estructura dramática. Yo quería contar una historia muy simple donde se pudiera ver la casa, pero terminan siendo personajes muy entrañables.

 

Y ahora vas a Ficunam, ¿Qué te parece la oportunidad de presentar allí?

Cuando estaba en el CUEC inició Ficunam, en 2011, y fui desde esa primera vez. Fui alumno de Ficunam y aprendí mucho del cine que vi ahí. Ahí presenté el primer corto que hice, un cine más experimental con el lenguaje cinematográfico. Ahora pienso más en los públicos. En hacer un cine que tenga esas dos partes: que pueda verlo el gran público, pero que esté tomando un riesgo en el lenguaje. Creo que Xquipi tiene sus ideas narrativas pero que también asume un riesgo formal interesante. Entonces para mí es importante Ficunam, porque además es el único corto que está compitiendo en Ahora México. Presentar en Ficunam es como cerrar un ciclo. Lo digo porque primero fui alumno cinéfilo de Ficunam y ahora está mi película ahí.

 

 

Xquipi. (México, 2023). Dirección: Juan Pablo Villalobos Díaz. Guion: Juan Pablo Villalobos Díaz. Productor: Frank Martínez. Fotografía: Rodrigo Rodríguez. Edición: Juan Pablo Villalobos Díaz. Sonido: Gabriela Espinoza. Compañía productora: Laterna. Participan: Julia de La Rosa, Azucena Desales, Hugo Ramírez, Julio Bustillo Toledo, Kandy Mijangos.