‘El cielo es muy bonito’, de Aracely Méndez: las migrantes que se refugian en Chiapas

La dinámica de la migraciones ha cambiado de manera drástica: ahora crece el número de mujeres, madres o solteras, que realizan el viaje desde sus países de Centroamérica hacia el norte, huyendo de la violencia que viven en sus territorios.

 

En el municipio Las Margaritas, Chiapas, el refugio Tzome Ixuk, Mujeres Organizadas A.C. alberga a algunas de estas mujeres. La intención es proveerles de un espacio seguro, que les ayude a protegerse y remontar la vida de la que han sido despojada en sus países.

Aracely Méndez ha estado cerca de estos albergues. Pero también de vocación documentalista, Aracely ha querido crear un testimonio sobre estas vidas, que transitan del miedo y el dolor por lo que se ha abandonado, hacia la esperanza de recrear sus vidas y las de sus hijas e hijos.

 

El cielo es muy bonito, cortometraje documental, participa en la sección Cortometraje Documental de la edición 20 del Festival Internacional de Cine de Morelia.

 

¿Cómo llegaste a este grupo, Tzome Ixuk, y cómo decidiste que podría ser tema para un cortometraje documental?

 Soy activista feminista, defensora de derechos humanos, en específico de mujeres indígenas y en procesos de movilidad. Llevo unos diez años trabajando el tema migratorio, en específico con mujeres centroamericanas. 

Hace unos doce años conocí este espacio, que en ese momento era un albergue para mujeres tojolabales víctimas de violencia de las comunidades aledañas al municipio, que es Las Margaritas, Chiapas. Se abre este espacio y desde hace cinco años comienzan a recibir mujeres de Centroamérica. Con el vínculo que tenemos a partir del trabajo que realizo, hablo con ellas y les digo que pues quiero hacer un documental de mujeres migrantes. La idea viene desde hace muchísimos años, para visibilizar a las mujeres en sus procesos migratorios, y mostrar que la migración para las mujeres es diferente a la de los hombres.

 

El cielo es muy bonito, Dir. Aracely Méndez

 

Tu cortometraje lo encaras con mucha intimidad, muestras un refugio y toda la humanidad y la identidad de de estas personas. ¿Cómo fuiste eligiendo a estas mujeres y estas niñas? 

Hay una cercanía con la organización y su misión a través de las colectivas con las que colaboro. Nos abrieron las puertas y confiaron en la equipa que iba a grabar, la mayoría mujeres cercanas a la coordinadora de este espacio. Tuvimos talleres con estas mujeres, y ellas nos fueron conociendo poco a poco. 

Al inicio únicamente íbamos a grabar con mujeres adultas. Exploramos con ellas a través de pláticas, hicimos un poco de contención emocional, de escucha. En ese momento habían tres mujeres adultas, una de ellas sola y dos de ellas con hijas. Platicamos de la situación en la que se encuentran, que estaban solicitando refugio en México y había que cuidar su identidad, porque vienen huyendo de sus países, entonces su agente persecutor podría encontrarlas a través de este proyecto. 

Platicamos también el formato del documental, queríamos cuidar los rostros, mostrar otras partes de sus cuerpos, pero no a ellas enteras, y con mucha confianza. Entonces fue una cosa de intercambiar ideas.

¿Cómo planteó el equipo de filmación este ejercicio? ¿Cómo hacer para que el documental escale de la cuestión noticiosa y hacer un cortometraje que valga y perdure?

Todas coincidimos en la escuela de cine documental de San Cristóbal de las Casas, ahí nos fuimos formando. Algunas han estado en otros procesos, como Ambulante Más Allá, y aprendes de ahí. Sabíamos que íbamos a trabajar con mujeres, que es un tema delicado porque están en una situación compleja, había que cuidar este acercamiento. Las mujeres fueron muy abiertas, tuvieron muchísima confianza. 

Platicamos mucho con Georgina, la fotógrafa, para que estas mujeres pudieran proponer: no quiero esto, sí quiero que se muestre esto, resolvemos acá, ir soltando ideas entre todas. También Magaly y Ana Cristina, que hicieron el audio, todo el tiempo estaban atentas de lo que estaba sucediendo. Ha sido un documental creado a partir de un proceso colectivo, de soltar las ideas, de decir me gusta más por acá o esto puede ser a contraluz, porque también era complejo cómo mostrar a las mujeres. 

Y fue fluyendo, respetamos mucho el espacio y las cosas que hacían las mujeres, intentábamos no interrumpir tanto la cotidianidad de de ellas, porque no queríamos que se sintieran presionadas. Fue bastante fluido.

 

El cielo es muy bonito, Dir. Aracely Méndez

 

El cielo es muy bonito tiene un gusto cotidiano. A pesar de los testimonios, que son historias tristes o temerosas, muestras mujeres que desayunan, las niñas que hacen dibujos, cierta familiaridad que se agradece. No es un cortometraje tremendista, sino que las imágenes hacen contrapeso con lo que se cuenta.

Estas mujeres ahí se conocieron y se hacen familia y hacen red entre ellas, se cuidan a sus hijas cuando una debe salir a trabajar, se ayudan entre ellas. Era una cosa bien interesante e importante, y de mucha fuerza para ellas, pues aunque no se conocían, aunque venían de distintos países, se apoyaban bien fuerte.

El cielo es muy bonito (México, 2022). Dirección: Aracely Méndez. Fotografía: Georgina Leal Gómez. Sonido directo: Magali Caballero, Ana Cristina Pérez Megchnn. Edición: Ana Cristina Pérez Megchnn, Aracely Méndez. Diseño Sonoro: Martin de Torcy. Música: Osvaldo de Jesús.